crisis sanitaria

Oleada de cierres de negocios chinos en Barcelona

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Carlos Márquez Daniel / Xavier Oliva

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Cerrado "por vacaciones". El mensaje, a ordenador, en castellano y en chino, ha cogido por sorpresa a los vecinos. Por inesperado, y porque si algo tienen estos vecinos llegados de Oriente es que son trabajadores y no tienen por costumbre tomarse unos días para asuntos propios. "Hombre, es por el coronavirus, seguro", afirma una señora en la calle Roger de Flor, en el barrio del Fort Pienc de Barcelona, junto a la persiana bajada de un restaurante regentado por personas de nacionalidad china. Como este, cerca de 20 negocios del barrio no han abierto este lunes. Todos con la misma razón, esas vacaciones que, ahí sí hay ciertas diferencias, van de los 15 días al mes y medio. Lo más habitual, un mes. 

Cijun Lu, cónsul general adjunta de la República Popular China en Barcelona, explica a este diario que no tenía conocimiento del cierre de estos comercios, y asegura que en ningún caso la representación diplomática del gobierno de Pekín ha dado orden alguna para que dejen de trabajar. "No lo sabía, entiende que debe ser por razones personales, pero no puedo confirmar que sea a consecuencia del coronavirus", detalla. De la veintena de locales cerrados avistados en la zona, dos son de cocina coreana y el resto ofrecen gastronomía china. También hay una peluquería y un centro de masajes. Llama la atención que todos hayan tomado la decisión a la vez, dado que este lunes ha sido el elegido por la inmensa mayoría para iniciar las citadas vacaciones.  Uno de ellos, para ser justos, asegura en el cartel que también aprovechará para realizar reformas. 

En el cruce de Roger de Flor con Alí Bei, muy cerca de la estación del Nord, un par de restaurantes regentados por chinos siguen abiertos. En la puerta de ambos negocios, un cartel reza lo siguiente: "Sentimos usar las mascarillas para trabajar. El motivo es para proteger mejor a toda la población, porque el virus COVID-19 tiene un periodo de incubación en el que estamos asintomáticos. El uso de mascarillas durante este periodo atenuaría la propagación". Y así es, tanto los camareros como el cocinero llevan la cara cubierta, a pesar de que las autoridades sanitarias han repetido hasta la saciedad que el uso de estos elementos es innecesario. Una pareja de chinos que pasea por el barrio no se sorprende del cierre. Han seguido muy de cerca las medida de contención de su país, donde tienen familia, y no entienden que aquí en España "la gente esté tan tranquila"

Más allá de Barcelona

La decisión de cerrar locales también se ha tomado en otros municipios del área metropolitana como L’Hospitalet, o incluso más allá de esta, como Sabadell y Terrassa. En la segunda ciudad más poblada de Catalunya muchos locales del barrio de Santa Eulàlia, por ejemplo, también muchos locales regentados por ciudadanos de origen chino se han ido de "vacaciones" o, según se mire, de cuarentena encubierta. En Sabadell, un restaurante situado delante del Hospital Parc Taulí, la Fonda Huix, se despertó este lunes con un cartel en el que anunciaba el uso de mascarillas y que se atendería a puerta cerrada sirviendo cafés y bocadillos para llevar. Sin embargo, solo unas horas más tarde colgaba el cartel de cerrado por vacaciones hasta el 1 de abril. La misma escena se repetía en el restaurante Koyo II de la Rambla, un local muy concurrido, que bajó su persiana hasta el 10 de abril.

También en el centro de la cocapital vallesana, Óscar, el propietario de un restaurante chino de la calle de la República, anunciaba este lunes que cerraría por vacaciones hasta el 10 de abril. "La faena ha bajado y este año está costando arrancar después de la cuesta de enero. Por eso y por la preocupación que hay por el Covid-19, hemos decidido parar un mes para descansar", aseguraba Óscar.

Aparte del cierre por vacaciones, en algunos establecimientos se trabaja con mascarillas y se aplican otras medidas de seguridad. Yuan regenta un bazar en la Rambla de Sabadell. Hace unos días colgó en la entrada un cartel en el que anuncia que en el interior del establecimiento se trabaja con mascarillas. "Es para proteger mejor a toda la población, porque el virus tiene un periodo de incubación asintomático en el que también se puede contagiar. El uso de mascarillas durante este periodo atenuaría su propagación", reza el papel. También en la calle de la República, otro bazar sigue las mismas medidas. "Los casos están aumentando muy rápido y todos tenemos que protegernos", asegura Yang, uno de sus trabajadores.

Medidas "insuficientes"

"No vemos medidas de prevención suficientes en España", explica a EL PERIÓDICO Lam Chuen, presidente de la Unión de Asociaciones Chinas de Catalunya. Chuen, muy crítico con el Gobierno de Pedro Sánchez, considera que "no hay controles suficientes y falta concreción en las medidas". "Comparando lo que ha hecho China con lo que hace Europa, nos preocupa mucho, porque no vemos responsabilidad", asegura el presidente de la plataforma de asociaciones chinas. "Está bien que se llame a la tranquilidad, pero hay que tomar más medidas para asegurar que la gente se sienta segura", sostiene.