Psicología

¿Cómo ser más feliz? Sigue estos nueve pasos

Ser más feliz está a la alcance de nuestra mano

Una chica feliz: cómo ser más feliz

Una chica feliz: cómo ser más feliz / 123RF

Ángel Rull

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La felicidad no solo implica la ausencia de tristeza o malestar, sino que es una experiencia global que incluye el bienestar emocional, la satisfacción con la vida, la alegría, la sensación de propósito y la capacidad de manejar las tensiones de manera saludable. Ser feliz significa sentir que la vida es significativa, que nuestras acciones tienen un propósito y que estamos conectados con los demás de manera positiva.

La felicidad puede manifestarse de diferentes maneras en diversas culturas y en distintas etapas de la vida. Para algunos, puede ser la paz que viene con una vida familiar armoniosa, mientras que para otros podría ser la realización de alcanzar metas personales o profesionales. Cada persona tiene su propia definición de felicidad, que a menudo se moldea según sus experiencias, valores y entorno.

Además, la felicidad incluye la habilidad de manejar emociones negativas de manera efectiva y no permitir que dominen nuestro estado de ánimo general. Esto implica aprender a ver los problemas desde una perspectiva más amplia y desarrollar una actitud de gratitud y optimismo ante la vida.

¿Qué noto en mi vida cuando soy más feliz?

Cuando experimentamos un aumento en nuestra felicidad, notamos varios cambios significativos en nuestra vida. Estos pueden incluir un mejor estado de salud física y mental, relaciones más fuertes y satisfactorias, mayor creatividad y un mejor desempeño laboral. El bienestar emocional influye positivamente en nuestra capacidad para enfrentar problemas y interactuar socialmente.

Un estado elevado de felicidad también puede llevar a una mejor autoestima y confianza en uno mismo. Las personas tienden a ver sus capacidades de manera más positiva y están más dispuestas a tomar iniciativas y arriesgarse en busca de nuevas oportunidades. Este cambio de actitud puede abrir muchas puertas y facilitar el logro de objetivos personales y profesionales.

¿Puedo aprender a ser más feliz?

Aunque ciertos aspectos de nuestra disposición hacia la felicidad pueden estar influenciados por factores genéticos, una gran parte de nuestro bienestar está bajo nuestro propio control. A través de técnicas y estrategias específicas, podemos mejorar nuestra habilidad para ser felices.

Estas estrategias no requieren de grandes cambios o recursos extraordinarios; en cambio, se basan en adoptar pequeños hábitos y ajustes en nuestra forma de pensar y actuar que, con el tiempo, pueden llevar a grandes mejoras en nuestro bienestar emocional. Por ejemplo, integrar la práctica de mindfulness en nuestra rutina diaria puede ayudarnos a mantenernos centrados y a reducir el estrés.

Pasos para ser más feliz

Es crucial entender que ser más feliz es un proceso continuo que implica compromiso y trabajo constante. No se trata de un estado permanente o de alcanzar un pico de alegría, sino más bien de cultivar una serie de habilidades y actitudes que nos permitan disfrutar de la vida de manera más plena y satisfactoria.

¿Cómo ser más feliz? Sigue estos pasos:

1. Cultivar relaciones positivas

El apoyo social es crucial para nuestra felicidad. Dedicar tiempo a fortalecer las relaciones con amigos y familiares puede proporcionarnos una red de seguridad emocional y aumentar nuestra sensación de pertenencia. Estas relaciones no solo nos ofrecen consuelo y alegría, sino que también contribuyen a nuestro crecimiento personal al proporcionarnos diferentes perspectivas y experiencias.

Es importante mantener una comunicación abierta y honesta con nuestros seres queridos y asegurarnos de expresar aprecio y afecto regularmente. Participar en actividades conjuntas y compartir momentos significativos fortalece estos lazos y promueve sentimientos de felicidad compartida.

Al fomentar relaciones positivas, también aprendemos a lidiar mejor con los conflictos y a entender la importancia de dar y recibir en nuestras interacciones, lo cual es fundamental para mantener relaciones duraderas y satisfactorias.

2. Agradecer lo bueno

El acto de agradecer activamente y reconocer las cosas buenas en nuestra vida nos ayuda a focalizar en lo positivo y a disminuir la importancia de los problemas temporales. Mantener un diario de gratitud donde escribimos regularmente sobre nuestras experiencias positivas puede ser una herramienta eficaz para cultivar este hábito.

Apreciar las pequeñas cosas, como un día soleado, un gesto amable de un desconocido, o la comodidad de nuestro hogar, puede tener un gran impacto en nuestro estado de ánimo general y nuestra percepción del mundo.

Alentar a otros a compartir sus momentos de gratitud también puede reforzar nuestras relaciones y crear un entorno más positivo y solidario.

3. Establecer metas alcanzables

Fijar y alcanzar metas personales nos proporciona una sensación de logro y dirección. Es importante que estas metas sean realistas y medibles, para evitar la frustración y el desánimo.

Las metas no tienen que ser grandes o abrumadoras; incluso pequeños objetivos pueden proporcionar un sentido de propósito y motivación. Por ejemplo, terminar un libro, aprender una nueva habilidad o mejorar un aspecto de nuestra salud física son metas valiosas.

Celebrar los pequeños éxitos en el camino hacia una meta más grande es crucial. Reconocer nuestro propio progreso nos ayuda a mantener el entusiasmo y la motivación, y nos impulsa a continuar avanzando.

4. Cuidar el cuerpo y la mente

La actividad física regular y una alimentación saludable no solo mejoran nuestra salud física, sino que también tienen un impacto positivo en nuestra salud mental. El ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden mejorar nuestro estado de ánimo y reducir los sentimientos de ansiedad y depresión.

Además, practicar la meditación o mindfulness puede mejorar significativamente nuestro estado emocional, ayudándonos a centrarnos en el presente y reducir las preocupaciones excesivas sobre el futuro o el pasado.

Dormir lo suficiente también es esencial para mantener nuestra salud mental y física. La falta de sueño puede afectar nuestro humor, nuestra energía y nuestra capacidad para manejar el estrés.

5. Desarrollar la resiliencia

Aprender a aceptar que la vida incluye momentos difíciles nos ayuda a manejar mejor las tensiones. Desarrollar una actitud resiliente nos permite recuperarnos más rápidamente y con más fortaleza de las adversidades.

Construir resiliencia implica mantener una perspectiva positiva y buscar lecciones en los problemas en lugar de verlos como obstáculos insuperables. Esto nos ayuda a adaptarnos y avanzar con más confianza.

Rodearse de personas que nos apoyan y buscar fuentes de inspiración y motivación también puede fortalecer nuestra capacidad para enfrentar los contratiempos de manera efectiva.

6. Buscar experiencias en lugar de cosas

Las experiencias, como viajar, aprender habilidades nuevas o disfrutar de actividades culturales, nos enriquecen más y nos proporcionan recuerdos duraderos a diferencia de la adquisición de bienes materiales. Invertir en experiencias es una forma de promover la felicidad a largo plazo porque fomenta la conexión con otros y con uno mismo.

Participar en actividades que nos saquen de nuestra zona de confort puede también aumentar nuestra autoestima y sentido de logro. Ya sea aprender un nuevo idioma o participar en un deporte, cada nueva experiencia es una oportunidad para crecer.

Estas experiencias nos permiten crear una narrativa personal más rica y nos dan historias que compartir, lo cual fortalece nuestras relaciones y nos proporciona una sensación de vida vivida plenamente.

7. Reducir las comparaciones sociales

Compararse constantemente con los demás puede ser una fuente de frustración y malestar. Centrarnos en nuestro propio progreso y bienestar es mucho más beneficioso. Es vital reconocer que cada persona tiene su propio camino y sus propios tiempos.

Utilizar las redes sociales de manera consciente y limitar el tiempo que pasamos en ellas puede ayudar a reducir las comparaciones. Es importante recordar que lo que las personas muestran en estas plataformas es solo una parte de su realidad.

Celebrar los logros de los demás sin sentirnos amenazados es un paso crucial hacia la felicidad. Aprender a ser genuinamente feliz por otros puede mejorar nuestras relaciones y nuestra propia satisfacción con la vida.

8. Practicar la autoaceptación

Aceptarnos a nosotros mismos con nuestras fortalezas y debilidades es fundamental para la felicidad. Esto implica un entendimiento profundo de nuestras capacidades y limitaciones, y trabajar desde este conocimiento.

La autoaceptación no significa resignación, sino reconocer dónde estamos en nuestra vida y trabajar hacia el cambio positivo desde un lugar de comprensión y no de crítica.

Celebrar nuestra individualidad y trabajar para ser la mejor versión de nosotros mismos, en lugar de una copia de alguien que admiramos, puede llevarnos a una vida más auténtica y feliz.

9. Ofrecer amabilidad

Actos pequeños de bondad no solo benefician a quienes los reciben, sino que también mejoran nuestro propio bienestar. Ayudar a otros nos puede hacer sentir más conectados con nuestra comunidad y darle un sentido más profundo a nuestras vidas.

Voluntariado, ayudar a un amigo en necesidad, o simplemente ofrecer un gesto amable a un extraño son maneras de cultivar la felicidad. Estos actos refuerzan nuestro sentido de eficacia y autoestima.

La bondad genera un efecto dominó, promoviendo un ambiente positivo y una cultura de apoyo mutuo. Practicar la empatía y el cuidado por los demás es una poderosa herramienta para construir un mundo más feliz, tanto para nosotros mismos como para los que nos rodean.

Estos nueve pasos no son recetas mágicas, pero sí son prácticas fundamentadas que, cuando se incorporan a nuestra vida diaria, pueden mejorar significativamente nuestro bienestar y felicidad. Cada paso tomado es un paso hacia una vida más plena y satisfactoria.

* Ángel Rull, psicólogo.