La dueña de la hebilla con forma de granada hizo el trayecto Sants-Atocha ajena al revuelo

Una hebilla de cinturón con forma de granada de mano ha provocado este miércoles por la mañana una crisis antiterrorista en la estación de Sants de Barcelona. Una mujer de 39 años, de nacionalidad española, que se dirigía a un congreso a Madrid en compañía de dos amigas, había metido esta hebilla en su maleta y la había sometido al control de escáner de equipajes de la estación. Por causas que se desconocen, y a pesar de que al menos un trabajador de Prosegur -la empresa de seguridad privada responsable del acceso- ha visto la imagen de una 'granada' en la pantalla, nadie le ha pedido a la mujer que abriera la maleta para comprobar de qué se trataba en realidad. Media hora más tarde, sin embargo, los vigilantes han recapacitado y han dado la voz de alarma.

El aviso a los Mossos d’Esquadra ha conllevado la paralizacióndurante tres horas de la entrada y salida de trenes AVE en la capital catalana y ha vaciado las vías de las líneas de alta velocidad 3 y 4. Los equipos de emergencia -Mossos, Guardia Urbana, ambulancias del SEM y Bombers de Barcelona-, con los artificieros TEDAX y la unidad canina a la cabeza, han descendido a las plataformas para buscar a la mujer con la presunta granada en la maleta. Pero ya no estaba. Había subido al tren de las 7.40 horas con las dos amigas, destino a Madrid.

La protagonista, ajena al escándalo

Las tres amigas han completado las dos horas y media de duración del viaje ajenas al pánico que habían sembrado en la estación de Sants y al despliegue de urgencia -que ha precisado la colaboración de varios cuerpos policiales- montado contrarreloj en Atocha para esperarlas, según han confirmado a EL PERIÓDICO fuentes del dispositivo.

Cuando el AVE ha llegado a Madrid, la Policía Nacional y los Mossos ya habían identificado a la mujer -y descartado que fuera una amenaza terrorista- gracias a las cámaras de seguridad de Sants. La policía catalana había enviado tanto a la Policía Nacional como al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) un fotograma de la pasajera capturado justo en el momento en que esta, precisamente, superaba el control de seguridad con la hebilla en la maleta. También habían enviado la imagen del escáner que dibujaba, según las fuentes consultadas, "una granada de mano cortada verticalmente".

Descartada la amenaza yihadista, se ha optado por no detener el tren y aguardar a que finalizara su trayecto. En Atocha la esperaban policías de uniforme y artificieros. Aunque finalmente han sido dos agentes de paisano quienes la han abordado para evitar un episodio de nervios en el contexto de un despliegue policial de gran envergadura. Le han pedido que abriera su maleta y ella, educada y relajada en todo momento –seguía ignorando de qué se trataba-, así lo ha hecho. Los dos agentes finalmente han confirmado que la supuesta granada de mano era solo la hebilla de un cinturón, eso sí, con forma de explosivo.

Investigación por negligencia

Los Mossos han pedido a ADIF, responsable de la infraestructura ferroviaria y empresa que ha contratado los servicios de Prosegur en la estación de Sants, que entregue un informe cronológico de los hechos y que, además, valoren lo sucedido. Asimismo, este jueves se reunirán junto a RENFE para repasar los protocolos de seguridad. Por su cuenta, la policía catalana investigará lo sucedido. El comisario Juan Carles Molinero, responsable de Mobilitat, ya ha avanzado que se ha producido una "disfunción" en la gestión del asunto.

Fuentes policiales consultadas por este diario aconsejan no comparar los controles existentes en la estación de Sants con los de un aeropuerto. Los estándares internacionales obligan a pasar por un detector de metales y a cacheos de pasajeros aleatorios antes de tomar un vuelo. Pero no para coger un tren. En Francia, sin ir más lejos, un país sujeto a una prevención antiterrorista más exhaustiva que España, se puede coger el mismo AVE que pasa por Barcelona sin necesidad de pasar ni siquiera por un escáner el equipaje. En Catalunya se entra a cualquier tren, salvo los de alta velocidad, sin superar tampoco ningún control.

La clave del enredo de la hebilla está en que han transcurrido 32 minutos desde que la falsa granada ha asomado en la pantalla de Prosegur hasta que se ha dado aviso a los Mossos. Tampoco ha ayudado que, a pesar de este espacio de tiempo, las indicaciones que ha recibido la policía catalana al llegar a Sants han sido que la pasajera seguiría en el andén de la estación. Una pista falsa que ha obligado a vaciar la zona de las vías cuando ella y maleta ya estaban en el tren, rumbo a Madrid. 

Así les hemos contado a lo largo de la jornada lo que iba ocurriendo en las estaciones de Sants y Atocha.