LA OTRA PANDEMIA

Las cachimbas, una peligrosa moda que seduce a los jóvenes

España es el país europeo con más personas de entre 18 y 25 años fumadoras de tabaco de pipa de agua: lo consumen uno de cada cinco

Un estudio alerta de la alta presencia de nicotina en los locales de cachimbas

Un estudio alerta de la alta presencia de nicotina en los locales de cachimbas / periodico

Miriam Ruiz Castro

Miriam Ruiz Castro

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El aroma a fresa y vainilla impregna la calle a varios metros del local. Una vez dentro, la luz tenue y los camareros con mascarilla se pasean entre el humo denso que se arremolina junto a las mesas, ocupadas en su mayoría por jóvenes que se turnan para sorber del tubo de las cachimbas o 'sishas', el nuevo producto estrella. Aunque hace ya más de 16 años que no está permitido el consumo de tabaco en el interior de los bares, las pipas de agua se escapan a la prohibición. El negocio ha proliferado entre los más jóvenes, y cada vez hay más locales que incluyen en su carta degustaciones de un producto tan tóxico como los cigarrillos que fueron expulsados de los interiores a golpe de legislación.

En España, uno de cada cinco jóvenes consume tabaco en pipa de agua, el porcentaje más alto de entre los vecinos europeos. Y el principal problema son las razones por las que escogen este tipo de producto: lo consideran menos nocivo. Es el resultado de un estudio liderado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que analiza las percepciones de los consumidores de nueve países de la UE y del Reino Unido sobre productos de tabaco. “Constata algo que ya observábamos: que el consumo de este tipo de tabaco ha crecido. Lo que sorprende es que la percepción del riesgo sobre la salud es mucho menor, y eso es lo preocupante”, indica el investigador Francisco Lupiáñez, que ha liderado el proyecto. En ello influye su fuerte carácter social, vinculado al consumo en bares, cafeterías e incluso discotecas. Y la falta de regulación.

Aunque el tabaco para pipa de agua está incluido en la ley 28/2005 de medidas sanitarias contra el tabaquismo, los productos para fumar a base de hierbas aromáticas y que no contienen tabaco están regidos por un decreto de 2017 que no dice nada sobre su consumo. Es la rendija legal que utilizan algunos hosteleros: las cachimbas están permitidas en los interiores de los bares siempre y cuando el producto que se fume no contenga tabaco, pero la realidad es que estas hierbas aromáticas sin nicotina no son las que se acaban consumiendo.  

Según los datos del Ministerio de Hacienda sobre el Mercado de Tabacos, en 2010 se vendieron 400.000 kilos de tabaco para pipa -no solo de agua. En 2020 fueron casi dos millones. Sevilla acogió este año la HookaFair, la feria más importante del mundo para productos de shisha, que se anunciaba indicando que “el mercado español está reconocido como uno de los más destacados del mundo”. Y en Instagram ya hay más de mil influencers que promocionan el consumo de hookah. “Los hay de sandía, de melón… Esto para los jóvenes es muy atractivo. Piensan ‘una cosa que huele a fruta, no será tan malo’”, señala Andrés Zamorano, presidente del Comité para Nacional para la Prevención del Tabaquismo.

Nocivo, con o sin nicotina

“Una sesión típica fumando en 'shisha' equivale a fumar hasta 50 cigarrillos”, denuncia Zamorano, quien recuerda que “el agua no filtra absolutamente nada, forma parte de la ilusión óptica de la cachimba”. Y esa neblina blanca tan característica tiene los mismos niveles altos de dióxido de carbono, metales pesados y cancerígenos que el de un cigarrillo.

Además, quienes fuman en 'shisha' están expuestos a sustancias tóxicas tanto del tabaco como del carbón utilizado para calentarlo. Y también hay fumadores pasivos: el humo es nocivo incluso para quien no lo está inhalando. Sentarse en un local y pedir una pipa de agua permite fumar sin tener que leer los mensajes de las cajetillas que advierten sobre sus peligros. El famoso “fumar mata” es visible solo para los camareros que lo desembalan. “Esto es escandaloso”, insiste Zamorano.

Durante la pandemia, la OMS alertó de que fumar en pipa de agua podría aumentar el riesgo de propagación de la covid por su consumo en grupo y compartiendo boquillas y mangueras. Sanidad recomendó evitar el consumo de tabaco “y productos relacionados” en los espacios de hostelería y, de manera específica, “eliminar el uso compartido de las pipas de agua”. Pero los locales donde se permite el consumo siguen proliferando, sobre todo en aquellas comunidades que no las han prohibido específicamente.

Zamorano apunta a los locales que “normalizan” con las 'shisha's el hecho de fumar. “Lo que nos contaba incluso la Policía es que cuando llegan a un establecimiento de estos, les dicen que lo que están utilizando son hierbas y no tabaco, y los agentes lo tienen que comprobar”. En algunos territorios se han llevado a cabo operaciones específicas de la Guardia Civil para controlar el consumo de cachimbas en bares y discotecas que se han saldado con cientos de denuncias y multas.

Una regulación europea

La directiva europea sobre el tabaco se encuentra ahora en revisión. “Lanzamos este estudio por la preocupación de las autoridades europeas sobre este tipo de productos que escapan a la legislación, están en aumento y tienen un impacto en la salud pública y en el mercado único europeo”, explica Lupiáñez. “Hay productos que estaban disponibles en algunos países y en otros no, no había una regulación única sobre el tema”, añade.  El investigador recuerda la polémica que se despertó en Europa sobre el uso del cigarrillo electrónico. Reino Unido apostó por utilizarlo como una herramienta para disminuir el consumo de tabaco tradicional, pero otros países, entre ellos España, se opusieron a ello porque a medio plazo sería igual de dañino. “La Comisión puede dar un paraguas para que este tipo de polémicas no exista”, explica.

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