Prevención ante las llamas

Invierno y pandemia se conjugan para incrementar los fuegos en los pisos de Barcelona

Los bomberos de la capital catalana observan en las baterías de patinetes eléctricos un nuevo riesgo de fuego por sobrecarga eléctrica

incendi en un bloc de pisos de l’Avinguda Meridiana

incendi en un bloc de pisos de l’Avinguda Meridiana / @BCN_Bombers

Guillem Sánchez

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El frío y el rebrote de la pandemia causado por la variante ómicron son dos elementos que se conjugarán en los próximos meses para aumentar el riesgo de incendio en las viviendas. Albert Ventosa, jefe de la Divisió de Prevenció de de los Bombers del Ayuntamiento de Barcelona, explica en EL PERIÓDICO que la actividad en los hogares aumentará durante la estación invernal y que una consecuencia no deseada de esta tendencia se reflejará en un incremento de los siniestros en las residencias. Por ello aconseja seguir las instrucciones que da el cuerpo de emergencias tanto para evitar la aparición de las llamas como para huir de forma segura en caso de que aparezcan. Y avanza un factor de ignición nuevo que están estudiando actualmente: el aumento de fuegos provocado por las baterías de los patinetes eléctricos

“Aún no tenemos suficiente información pero hemos comenzado a observar que algunos incendios guardan relación con la carga de las baterías de estos vehículos. En cuanto tengamos dimensionado el problema, lo divulgaremos a la ciudadanos”, razona. El caso más grave de un fuego provocado por la carga de baterías de vehículos eléctricos se produjo el verano de 2020 cuando en la Barceloneta murieron abrasados tres hombres de origen paquistaní que vivían hacinados junto a otros compañeros en un local de poco más de 30 metros, por el que pagaban 700 euros de alquiler. Una sobrecarga vinculada a la demanda de las baterías desencadenó un fuego mientras dormían que se propagó en pocos minutos y atrapó mortalmente a las tres víctimas. “Existen evidencias de que estas baterías suponen un riesgo”, remarca Ventosa. 

Auge en las últimas semanas

Como era previsible, la llegada de las temperaturas más bajas combinada con la virulenta reactivación de la variante ómicron –el riesgo de rebrote ha sobrepasado los 4.000 puntos, doblando el registro más elevado que marcó la variante delta a finales de verano que situó el techo de infección hasta la fecha rebasando los 2.000 puntos– ha provocado “un auge”, en palabras de Ventosa, de los fuegos en las residencias de Barcelona. Dos casos han sido los más graves: la tragedia de los cuatro miembros de la familia rumana –un matrimonio con dos hijos: un niño tres años y una niña de pocos meses– que falleció intoxicada en unos bajos ocupados de la plaza de Tetuán y la muerte de una anciana en el barrio de Sarrià. Ambos incidentes se produjeron recientemente. En el resto de Catalunya han sido también diversos los casos de personas fallecidas debido a incendios declarados en sus viviendas en las últimas semanas, como el de la vecina de Malgrat de Mar o el del matrimonio de Vilassar de Mar.

Aunque las causas de los siniestros se hallan en muchos casos en fase de investigación, matiza el bombero, varios de estos fuegos recientes se han originado en las cocinas, una coincidencia que cuadra con el uso más intensivo de las viviendas y, en concreto, de esta parte de las casas, sobre todo en fechas navideñas. Otra causa que reaparece como cada año es la vinculada a los sistemas de calefacción. Tanto porque las estufas eléctricas o los radiadores de aceite consumen mucha energía y pueden provocar sobrecargas eléctricas –como hacen también las baterías de los patinetes– si las instalaciones de los domicilios no se encuentran en buen estado, como porque las resistencias o la llama viva que usan algunos artefactos si, por descuido, entran en contacto con elementos textiles pueden originar una llama que se extienda en pocos minutos. 

En el caso de los aparatos calefactores de combustión, además, debe tenerse en cuenta que funcionan correctamente y que se usan en espacios ventilados. Una combustión defectuosa o una falta de ventilación pueden provocar la producción de monóxido de carbono, un compuesto que puede acabar matando por intoxicación. 

Sobre el riesgo de sobrecarga, Ventosa llama a revisar el estado de la instalación para asegurarse de que cuenta con el sistema de protección adecuado. “Si es así, los plomos saltarán cuando la energía consumido sobrepase el límite permitido y evitará sobrecalentarse”. En caso contrario, insiste el jefe de prevención, “los enchufes o el punto del circuito que tenga menos resistencia será el que acabe ardiendo”, avisa. 

Mención aparte reciben las casas que subsisten al frío agarradas fraudulentamente a la red eléctrica. Tener la luz pinchada significa no tener tampoco ningún sistema de protección que haga saltar los plomos en caso de sobrecalentamiento, una situación que multiplica el riesgo. Si esta luz pinchada, como sucede cada vez con más frecuencia, se debe a la existencia de una plantación indoor de marihuana, el peligro de incendio se dispara. 

Los Bombers aconsejan que en caso de incendio, si no resulta posible apagar las llamas en condiciones de seguridad, deben cerrarse cuantas puertas tenga el domicilio y llamar enseguida al 112. Poner barreras físicas es una medida que impide el avance de las llamas –o lo retrasa notablemente– y también obstaculiza efectivamente la expansión del humo, que está detrás de la mayoría de muertes en caso de incendio en una vivienda. 

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