Más información y más clara en las nuevas etiquetas de alimentos

Los ciudadanos que mañana vayan a comprar productos alimentarios podrían ya verse sorprendidos, positivamente, por diferencias en los envases. De entrada, no tendrán que dejarse los ojos en el intento de leer la minúscula letra de las etiquetas. Además, los alérgenos -ingredientes susceptibles de provocar alergias como la lactosa, el gluten, la soja o los frutos secos- serán fácilmente identificables en los envases.

Letra más grande, más información y más clara son, en esencia, las modificaciones que introduce el nuevo reglamento de etiquetado que entrará en vigor a partir de mañana en los 28 estados de la UE. Pese a que ya será obligatorio, resultará más que probable encontrar aún en el mercado productos con etiquetas antiguas porque el reglamento permite que se agoten las existencias de los alimentos etiquetados antes del 13 de diciembre del 2014.

Los alimentos transformados envasados, además, deberán informar sobre sus propiedades nutritivas -aunque en este caso no será obligatorio hasta diciembre del 2016-.

Las modificaciones del etiquetado no terminan aquí. La carne fresca de cerdo, de cordero, de cabrito y de aves de corral deberá tener detallado su origen. Tendrá que quedar claro cuándo un producto está descongelado. Los aceites y grasas refinados deberán llevar especificado su origen.Y si los productos no están envasados y se sirven, por ejemplo, en un restaurante o una cafetería también se deberá informar de los componentes que pueden causar alergias. Todos los requisitos anteriores se hacen extensivos a la venta on line.

IMITACIÓN DE ALIMENTOS / La falsificación de alimentos y bebidas es un problema «grave», en opinión de la Comisión Europea. Con la nueva normativa, la información obligatoria permitirá al consumidor no resultar engañado por la presentación o la apariencias. Cuando los ingredientes que se espera que tenga un alimento hayan sido sustituidos por otros, los de sustitución deberán ir etiquetados de forma destacada en el envase.

Además, cuando los principales ingredientes de un producto alimentario no sean originarios del mismo lugar que el producto acabado, el etiquetado deberá indicar también el país de origen o el lugar de procedencia de los ingredientes principales. Así, según argumenta la autoridad comunitaria, no solo los consumidores resultarán protegidos sino que también se garantizarán las condiciones de competencia leal entre las empresas de productos alimentarios.