Psicología

Optimismo en niños: cinco pautas para enseñárselo

La regulación de las emociones es fundamental en el desarrollo infantil

Niños felices

Niños felices / 123RF

Ángel Rull

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El optimismo es una cualidad que puede marcar una gran diferencia en la vida de los niños. Ser optimista implica tener una actitud positiva hacia el futuro, creer en la capacidad de superar los desafíos y ver las situaciones difíciles como oportunidades para crecer y aprender. Fomentar el optimismo en los niños desde temprana edad es fundamental para su bienestar emocional y su desarrollo personal.

¿Qué es el optimismo?

El optimismo es una forma de pensar y percibir la vida que se centra en ver el lado positivo de las situaciones, creer en el propio poder para influir en el futuro y mantener una actitud esperanzadora. Los optimistas tienden a enfrentar los desafíos con confianza y perseverancia, buscando soluciones en lugar de rendirse ante las dificultades. Ser optimista implica tener una mentalidad de crecimiento, donde los errores y fracasos se ven como oportunidades para aprender y crecer.

Beneficios de que los niños sean más optimistas

Fomentar el optimismo en los niños tiene numerosos beneficios para su bienestar emocional y su desarrollo. Los niños optimistas tienden a tener una mayor resiliencia frente a las adversidades, lo que les ayuda a recuperarse más rápidamente de las dificultades y a adaptarse a los cambios. Además, los niños optimistas tienden a tener una mayor autoestima y confianza en sí mismos, lo que les permite enfrentar los desafíos con una actitud positiva y perseverante.

El optimismo también está relacionado con un mejor rendimiento académico. Los niños optimistas son más propensos a establecer metas realistas, esforzarse por alcanzarlas y mantener una actitud positiva hacia el aprendizaje. También tienden a tener una mayor motivación y persistencia en sus tareas escolares.

¿Qué es el optimismo negativo?

Aunque el optimismo es una cualidad deseable, es importante tener en cuenta que existe una forma de optimismo negativo. El optimismo negativo se caracteriza por tener expectativas excesivamente altas o poco realistas, lo que puede llevar a la decepción y la frustración cuando las cosas no salen como se esperaba. Los niños que tienen un enfoque excesivamente optimista pueden pasar por alto los obstáculos y desafíos, lo que les dificulta desarrollar habilidades de afrontamiento adecuadas.

Es importante enseñar a los niños a equilibrar el optimismo con la realidad, fomentando una mentalidad flexible que reconozca los desafíos, pero también mantenga una actitud positiva y esperanzadora.

Cinco pautas para enseñar optimismo a los niños

El optimismo es un recurso emocional imprescindible en el desarrollo y la transformación de cualquier persona. Pero, además, es especialmente importante en los niños. En la infancia moldeamos la mayoría de habilidades que tendremos en la etapa adulta, por lo que es un buen momento para enseñarnos optimismo.

Estas pautas te ayudarán a enseñar optimismo a los más pequeños:

1. Modela una actitud optimista

Los niños aprenden mucho observando el comportamiento de los adultos que los rodean. Muestra una actitud positiva y optimista hacia las situaciones cotidianas, resaltando los aspectos positivos y buscando soluciones en lugar de enfocarte en los problemas. Comunica tus propias experiencias de superación y cómo aprendiste de los fracasos.

2. Fomenta el pensamiento positivo

Ayuda a los niños a desarrollar un pensamiento positivo enseñándoles a identificar y desafiar los pensamientos negativos o pesimistas. Anímalos a encontrar aspectos positivos en las situaciones difíciles y a enfocarse en soluciones en lugar de lamentarse por los problemas.

3. Enseña habilidades de afrontamiento

El optimismo está estrechamente relacionado con la capacidad de enfrentar los desafíos de manera efectiva. Enséñales estrategias de afrontamiento saludables, como la resolución de problemas, la expresión emocional adecuada y la búsqueda de apoyo social cuando sea necesario.

4. Celebra los esfuerzos y los logros

Reconoce y valora los esfuerzos de tu hijo, así como sus logros, grandes y pequeños. Fomenta una mentalidad de crecimiento, elogiando el proceso y la perseverancia, incluso cuando los resultados no sean perfectos. Ayuda a los niños a aprender de los errores y fracasos, destacando la importancia de intentarlo nuevamente.

5. Fomenta la gratitud y la empatía

Ayuda a los niños a apreciar las cosas buenas de la vida y a tener una visión más positiva del mundo. Fomenta la práctica diaria de la gratitud y anímalo a reconocer y valorar los momentos y las personas que le brindan felicidad. Además, enséñales a ser empáticos y considerados con los demás, lo que fortalecerá su conexión con los demás y promoverá un enfoque positivo de las relaciones interpersonales.

Enseñar optimismo a los niños es un regalo invaluable que les ayudará a enfrentar los desafíos de la vida con confianza, resiliencia y una actitud positiva. A través de la modelación, el fomento del pensamiento positivo, el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la celebración de esfuerzos y logros, y la promoción de la gratitud y la empatía, los padres y educadores pueden cultivar una mentalidad optimista en los niños. Al hacerlo, se les brinda las herramientas necesarias para florecer emocionalmente y alcanzar su máximo potencial. El optimismo es una semilla poderosa que podemos sembrar en la infancia y cosechar los frutos de un futuro lleno de esperanza y resiliencia.

* Ángel Rull, psicólogo.