Psicología

“No le caigo bien a mis hijos”: así puedes restablecer el vínculo

Debemos mantener un equilibro entre la confianza y la autoridad

Ser Feliz

Ser Feliz / 123RF

Ángel Rull

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La relación entre padres e hijos es fundamental para el desarrollo emocional y psicológico de los niños. Sin embargo, en ocasiones, los padres pueden experimentar la sensación de que no les caen bien a sus propios hijos. Esta percepción puede generar ansiedad, estrés y sentimientos de rechazo, tanto en los progenitores como en los hijos.

Es importante reconocer que esta situación es más común de lo que se piensa y que no debe interpretarse como un fracaso en el rol parental. Los vínculos afectivos son complejos y pueden verse influenciados por diferentes factores, como la personalidad, la comunicación y las experiencias pasadas.

La importancia del vínculo con los hijos

La necesidad de ser querido y aceptado es inherente al ser humano, y esto se aplica especialmente a los niños. Cuando un niño siente que sus padres lo quieren y lo aprecian, desarrolla una autoestima positiva, una sensación de seguridad y una base sólida para establecer relaciones saludables en el futuro.

El hecho de caer bien a los hijos no implica ser permisivo o complaciente en todo momento, sino más bien ser un apoyo emocional y una figura de autoridad comprensiva. Los hijos necesitan saber que sus padres están ahí para ellos, que los entienden y los quieren incondicionalmente, incluso en situaciones difíciles.

La conexión emocional entre padres e hijos se construye día a día, a través de interacciones positivas, expresiones de cariño y escucha activa. Cuando los niños sienten que son amados y valorados por sus padres, es más probable que desarrollen una actitud positiva hacia la vida y se sientan seguros para explorar el mundo que los rodea.

Diferencias entre caer bien o ser su amigo

Es común que los padres se planteen si deben ser amigos de sus hijos para establecer un vínculo fuerte con ellos. Ser un amigo puede implicar una relación más cercana y horizontal, donde la autoridad y los límites pueden verse difuminados. Sin embargo, ser padre o madre va más allá de ser simplemente un amigo.

La principal diferencia radica en el rol y la responsabilidad que se asume en cada posición. Un amigo puede ofrecer consejos y apoyo, pero no tiene la responsabilidad de educar y guiar en la misma medida que un padre o madre. La autoridad de los padres es necesaria para establecer límites y normas que fomenten el crecimiento y la responsabilidad de los hijos.

Aunque ser el amigo de los hijos puede parecer atractivo, es importante mantener un equilibrio entre la amistad y la figura de autoridad. Ser demasiado "colega" puede dificultar la imposición de límites y normas, lo que puede llevar a problemas de conducta y falta de respeto en el hogar y fuera de él.

Cuando ser su amigo sí es un problema

A pesar de que mantener una relación cercana con los hijos es positivo, hay situaciones en las que ser el amigo puede convertirse en un problema. Esto ocurre principalmente cuando los padres buscan ser aceptados y queridos por sus hijos a toda costa, incluso si esto significa sacrificar la disciplina y el establecimiento de límites claros.

Los niños necesitan estructura y orientación para su desarrollo adecuado. Cuando los padres evitan asumir su rol de autoridad y se enfocan únicamente en ser amigos, pueden generar confusión en los hijos acerca de las normas y expectativas.

Además, si los padres buscan ser amigos para llenar sus propias carencias emocionales, pueden transmitir un mensaje de dependencia poco saludable a los hijos. Los niños no deben ser responsables de satisfacer las necesidades emocionales de sus padres; esta carga recae completamente en los adultos.

Es esencial mantener un equilibrio entre ser un apoyo emocional para los hijos y asumir la responsabilidad de guiarlos y educarlos de manera adecuada. Ser un buen padre implica encontrar un punto medio entre la amistad y la autoridad, donde los hijos se sientan amados y comprendidos, pero también sepan que hay límites claros y expectativas realistas.

¿Cómo puedo caer bien a mi hijo y fortalecer el vínculo?

El vínculo entre padre/madre y los hijos e hijas es importante para no solo mantener una buena relación, sino para poder educar en el afecto. Esto impactará positivamente en la vida de todas las partes, generando un mayor nivel de bienestar emocional. Pero ¿cómo podemos hacerlo?

Esto es lo que puedes hacer para caerle bien a tu hijo:

1. Comunicación abierta y honesta

Establecer un canal de comunicación donde los hijos se sientan cómodos expresando sus pensamientos y emociones es fundamental para fortalecer el vínculo. Escucha activamente a tus hijos sin juzgar, valida sus sentimientos y respeta sus opiniones, incluso si no estás de acuerdo.

2. Tiempo de calidad juntos

Dedica tiempo exclusivo a compartir actividades con tus hijos. Ya sea jugar juntos, salir a pasear o simplemente conversar, este tiempo les permitirá estrechar lazos emocionales y crear recuerdos significativos.

3. Fomenta el respeto mutuo

La relación entre padres e hijos debe basarse en el respeto mutuo. Demuestra respeto hacia tus hijos tratándolos con amabilidad y evitando gritos o descalificaciones. A su vez, enseña a tus hijos a respetar a los demás y a expresar sus opiniones de manera respetuosa.

4. Apoyo incondicional

Haz que tus hijos sepan que siempre pueden contar contigo en momentos de dificultad. Ofrece apoyo emocional y soluciones prácticas cuando enfrenten sus problemas. Ser una figura de apoyo incondicional les brinda seguridad y confianza en su relación contigo.

5. Establece límites y normas

Si bien es importante mantener una relación cercana, también es fundamental establecer límites claros y normas en el hogar. Los límites proporcionan estructura y seguridad a los niños, y les enseñan a ser responsables de sus acciones.

6. Modela comportamientos positivos

Los hijos aprenden mucho observando el comportamiento de sus padres. Modela la empatía, la paciencia, la perseverancia y la tolerancia, entre otros valores importantes. Tu ejemplo tendrá un impacto duradero en su desarrollo emocional.

7. Apoya sus intereses y pasiones

Demuestra interés genuino por las actividades y pasiones de tus hijos. Participa en sus actividades cuando sea posible y celebra sus logros. Esto les hará sentirse valorados y amados.

8. Acepta y valora su individualidad

Cada hijo es único y tiene sus propias características y personalidad. Acepta y valora a tus hijos tal como son, sin tratar de cambiarlos o compararlos con otros. Celebra sus diferencias y ayúdalos a desarrollar su propia identidad.

9. Resuelve conflictos de manera constructiva

Los conflictos son inevitables en cualquier relación, pero es importante abordarlos de manera constructiva. Enfrenta los desacuerdos con calma y busca soluciones juntos. Evita culpar o castigar, y en su lugar, enfócate en encontrar puntos de acuerdo.

10. Sé paciente y comprensivo

Criar a los hijos puede ser todo un reto, y en ocasiones, pueden cometer errores o comportarse de manera difícil. Sé paciente y comprensivo con ellos, recuerda que están en constante aprendizaje y necesitan tu guía para crecer.

El deseo de caer bien a los hijos es una aspiración natural para la mayoría de los padres, pero es importante recordar que no siempre es necesario ser el amigo de los hijos para establecer un vínculo fuerte y saludable. La clave está en encontrar un equilibrio entre ser un apoyo emocional y ser una figura de autoridad.

La relación entre padres e hijos es única y evoluciona a lo largo del tiempo. Es normal experimentar altibajos y conflictos en esta relación, pero lo importante es mantener el compromiso de fortalecer el vínculo afectivo y la confianza mutua.

Recordemos que los niños necesitan sentirse queridos, aceptados y valorados por sus padres para desarrollar una autoestima saludable y una visión positiva de sí mismos y del mundo que los rodea. Al seguir los consejos presentados y enfocarnos en la comunicación, el respeto y el apoyo, estaremos en el camino hacia una relación más cercana y significativa con nuestros hijos.

* Ángel Rull, psicólogo.