Sondeo del Carlos III

Casi el 90% de los españoles está dispuesto a ponerse la tercera dosis

Un 5% de los españoles siguen siendo reacios a vacunarse porque son negacionistas o porque creen que tienen poco riesgo de contagiarse

Un trabajador médico administra una dosis de la Pfizer-BionTech COVID-19 "Comirnaty" vacuna en un centro de vacunación en París como parte de la enfermedad coronavirus (COVID-19) campaña de vacunación en Francia

Un trabajador médico administra una dosis de la Pfizer-BionTech COVID-19 "Comirnaty" vacuna en un centro de vacunación en París como parte de la enfermedad coronavirus (COVID-19) campaña de vacunación en Francia / REUTERS / Gonzalo Fuentes

Patricia Martín

Patricia Martín

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En España, la vacunación sigue batiendo récords, pese a la ralentización registrada una vez que se superó la cota del 70% de personas vacunadas. El último informe del Ministerio de Sanidad indica que el 88% de la población diana (mayores de 12 años) tienen la pauta completa y el 90% una dosis, lo que sitúa al país en el grupo de cabeza a nivel mundial. Y la receptividad a la hora de recibir una inyección adicional es muy alta. A las puertas de que en algunas comunidades, como Catalunya, comience a administrar la tercera dosis a los mayores de 70 años, un sondeo del Instituto de Salud Carlos III publicado este jueves indica que casi el 90% de los españoles (el 89%) estaría dispuesto a reforzar su vacunación frente al covid.

Es la primera vez que el estudio Cosmo-Spain, impulsado por la OMS y que lleva realizándose cada dos meses desde mayo, pregunta sobre la dosis adicional y el resultado demuestra, de nuevo, el alto nivel de confianza en la vacunación, que ha logrado que España se sitúe en nivel de riesgo bajo de incidencia, con 43 casos diagnosticados en los últimos 14 días por 100.000 habitantes. Aunque el indicador ha subido ligeramente, desde que el 27 de diciembre de 2020 comenzó la campaña de vacunación, la tasa ha caído más de 200 puntos, aunque por el camino ha habido tres olas: la que siguió a la Navidad, que tuvo un pico de incidencia de 899 puntos; la provocada por la Semana Santa, con un tope de 235 casos, y la quinta, con un máximo de 708.

Pese a ello, el número de casos graves y de fallecidos ha tenido una evolución descendente precisamente debido al efecto protector que proporcionan los antígenos autorizados. Por ejemplo, en la ola tras las Navidades había unos 500 muertos diarios y en los últimos siete días se han producido 67.

Los reacios

En este contexto, el sondeo del Instituto de Salud Carlos III muestra una satisfacción muy alta con las vacunas (superior a 4 en una escala en la que 5 es el nivel máximo) y entre los motivos más citados para vacunarse se indica que es bueno para proteger la propia salud y la de los demás y para poder reunirse con familiares o amigos. Entre los encuestados hay un 5% que admite que no quiere vacunarse, si bien ha descendido el porcentaje de personas que indican que les falta información para decidir (31% frente al 40% de la oleada anterior) y el de encuestados que señala que esperará un tiempo (el 33% frente al 37%). Ha aumentado la proporción de los que creen que la vacuna puede tener riesgos para su salud (51% frente al 45%), de los que creen que la vacuna no será eficaz (36% frente al 27%), aquellos que no creen en las vacunas (21% actual respecto al 13%) y los que opinan que tienen pocas probabilidades de contagiarse (19% frente al 15% en la ronda anterior).

Los datos de vacunación indican que los reacios se sitúan sobre todo en el grupo de edad de entre 20 y 40 años. Así, el 94% de la población diana mayor de 40 años ya dispone de la pauta completa. Y el grupo de edad de entre 12 y 19 años, que es el último que ha podido acceder a la vacunación, también tiene una alta cobertura, del 81%. Entre el grupo etario de 20 a 29 años y de 30 a 39 los porcentajes bajan a 76% y 75% respectivamente.

La presión familiar

En el sondeo revela que casi el 70% de los padres vacunarían a sus hijos menores de 12 años si se autoriza alguna vacuna para los niños, lo que da una pista de lo que puede haber sucedido con los mayores de 12 hasta los 19 años, viven mayoritariamente con sus padres y puede que estos les hayan presionado para acudir masivamente a la cita con el pinchazo. Y, en el grupo entre 20 y 40 años, como hay menos miedo a sufrir el covid de forma grave y la presión familiar desciende, quizá por ello haya mayor resistencia a la inmunización.