el camino a la inmunidad

De la vacuna a la vacunación

Laboratorio de la Universidad de Oxford, donde se produce la vacuna AstraZeneca

Laboratorio de la Universidad de Oxford, donde se produce la vacuna AstraZeneca / periodico

M. Ruiz Castro

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En estos más de ocho meses de pandemia, las expectativas de recuperar la normalidad perdida se han puesto en la carrera por conseguir una vacuna segura y efectiva contra el covid-19. La economía celebra cada resultado positivo de un ensayo clínico de Pfizer, Moderna o AstraZeneka, y entre los españoles ya los hay que se atreven a hacer planes aunque sea a medio plazo. Pero el entusiasmo por la llegada de la vacuna parece desinflarse cuando se habla de vacunación, es decir, de conseguir que haya un número suficiente de ciudadanos que se la pongan. "Lo que nos protege no es la vacuna, es la vacunación", alertó desde la OMS su directora de Salud, María Neira. Y los datos que nos dejan las encuestas no son muy halagüeños.

La primera vez que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntó por la vacuna en su barómetro de opinión fue en marzo, cuando apenas se empezaba a oír hablar de pandemia. Seis de cada 10 ciudadanos se mostraban de acuerdo con que la investigación para conseguir una vacuna era "la única solución frente al coronavirus". En septiembre, después de un estado de alarma y con decenas de miles de muertos, el CIS comenzó a preguntar por la vacunación. El 44,4% aseguraba que estaba dispuesto a vacunarse inmediatamente, frente al 40,3% que optaba por el ‘no’. Sin embargo, en los dos meses posteriores el porcentaje de los reacios no ha hecho más que aumentar. En octubre indicaban que no se vacunarían el 43,8% y en noviembre, el 47%.

En este último barómetro, el porcentaje de quienes sí se pondrían la vacuna caía al 36,8%, apenas cuatro de cada 10 personas. Al menos uno de cada 10 ciudadanos ni siquiera se ha planteado aún qué hacer.

Las mujeres, menos predispuestas

Por género, las mujeres muestran más reparos a vacunarse contra el covid-19. Más de la mitad, el 53,3%, no se pondría la dosis inmediatamente, y solo tres de cada 10 (el 28,5%) aseguran que sí lo harían. En cuanto a la edad, los más reacios son el grupo de entre 25 y 34 años (seis de cada 10 no se vacunaría) mientras queen los mayores de 65 años la cifra baja a tres de cada diez. Los jóvenes de entre 18 y 24 años están divididos: el 42,6% se vacunaría frente al 45,6% que descarta hacerlo. A partir de los 55 años, son más los que se la pondrían que los que dicen que no.

La inclinación política también influye en la predisposición a vacunarse. El 62,6% de quienes declaran haber votado a Vox en las últimas generales no está dispuesto a hacerlo inmediatamente. En el lado opuesto están los votantes de Más País (el 51% se vacunaría inmediatamente) y los electores de PSOE y Unidas Podemos, ambos por encima del 40%.

España, cultura de la vacunación

El escepticismo y el miedo a la vacuna tienen diferentes razones. La urgencia, la incertidumbre, e incluso la campaña que, a base de bulos e información falsa, intentan imponer los movimientos antivacunas o negacionistas de la pandemia. Sin embargo, los datos de cobertura de vacunación en España han sido siempre muy altos y positivos. La primovacunación (menores de 12 meses) y las vacunas de recuerdo de la población infantil tienen una cobertura superior al 90%.

En el caso de la gripe, en España solo se recomienda la vacunación de grupos de riesgo (mayores de 65 años, embarazadas y personal sanitario). En la campaña 2018-2019, la cobertura entre los mayores fue del 54,3%. En el 2017, último dato de Eurostat disponible, España fue el quinto país europeo con más personas vacunadas. Además, es el tercer país con un mayor porcentaje de ciudadanos, el 91%, que creen que las vacunas son seguras, solo por detrás de Portugal y Dinamarca.

Para los expertos, la clave del rechazo la vacuna que parece arrojar el CIS está en el término "inmediatamente". La experiencia con las vacunas nuevas demuestra que aunque a priori haya miedo a lo nuevo o desconocido, es una cuestión de tiempo que la mayoría de ciudadanos acaben por vacunarse. Las campañas de vacunación del Virus del Papiloma Humano empezaron en el año 2006. En el 2010 la cobertura en mujeres adolescentes era del 64,3% y en el 2018 alcanza casi el 80%.

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