Efectos de la invasión de Ucrania

El SOS de Sofía Shcherbiy, casi licenciada en Medicina: "Quiero acabar la carrera que hacía en Ucrania"

Formada en la escuela y el instituto de Guissona (Segarra), esta joven ha regresado a la casa paterna en Catalunya tras abandonar la Universidad de Pyrohov por la invasión rusa. "Siete años estudiando, ¿y ahora qué?", dice antes de recibir el ofrecimiento para ayudarla de la Universitat de Barcelona

Sofia Shcherbiy, refugiada ucraniana, ante el almacén de recogida de material humanitario de Guissona.

Sofia Shcherbiy, refugiada ucraniana, ante el almacén de recogida de material humanitario de Guissona. / Jordi Pou

Montse Baraza

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Sofía Shcherbiy dedica estos días sus horas libres a ayudar como voluntaria en el centro de recogida de material para enviar a Ucrania, su país, que se ha habilitado en Guissona, municipio de La Segarra con la comunidad ucraniana más importante de Catalunya. En el improvisado almacén, que hasta hace unos días era un locutorio, hay un ritmo frenético de gente entrando y saliendo. Traen mantas, ropa, comida, medicamentos. Voluntarios lo embalan todo y al poco van pasando furgonetas que lo recogen. "Estar aquí me da tranquilidad porque veo que puedo ayudar. En casa, sin hacer nada, me siento mal", cuenta Sofía, de 24 años.

Su vida ha dado un vuelco de 180 grados desde que el 24 de febrero llegó a Guissona. Con el inicio de la guerra y los primeros bombardeos, decidió salir de Ucrania y venir a este municipio leridano donde desde hace 18 años viven sus padres y donde ella también residió y estudió hasta que, al acabar el Bachillerato en el instituto del pueblo, decidió que estudiaría Medicina en Ucrania. Y en ello estaba hasta ahora. Se graduó en 2021 en Medicina General por la Universidad Nacional Médica de M. I. Pyrohov, en la ciudad de Vinnytsia. El pasado agosto empezó la especialidad que ha elegido, dermatología. Y le quedaba un año para completar esos estudios y licenciarse. "Me gusta mucho esta especialidad", dice. Y un fugaz brillo ilumina por un instante sus ojos. Se apaga rápido, porque ahora vive en el desconcierto. "Me queda un año para acabar la carrera. No sé qué pasará ni qué hacer. He estudiado durante siete años y ahora no puedo acabar los estudios", cuenta con una serenidad que no puede ocultar el desespero.

¿Estás más tranquila aquí?, le preguntamos. "No, no estoy tranquila. Pienso en toda la gente que está en Ucrania". Entre ellos, su novio, también estudiante de Medicina. "La universidad ha cerrado. No hay nada. Todos los profesores y estudiantes están ayudando en los hospitales", cuenta. Sus abuelas y sus tías también siguen en el país. No han querido salir. "No quieren dejar la casa", explica Sofia.

"No tengo tranquilidad ni nada"

La buena acogida de la gente de Guissona y el poder estar en casa con sus padres no consuelan a Sofía. "No sabemos qué pasará, ni cuánto tiempo tendremos que estar fuera. No tengo tranquilidad ni nada", lamenta. "Aquí no estoy en peligro, pero pienso en los que están allí". "¿Qué puedo decir? No sé qué decir. Quiero que acabe todo esto", implora, advirtiendo de que lo que está haciendo Vladimir Putin en Ucrania es un genocidio. Le gusta Catalunya, pero no sabe qué hará en el futuro. "Cuando acabe esto, Ucrania necesitará ayuda para la reconstrucción", dice.

La Comisión de Relaciones Internacionales del Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC) activó hace unos días, por primera vez, el protocolo interuniversitario de emergencias para dar respuesta a toda la comunidad universitaria que pueda verse afectada por la situación de guerra que sufre Ucrania. Quizás ellos puedan dar ahora solución a casos de estudiantes universitarios como Sofía.

Oferta de la UB

Tras saber del caso por EL PERIÓDICO, la Universitat de Barcelona --que tiene facultad de Medicina-- se ha ofrecido a buscar alguna opción para Sofía. La UB tiene una vía de acceso para estudiantes refugiados que contempla que se puedan incorporar a sus facultades, condicionado a la disponibilidad de plazas, para seguir sus estudios con exención de matrícula.

Hace apenas unos días, en un acto en apoyo a Ucrania, el rector de la UB, Joan Guàrdia, apostó por ayudar a los universitarios ucranianos. Guàrdia ha propuesto a la Conselleria de Universitats fijar un presupuesto especial que permita acoger a estudiantes y trabajadores universitarios para que puedan seguir en Catalunya con su vida personal y académica. También articular una universidad on line para que los estudiantes que han visto interrumpida su normalidad puedan, como mínimo, seguir temas generales que ofrezcan las universidades catalanas. El rector también ha pedido que se faciliten los trámites de acogida y residencia a estas personas.

También desde el vicerrectorado de Relaciones Internacionales de la UAB, aseguran que aunque la coordinación la realiza el CIC, "claro que se podrá hacer alguna cosa" para ayudar a Sofía. En estos momentos la UAB está haciendo una previsión de plazas residenciales que podrían estar disponibles en la Vila para acoger a universitarios ucranianos.

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