Infraestructuras del futuro

Los partidos libran una guerra de codazos para capitalizar el éxito

MADRID José Blanco, con la representante de la CE, Laure Chapuis, felicitándose por la decisión.

MADRID José Blanco, con la representante de la CE, Laure Chapuis, felicitándose por la decisión.

CRISTINA BUESA
BARCELONA

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En marzo, cuando se presentó el primer estudio técnico del corredor mediterráneo, fue en el Saló dels Cònsuls. Ayer se eligió el Saló de Contractacions de la Llotja. «Lo que importa realmente es eso, que se contraten y empiecen cuanto antes las obras», reclamaba el directivo de una importante constructora catalana. Él era uno de los que había acudido en las dos ocasiones al acto convocado por el ministro de Fomento, José Blanco. Bueno, mejor dicho por la Cambra de Comerç. O por el ministro, según a quién se pregunte. La gran diferencia entre una y otra ocasión es que esta vez las primeras filas estaban completamente copada por los políticos.

Todo salió bien al final, pero los prolegómenos no habían sido nada prometedores. El lunes, Presidència de la Generalitat había montado en cólera porque Blanco pidió a la Cambra que organizara un «acto de valoración» sobre la decisión de la CE, algo inédito hasta ahora pero que, con el calendario en la mano, tiene la explicación que tiene: 20 de noviembre, elecciones generales.

PEQUEÑAS PUYAS / Pero la tirantez, el malestar, la sorpresa exhibidos por el Govern el lunes, se esfumaron. Ayer era un día de celebración y Blanco y elpresident,Artur Mas, solo se lanzaron una pequeña puya uno al otro. El primero tildó de «incomprensible» que en el 2003 no se incluyera el corredor en la Red Transeuropea de Transportes: no hacía falta recordar que entonces mandaba el PP, cuyos presupuestos aprobaba con el apoyo (no imprescindible) de CiU.

Por su parte, Mas subrayó que sí, que está muy bien la idea de la red con cinco ejes pero que ojo, que a la hora de invertir hay que tener en cuenta dónde está el tejido productivo: «Hay que unir industria exportadora, puertos y actividad logística». Que era lo mismo que decir que en los otros recorridos no se da esta conjunción de elementos.

DISCURSOS ADAPTADOS / En ambos casos el reproche o aviso velado llegó con una sonrisa en los labios. Blanco lo llevaba escrito en su pantalla táctil, actualizada para el discurso barcelonés. Eran las 19.30 horas de la tarde: por lo tanto era Barcelona. Solo tres horas antes había estado en Zaragoza y había tenido que adaptar sus frases para acomodarse a un público que probablemente estaba más preocupado por conocer porqué no se había incluido la Travesía Central del Pirineo que por otra cosa. Y hoy a las nueve de la mañana en Sevilla, donde presidía otro acto, el texto del ministro en elI-padseguramente incluiría otros detalles acerca de los ejes central o atlántico. Cosas de la precampaña electoral.

Untourque, por cierto, no solo ha afectado a Blanco sino también a dos de sus secretarios de Estado, Isaías Táboas y Víctor Morlán, ambos también anoche en Barcelona. Táboas va hoy a Tarragona y Alicante, y Morlán, a Valladolid y Salamanca.

«VENTE 'PÁ' LA FOTO» / En el Saló de Contractacions, frente a unas 300 personas, abrió el acto el presidente de la Cambra, Miquel Valls. Después, Blanco y cerró Mas, que presidía. La candidata a las generales por el PSC, la ministra Carme Chacón, en primera fila. El candidato de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, en primera fila. Después, tras los discursos sobre el fin de la España radial del kilómetro cero y el inicio de la España en red, fue la hora de la foto.

Solo hubo una, la oficial, pero generó ciertos movimientos. El ministro invitó al diputado nacionalista Pere Macias: «Ventela foto». Pero o no quiso o no llegó a tiempo. Su compañero de filas, Duran, ya estaba allí. Junto a él, Chacón, Valls, Mas, Blanco y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. Era una instantánea improvisada, pero que le costó una buena reprimenda al candidato del PP, Jorge Fernández Díaz. Su jefa, Alicia Sánchez- Camacho, le recriminó no haber sido suficientemente rápido y haberse quedado fuera.

Y mientras unos y otros buscaban el flas y se daban golpecitos en la espalda por la victoria, caía otra hoja del calendario y se acercaba la fecha que decidirá quién administrará el futuro del corredor.