PSICOLOGÍA

Cómo ser feliz todos los días: claves para alcanzarlo

La felicidad es un estado relativamente equilibrado que puede ser alcanzado por cualquier persona

Una llegada al aeropuerto, un momento de felicidad.

Una llegada al aeropuerto, un momento de felicidad.

Ángel Rull

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Cómo ser feliz es una de las cuestiones que suelen preocuparnos periódicamente. Queremos alcanzar un estado inquebrantable donde nada desajuste lo que tanto nos ha costado alcanzar. Sumamos perfeccionismo y autoexigencia y el resultado es una utopía que nunca está disponible para nosotros. Reducimos los momentos de felicidad a pequeños puntos en nuestra vida. El fallo se encuentra, por un lado, en la concepción de qué es realmente ser feliz y, por otro lado, en las herramientas que usamos para poder lograr ese estado.

La felicidad diaria puede alcanzarse en casi cualquier circunstancia y está disponible para todo aquel que entienda que ser feliz es posible si sabemos compensar los momentos negativos con los regalos que vivimos día a día. Desde la Psicología Positiva hasta libros de autoayuda nos enseñan a abrazar las partes oscuras y apoyarnos en las positivas.

100 días felices

Cuando nos marcamos el objetivo de querer ser más felices, la meta no está del todo definida. No tenemos claro cómo podemos medir esa felicidad ni los pasos exactos que vamos realizar para alcanzarla. Es aquí donde podemos recurrir a libros o manuales que nos enseñen cómo otras personas lo han conseguido para poder imitar el proceso.

Una de las personas que se marcó este objetivo fue Dmitry Golubnichy. Y fue tras un viaje a su ciudad natal donde encontró la clave: la felicidad se encuentra en los pequeños actos diarios. Cualquier acción, por pequeña que sea, pero hecha en el marco de la rutina diaria, logrará que aumentemos nuestra sensación de bienestar, la cual se acumula y crece a medida que se repiten las acciones. De ese descubrimiento surgió el hashtag #100happydays, al que se fueron sumando personas de todo el mundo que cada día daban un pequeño paso para encontrar un momento feliz. Contemplar un cuadro, buscar la bondad, montar en bici, escuchar música o escaparse al cine son algunas de las acciones que se fueron compartiendo en Instagram.

Del reto improvisado de los #100happydays ha surgido un libro, 'Sé feliz durante 100 días seguidos' (Libros Cúpula, 2019), que recoge 100 experiencias que podemos hacer en nuestro día a día y que nos inspiran a sumar pequeños pedacitos de felicidad.

Felicidad diaria

La felicidad es vista no solo por los grandes momentos que vivimos ocasionalmente, sino también por todos aquellos actos premeditados que podemos hacer cada día y las rutinas que incorporemos y que nos hagan sentir mejor. Estas rutinas tienen como fin cambiar el foco donde miramos y buscar aspectos positivos y relevantes de nuestro día a día. Añadiendo de forma directa buenos hábitos, aquellos negativos se irán quedando atrás, y compondremos una vida que amortiguará mejor los inevitables golpes y nos hará ganar en resiliencia.

¿Cómo podemos modificar nuestras rutinas para ser felices todos los días?

1. Dedica más tiempo a los demás

En nuestra vida tenemos separado el trabajo de la vida social, no solo porque sean campos diferentes sino porque dedicamos días distintos a cada cosa. Si modificamos el patrón y de lunes a viernes también dedicamos tiempo a los demás, nuestra experiencia de bienestar aumentará significativamente. Además, este tiempo no solo puede ser de ocio, sino que podemos dedicarlo a ayudar a otras personas.

Los actos altruistas y la solidaridad repercuten positivamente en la felicidad percibida. Por eso, una obra de caridad de forma habitual nos hará sentir siempre mejor, desconectando de nuestros problemas y generando empatía hacia el resto.

2. Ejercicio

El deporte tiene un efecto directo en el bienestar: no solo acaba eliminando la sintomatología depresiva, sino que, además, genera un aumento constante en la felicidad.

No es necesario que cada día hagamos ejercicio físico ni debemos buscar el estándar de tres días semanales. Las actividades deben adaptarse a nuestra vida en su punto justo: mientras que unas personas necesitan un paseo diario de 20 minutos, otros buscan entrenamientos de alta intensidad 4 veces por semana.

3. Metas permanentes

Escoger un punto y movernos hacia él nos hace salir de la zona de confort y de la inactividad física y mental. Debemos tener siempre metas vitales y buscar los caminos para llegar hasta ellas. Estimula la motivación y la satisfacción personal.

Cada 3 meses, evalúa tus metas y lo cerca que estás de ellas. También cámbialas a medida que dejen de ser importantes o las situaciones hayan cambiado.

4. Escoge tu círculo

Las personas que hay a nuestro alrededor tienen mucho que ver con la energía que tenemos y con cómo nos sentimos. Mientras que unos nos impulsan, otros nos generan toxicidad. Pon límites siempre y no temas quitar de tu vida todo aquello que no te haga bien.

Las circunstancias no siempre son propicias para que nos sintamos mejor y más felices. Sin embargo, en nuestra mano está generar la actitud correcta y crear rutinas y pequeños hábitos que vayan sumando cada día mejores momentos. Ser feliz es posible siempre y cuando queramos serlo y tengamos en nuestra mano las herramientas necesarias.

Ángel Rull, psicólogo online.