Josep Arnella, coleccionista: «Quiero montar un museo con mis proyectores»

Durante más de 20 años, Josep Arnella ha grabado en vídeo y fotografiado todas las celebraciones de Vallvidrera. Ahora, repara proyectores antiguos y recupera películas del barrio de más de 120 años.

Coleccionista 8 Josep Arnella, rodeado de sus proyectores antiguos

Coleccionista 8 Josep Arnella, rodeado de sus proyectores antiguos

MERCED MUÑOZ / BARCELONA

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Josep Arnella Paris (Barcelona, 1953) lleva toda su vida en el barrio de Vallvidrera. Durante muchos años, ha trabajado como ebanista y más tarde como cerrajero. Su pasión desde siempre ha  sido coleccionar cámaras de vídeo, pero hace pocos años se ha convertido en un experto en proyectores antiguos.

-¿Cómo nace su pasión por el cine?

 

-Siempre he sido aficionado a las cámaras de vídeo. Actualmente, tengo más de 50 diferentes, tanto antiguas como modernas. Cuando había que grabar un bautizo, una boda o un cumpleaños en mi familia, ahí estaba yo con mi cámara. También llevo 25 años grabando eventos que se celebran en Vallvidrera.

-Además de cámaras de vídeo, ahora colecciona proyectores.

 

-Hace tres años me regalaron el primer proyector sonoro, Revere 16, con más de 85 años de antigüedad. Lo arreglé y desde entonces no he podido parar. Ahora tengo un total de 15  y pronto añadiré algunos más a mi lista. Arreglar proyectores me apasiona.

-¿Cómo los consigue?

 

-Conseguirlos no es fácil ni difícil. Mucha gente los tienen olvidados debajo de la leña o en almacenes. Un día me encontré una rata pequeña dentro de uno. Me los traen para que los pueda arreglar y luego me los quedo. Algunas veces quieren guardarlos de recuerdo, por lo que solo los pongo en marcha y se los devuelvo. Siempre sin cobrar nada, lo hago porque me gusta.

-¿Es fácil encontrar piezas tan antiguas?

 

-No. Para conseguir una pieza antigua habría que comprar un proyector, que vale muy caro, y de ahí ir cogiendo lo que necesitas. Lo que yo hago, con la ayuda de mi hijo, es hacer las correas de los proyectores con gomas o tiras de cuero que calentamos con una vela para juntarlas. No compramos nada. Si hace falta una pieza ya la hacemos nosotros.

-También recupera películas grabadas en el barrio.

 

-La gente me trae bobinas de imágenes del barrio de hace más de 120 años. Yo les hago el vídeo y las paso a deuvedé. También les pido si puedo coger trozos que salen para montar una película recopilando todos los momentos de ese mismo año. Ya tengo creada una con imágenes de Vallvidrera de hace 60 años y pronto me pondré con la de más de 80.

-¿Qué historias tiene Vallvidrera que deben ser recordadas?

 

-Vallvidrera es un pueblo milenario y tiene mucho que contar. En una de las películas que me han dejado aparecen las caramelles, donde un grupo de jóvenes cantan canciones populares acompañados de un palo unido a un cesto. Con él iban pidiendo dinero y comida que les daban desde  los balcones. También tengo otra película con imágenes de las sardanas que se hacían en la plaza del funicular hace 60 años.

-¿Solo le ofrecen películas caseras rodadas en el barrio?

 

-No, también me han traído la bobina de la primera película en blanco y negro de Elmer l'éléphant  del año 1915 y el cumpleaños de Hitler de 1941. Son reliquias que merece la pena guardar.

-¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?

 

-Tengo previsto hacer muy pronto, junto con otro coleccionista, una exposición de proyectores antiguos. Cada uno traerá los suyos. Será muy interesante compartir esta pasión con otros que también la tienen.

-¿Y planes para el futuro? ¿Cual sería su sueño?

 

-Me encantaría convertir mi propia casa en un pequeño museo de cámaras y proyectores antiguos. Siempre que mi mujer me deje (ríe).

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