ASOMBROSA ESTAFA EN MOSCÚ

La empresa de TV por circuito cerrado contratada por Moscú enviaba imágenes falsas a la policía

Se embolsaba el dinero para cámaras

Cámaras omnipresentes. Un guardia privado vigila sus pantallas en una oficina de Moscú.

Cámaras omnipresentes. Un guardia privado vigila sus pantallas en una oficina de Moscú.

DMITRI POLIKÁRPOV
MOSCÚ

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Cualquiera de nosotros se acordará de un episodio clásico de muchas películas policíacas. Los criminales envían a los monitores de vigilancia imágenes falsas para engañar a las guardias. Mientras estos se aburren estudiando siempre el mismo panorama de unos pasillos vacíos, los delincuentes sacan bolsos con dinero, cuadros y joyas. Terminada su misión, vuelven a conectar las cámaras.

Ese bonito truco normalmente forma parte de un laborioso plan diseñado para robar unos millones de euros. Sin embargo, una reciente experiencia moscovita demuestra que en realidad esto no es necesario para conseguir vaciar un banco. Basta con enviar imágenes falsas a los monitores de la policía.

Estafa sin precedentes

La policía moscovita acaba de descubrir una estafa sin precedentes con cámaras de vigilancia instaladas en las calles y en los portales para transmitir en tiempo directo a las comisarías la actualidad cotidiana.«Las cámaras de circuito cerrado de televisión en varios distritos de Moscú mostraban imágenes pregrabadas y no imágenes en tiempo real. Tenemos pruebas de que eso ocurría al menos entre mayo y septiembre del año pasado», declaró la portavoz de la policía moscovita Olga Dumalkina.

Según los datos oficiales, solo en los portales de los edificios moscovitas hay actualmente más de 85.000 cámaras. Otras 65.000 vigilan las calles. Se trata de un costoso proyecto del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que pretende cubrir la ciudad con una densa red de cámaras de vídeo para reducir el número de delitos. Según el vicejefe de la Dirección General de Policía de Moscú, Viacheslav Kozlov,«los equipos de recogida de información controlan prácticamente todo el territorio de la capital».

A los agentes del centro de Información de la policía de Moscú desde hace tiempo ya les parecía sospechosa la perfecta imagen de tranquilidad que les llegaba por los cables a las pantallas de vigilancia. Paralelamente, en los mismos lugares sus colegas registraban miles de delitos, pero los delincuentes siempre conseguían esconderse del ojo digital.

Instalar y mantener las cámaras era responsabilidad de la empresa privada Stroimontazhservis, contratada por el Ayuntamiento. Sus ingresos, de acuerdo con el contrato, dependían de la cantidad de los equipos operativos. En vez de gastar las sumas asignadas por las autoridades en comprar cámaras nuevas que iban a sustituir a las que estaban fuera de servicio, la compañía desconectó aquellos equipos que no funcionaban bien y transmitía a los cuerpos de seguridad imágenes ficticias. Esta imágenes las generaba un programa informático que, además, enviaba mensajes «conectando» y«error de conexión»cuando los agentes intentaban comprobar el estado de la red de las cámaras. Para resolver esa incógnita, la policía instaló varios equipos camuflados cerca de las cámaras sospechosas y se dio cuenta de que la realidad podía ser distinta según quien la vea.

Según la policía, ese genial esquema permitió a los directivos de Stroimontazhservis apoderarse ilegalmente de más de 30 millones de rublos (800.000 euros) en solo uno de los diez distritos que controlaba la red de cámaras. Tras la reciente detención de su propietario Dmitri Kudriavtsev, de 32 años, la policía informó que éste llevaba una vida de lujo en el extranjero.

Fraude a gran escala

Además de fraude a gran escala, según informaron a la policía sus antiguos subordinados, Kudriavtsev les había ordenado infectar a los equipos de la competencia con un virus que desconectaba sus cámaras justo en el momento que el centro de Información de la policía les pedía la señal. Kudriavtsev negó todos los cargos y acusó a sus rivales de«fabricar el caso»contra él para hacerse con el control del negocio.

Cualquiera que sea la verdad, lo cierto es que tanto las autoridades locales como expertos en seguridad admiten que el programa para vigilar Moscú con una red de cámaras no ha tenido el efecto esperado ni mucho menos.«Incluso cuando todas las cámaras funcionan perfectamente, eso no da ninguna garantía de que la policía sea capaz de procesar y analizar todas las imágenes a tiempo. Además, en muchas ocasiones incluso las imágenes grabadas de un crimen cometido delante una cámara son insuficientes para encontrar al presunto criminal»,dijo a este diario Oleg Nechiporenko, ex coronel del KGB y experto en la lucha antiterrorista.