Arte y autoestima rural

Fantástico mural sobre la fachada del bar de Penelles

Fantástico mural sobre la fachada del bar de Penelles / Foto Jordi V. Pou

Carme Escales

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Penelles, primavera del 2015. Como tantos otros pequeños pueblos de la plana de Lleida, Penelles era un lugar de paso, entre Balaguer y Tàrrega, un pueblo de la comarca de la Noguera, de calles vacías, “sin arquitectura ni piedras singulares, y ningún peculiar encanto turístico. Podías salir casi sin ropa a tirar la basura, no te cruzabas a nadie”.

Así describe Mar López-Pinto la vida en el pueblo de 400 habitantes que ella y su pareja, Jordi Solsona, eligieron para vivir, dejando atrás una Barcelona de alquileres de pisos disparados. Ambos diseñadores, llevaron su teletrabajo urbano a la Noguera y compaginaron los encargos de su estudio, Binomic, con la creación de la cerveza Lo Perot. Pero entonces se preguntaron “¿Quién demonios vendrá a Penelles y estos pueblos ‘fantasma’ a probarla?”. Mar era entonces concejal en el ayuntamiento y, viendo la necesidad del pueblo para luchar contra la despoblación, propuso aprovechar la celebración de la Fira del món Rural que hacía algunos años se celebraba en Penelles, para crear en paralelo lo que acabó siendo el Gargar Festival de Penelles. Es una invitación a que artistas locales pinten murales en el exterior de paredes de casas y garajes del pueblo. Aquella idea gustó mucho al consistorio y a la Diputació de Lleida y se pusieron manos a la obra. El primer mural que se pintaría ya tenía autora, Sònia Estevez, y una pared asignada. El motivo: poesía visual en homenaje a los pueblos. “En la primera edición participaron 25 artistas. Costó bastante que los vecinos cedieran sus paredes para pintarlos, pero a partir del éxito, muchos particulares nos buscaban para ofrecérnoslas. El segundo año el pueblo se volcó de lleno en el festival y ahora forma parte de su identidad”, afirma Mar.

Una calle de Penelles (Noguera)

Una calle de Penelles (Noguera) / Foto Jordi V. Pou

Gracias a la iniciativa de los murales, en estos cinco años del festival artístico, Penelles ha pasado de tener un bar a punto de cerrar a tener 3 en plena actividad. No tenían ningún alojamiento turístico y ahora tienen dos, más un punto de información turístico desde el que se ofrecen visitas guiadas. También han recuperado el cine del pueblo y un restaurante, y han puesto en marcha tres salas de exposiciones.

En Penelles hay ahora 108 murales. “Este ha sido el primer año en que hemos tenido que hacer el plan renove, para substituir ya alguna pintura que empezaba a deteriorarse”, explica Mar. Y pese al covid, este año también se ha celebrado el Gargar Festival, pero repartiendo a los artistas por semanas, en lugar de concentrarlos en un solo fin de semana como era habitual, que podía llegar a atraer a 15.000 visitantes. El Gargar, que debe su nombre al sonido de un pájaro autóctono en peligro de extinción, como grito contra la despoblación, es hoy sinónimo de “ilusión, futuro y esperanza”, dice Mar. “El arte es felicidad, debate y diversidad, y gracias a estos murales ahora hay vida en nuestras calles”, resume.

Un museo a la intemperie

La iniciativa de Penelles de inyectar vida a los pueblos con murales en sus calles y plazas ha ido siendo emulada por otros pueblos cercanos, como Torregrossa. Allí, los responsables de la Cooperativa d’Ivars decidieron cubrir los tres silos de su fábrica de piensos con un mural de los artistas Jofre Oliveras y Nil Safont. Es una pintura de 38 metros de alto por 12 de ancho que muestra a dos hombres y a una mujer trabajando en la siega. Son 1.358 metros cuadrados de grafiti inspirado en la tradición agrícola de la comarca y en las fiestas del Segar i el Batre del pueblo de La Fuliola. “En nuestro afán de trabajar el compromiso con el entorno, en la cooperativa decidimos pintar este mural como algo singular, porque así interveníamos en su mantenimiento y al conocer esta expresión artística a través del Gargar Festival, pensamos, ¿Y por qué no arte visual sobre los silos?”, explica el técnico de la cooperativa agraria y ganadera Ramón Jounou. El mural, cuya realización fue coordinada por Binomic, de Penelles, se pintó en poco más de un mes, ahora hace un año. “Fue un gran reto, por sus dimensiones, como una de las obras de arte rural más grandes de Catalunya”, apunta Jounou.

Un silo de cereales en Torregrossa (Pla d'Urgell)

Un silo de cereales en Torregrossa (Pla d'Urgell) / Foto Jordi V. Pou

En Torrefarrera (Segrià), donde ahora tienen 35 murales de artistas de todo el mundo, se sirven de estas obras de street art “para dinamizar y regenerar los espacios del municipio y del arte como herramienta socializadora”, explica la concejal de Comercio y Turismo del consistorio, Ester Roig. Han creado su propio Street Art Festival que ya cuenta 4 ediciones y que tiene lugar la segunda semana de septiembre, durante su fiesta mayor.

Enciclopedia de aves

Swen Schmitz es uno de los artistas ocupados en hacer de su arte parte de esa exposición de obras con la técnica del grafiti, con pintura plástica y espray, que va convirtiendo los pueblos en museos al aire libre. Hijo de padre alemán y madre de Ivars d’Urgell, él vive en esta última localidad en cuyas paredes está recreando diferentes especies de aves que anidan o tienen como punto de paso en su migración el Estany d’Ivars i Vila-sana“Un día mirando la cuarentena de nidos de golondrina de cola blanca que van y vienen durante todo el año bajo el tejado de una casa del pueblo, pensé que se podría representar en esa pared y en otras cada especie de fauna acuática y aves del estanque vecino”, explica el artista. Hasta el momento ya ha pintado 23 murales, cinco de ellos en el núcleo de Vallverd, agregado del municipio de Ivars. “Cada mural se acompaña de un panel con la información científica, el nombre de cada especie en cinco idiomas, sus medidas, su hábitat, etc…”, comenta Schmitz, que completará hasta final de año otros tres murales, y otros veinte el próximo año. El pasado junio, junto a un ornitólogo, empezó a realizar visitas guiadas por sus murales para grupos de 20 o 30 personas y a partir de las pinturas dar a conocer la biodiversidad y naturaleza tan próximas, una actividad que retomarán cuando el control del covid lo permita.

Homenaje a la película 'Cinema Paradiso' en Penelles

Homenaje a la película 'Cinema Paradiso' en Penelles / Foto Jordi V. Pou

Schmitz es autor de otros murales, como el que da vida y color a una placeta del pueblo de Alcampell y ha trabajado, junto a su hermano Erik y al pintor Oriol Arumí, en el mural que homenajea la labor de las abejas, un encargo de los productores de miel y turrones Alemany, que luce ahora en Ós de Balaguer. En la ciudad y alrededores de Lleida y otros pueblos de su entorno, la artista leridana Mireia Serra, de nombre artístico Lily Brik, también exhibe sus potentes pinturas, en las que las mujeres son protagonistas. Pinturas de color que sitúan espacios rurales en el mapa y obras de arte en el imaginario artístico.

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