Gente corriente

Toni Bayés Genís: "Músculo artificial cardiaco podrá curar zonas de infarto"

Investiga, opera y salva vidas con dinero público y fondos solidarios como los de 'La Marató' de TV-3.

«Músculo artificial cardiaco podrá curar zonas de infarto»_MEDIA_1

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CARME ESCALES

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Una cifra, 8.864.016 euros, cerraba el pasado 14 de diciembre el directo de 15 horas de Mònica Terribas y Quim Masferrer al frente de La Marató de TV-3 y un día de actividades y recogida telefónica de donativos de un insigne barómetro de solidaridad por la salud. Truca, la investigació respon era el reclamo, y médicos como Toni Bayés, jefe de Cardiología del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona pueden demostrar que la investigación responde y retorna con frutos a la sociedad. A él y a su equipo la Fundació La Marató de TV-3 les becó un proyecto en el 2008. El fruto está ya en 10 corazones.

-¿Cuál era el cometido de su estudio?

-La ingeniería de tejido cardiaco. Estamos haciendo corazón artificial con células madre y matrices, para regenerar la cicatriz del infarto, la zona que queda muerta cuando una arteria coronaria se obstruye. Músculo artificial podrá curar esa herida y hacer que todo ese tejido dañado vuelva a latir sincrónicamente con el resto del corazón.

-¿En qué fase del camino están entre el laboratorio y la aplicación en personas?

-Implantar músculo artificial para esa regeneración es el prototipo, el concepto más complejo al que aspira este trabajo. La investigación siempre va por delante de la aplicación. Pero durante el estudio vamos descubriendo cosas que ya podemos implantar. Por ejemplo, hemos visto que en la grasa que rodea al pericardio -la envoltura del corazón- hay una cantidad de células madre espectaculares, muy buenas. Y hemos inventado una cirugía en la que levantamos esa grasa y recortamos el pericardio para poder aplicar directamente sobre la arteria la grasa que contiene esas valiosas células del mismo corazón para que el propio organismo se ayude a sí mismo a reparar la zona infartada. Una vez probado en cerdos y visto que la zona mejoraba notablemente, hemos hecho lo mismo ya a 10 personas. Hace 15 días realizamos la última operación.

-Hasta aquí, ¿qué han aprendido?

-De momento, sabemos que somos capaces de hacer la intervención con garantías, que es técnicamente practicable, y que es segura, algo imprescindible. Ahora evaluaremos su eficiencia. Hemos pasado del laboratorio a los humanos, identificando las células y probando en ratones, ratas y cerdos la cirugía, que es fruto de un trabajo posibilitado por fondos de La Marató de TV-3, del Ministerio de Sanidad y de Europa.

-Aprender a reparar el corazón es como tener unas llaves de la fuente de la vida... 

-¡Hombre! Hace tan solo 10 años, pensábamos que el corazón no se regeneraba. Y ahora sabemos que el 50% del corazón, al final de nuestra vida es nuevo, y la otra mitad es exactamente igual que cuando nacimos. Investigar en cardiología se traduce en expectativa de vida para las personas, y hay evidencias claras de ello a nivel internacional. En los últimos 50 años, la esperanza de vida en el mundo se ha alargado siete años y, de ellos, 4,9 han sido posibles gracias a mejoras cardiovasculares.

-¿Qué otros recientes logros aplican ya?

-Gracias a la innovación técnica de la industria, en Can Ruti -y en el Clínic-, hemos colocado ya los primeros desfibriladores subcutáneos. No llevan cables, y eso nos evita tener que entrar en el corazón.

-El corazón, órgano mágico -dice siempre el doctor Bayés-. Su primer trasplante en el 93, como médico, lo define muy bien.

-Enfermo con parada cerebral. Se le recorta el corazón, que, inerte por completo, se envuelve con hielo y, a cuatro grados, viaja de Santander, A Coruña o Puigcerdà hasta el Hospital de Sant Pau de Barcelona, donde un hueco en el tórax abierto de un paciente espera que el órgano llene su vacío. Colocación y sutura de todas las conexiones. Apertura de las fuentes de irrigación sanguínea y oxigenación y, en cuestión de segundos, el corazón empieza a latir. ¿Acaso no es eso mágico?