Tras drogarla

Condenada a 20 años de cárcel por matar a su hija ahogándola en la bañera en Girona

Asesinó el 30 de diciembre de 2019 a su hija de 10 años ahogándola en la bañera tras drogarla

María Ángeles Freixas detenida por los Mossos d'Esquadra acusada de ahogar a su hija de 10 años en la bañera.

María Ángeles Freixas detenida por los Mossos d'Esquadra acusada de ahogar a su hija de 10 años en la bañera. / Jordi Ribot Punti ICONNA

Agencias

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La Audiencia de Girona ha condenado a 20 años de prisión M. Ángeles Freixas , la mujer que el 30 de diciembre del 2019 ahogó la hija de 10 años en la bañera después de drogarla. 

La sentencia recoge el veredicto del jurado popular, que la declaró culpable de asesinar a una persona especialmente vulnerable pero le apreció una eximente incompleta de alteración mental que, en el momento de los hechos, tenía las capacidades "muy disminuidas" por el trastorno depresivo que sufría. 

También le aprecian una agravante de parentesco y una atenuante de confesión. La Audiencia descarta el internamiento en un centro psiquiátrico: "No procede la medida, sin perjuicio de que durante el cumplimiento de la pena se pueda realizar seguimiento y vigilancia a nivel psiquiátrico".

La sentencia, consultada por Europa Press, considera probado después del juicio con jurado que la mujer planeó matar a la niña y, tras dejarla inconsciente, la presionó bajo el agua hasta que murió asfixiada.

El tribunal también le impone indemnizar con 150.000 euros por daños morales al denunciante de la acusación particular, además de 10 años de libertad vigilada cuando termine su condena de cárcel.

La magistrada presidenta ha tomado en cuenta como eximente parcial que la mujer estaba diagnosticada de un trastorno bipolar, por el que sufría depresión desde hacía años y "tenía muy disminuida su capacidad para obrar de una forma distinta a la que lo hizo, a causa de la errónea percepción sobre su capacidad como madre y de afrontar sola la vida con su hija".

Así, concluye que aunque la mujer era consciente de matar a su hija, esto no significa "que no tuviera afectada o alterada su capacidad de decisión, pues su libertad de actuación estaba condicionada por las ideas sobrevaloradas de ruina, desesperanza e inutilidad y padecimiento de su hija".

La jueza también recoge como atenuante la confesión que la acusada hizo en el juicio y ante la policía, ya que ella misma llamó a emergencias después del crimen y explicó lo ocurrido.

Al tratarse de su hija, la sentencia también toma en cuenta el agravante de parentesco, y la jueza ha reunido todas estas circunstancias al fijar la condena.

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