La lucha contra la pandemia

Los alemanes desconfían de la vacuna de AstraZeneca

Personal sanitario rechaza ponerse el inyectable y fuerza al Gobierno a replantear la campaña de vacunación

Del millón y medio de dosis que se deberían haber suministrado a personal esencial, solo se han usado 187.000

Una trabajadora sanitaria recibe la vacuna de AstraZeneca en Halle (Alemania).

Una trabajadora sanitaria recibe la vacuna de AstraZeneca en Halle (Alemania). / Afp

Andreu Jerez

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A los problemas de producción que tiene AstraZeneca se le podría sumar ahora el de la desconfianza por parte de los ciudadanos que deben recibir su vacuna. Las autoridades sanitarias alemanas solo han administrado hasta ahora un 15% de las dosis de las casi un millón y medio de vacunas de AstraZeneca que han recibido. Así lo confirmó este miércoles un portavoz del Ministerio federal de Sanidad ante preguntas de periodistas acerca de la resistencia que cunde entre ciertos grupos de población – trabajadores sanitarios o de centros de la tercera edad – considerados prioritarios para recibir una vacuna en plan de inmunización de Alemania.

“No tienen por qué quedarse sin utilizar”, respondió el portavoz ministerial respecto a las dosis que no han sido suministradas pese a tener destinatario; pueden ser ofrecidas a otros ciudadanos deseosos de recibir una vacuna y situados más abajo en la tabla de grupos de población prioritarios, añadió. 

El portavoz de la cancillera Angela Merkel, SteffenSeibert, volvió además a recalcar este miércoles en rueda de prensa un mensaje sobre la vacuna desarrollada por la farmacéutica británico-sueca que ya lanzó esta semana a través de su canal de Twitter: “La vacuna es efectiva y es segura”.

Información contradictoria

 A finales de la semana pasada, el ministro federal de Sanidad, el democristiano JensSpahn, incluso barajó la posibilidad de reforzar dentro de un año con otro preparado la inmunidad de los vacunados con dosis de AstraZeneca.

 La desconfianza sobre esta vacuna y sus posibles efectos secundarios también podría estar alimentada por una ya de por sí fuerte resistencia histórica a las vacunas entre parte de la población de Alemania, cuyo movimiento antivacunas es uno de los más importantes de Europa.

 La introducción de una posible vacunación obligatoria sigue siendo de hecho tabú en el país; la obligatoriedad es incluso considerada como contraproducente por los expertos y estudiosos de la efectividad de las campañas de vacunación llevadas a cabo a lo largo de la historia alemana.

Accidentado plan de vacunación

 La resistencia a la vacuna de AstraZeneca es el último episodio de un accidentado plan de vacunación que está colocando al país cada vez más lejos del objetivo establecido por sus autoridades: conseguir la inmunización colectiva a principios del próximo otoño. Según los últimos datos del Instituto Robert-Koch, algo más de cinco millones de personas han sido vacunadas en Alemania, que tiene una población de más de 80 millones de habitantes.

 El escepticismo respecto a la vacuna de AstraZeneca se suma a la lentitud de la distribución de las dosis – denunciada en repetidas ocasiones por responsables de diferentes centros de vacunación – y a la excesiva burocracia para acceder a ellas documentada por receptores prioritarios.