RÉCORD MUNDIAL NO OFICIAL

Aterriza tras 14 días de vuelo sin pausa un avión propulsado con energía solar

El Zephyr, un aparato no tripulado de 50 kilos, bate todas las marcas de permanencia en el aire

El avión Zephyr junto a sus supervisores, hoy.

El avión Zephyr junto a sus supervisores, hoy. / FR at

EFE

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El avión no tripulado Zephyr, que funciona con energía solar, ha aterrizado hoy después de más de 336 horas de vuelo ininterrumpido sobre una base del Ejército de Estados Unidos, en Arizona, ha informado un portavoz militar.

El Zephyr, que había iniciado su prueba el 9 de julio a las 13.40 GMT, ha retornado a la pista del campo de pruebas del Ejército en Yuma, Arizona, hoy a las 14.07 GMT, ha indicado Yoli Canales, portavoz de la instalación.

Por su parte, la firma fabricante QinetiQ ha ofrecido una duración del vuelo de 336 horas y 24 minutos, tres minutos menos que la ofrecida por el Ejército.

La nave, que pesa unos 50 kilogramos y tiene una envergadura de 22,5 metros, ha volado sin pausas hasta hoy a una altura de unos 18.000 metros durante el día y de 12.000 metros durante la noche.

Récord cuadruplicado

El Zephyr ha batido todas las marcas mundiales de duración de vuelo y ha cuadruplicado su récord, no oficial, de 82 horas y 37 minutos, establecido en el 2008.

El récord mundial oficial hasta hoy para el vuelo de una aeronave sin tripulación es el establecido el 22 de marzo del 2001 por el RQ-4A Global Hawk, de Northrop Grumman, con 30 horas y 24 minutos.

QinetiQ invitó a la Federación Aeronáutica Internacional para que observara el vuelo de su Zephyr en Yuma y certificara la duración del vuelo.

Competencia del Global Hawk

La empresa fabricante espera que su avión le quite el empleo al Global Hawk, una nave operada por control remoto y que usan actualmente la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea de Estados Unidos para tareas de observación, que tiene un precio cercano a los 123 millones de dólares.

El Zephyr, lanzado al aire con la propulsión facilitada por cinco hombres, continuó volando con energía solar que se obtiene de paneles solares de silicona amorfa delgados como hojas de papel y que cubren las alas del avión.

Los mismos paneles recargan baterías de litio y azufre y éstas dan energía para la operación durante la noche. El modelo que ha sobrevolado el Campo Yuma es casi un 50% más grande que su predecesor, de forma que puede acomodar más baterías y un sistema mejorado para el manejo de la energía.