La 'brecha del agua'

De Sant Cugat a L'Hospitalet: cuántas piscinas hay por habitante en las ciudades catalanas

Los datos del Catastro revelan significativas diferencias entre las localidades más pobladas de Catalunya

Clàudia Mas
Manuel Arenas
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La sistémica alerta por sequía en Catalunya ha puesto el uso del agua y sus restricciones en el centro de la conversación pública en las grandes ciudades catalanas. La posibilidad de aplicar restricciones locales ha enfrentado a Govern y alcaldes, con una punta de lanza muy concreta: las piscinas.

Líderes de destacados municipios de la región metropolitana de Barcelona, como Sabadell o Mataró, reivindican las piscinas como equipamientos imprescindibles para dar servicio a familias vulnerables que no pueden permitirse aire acondicionado en su hogar.

Menos se ha explicado, no obstante, que el disfrute de estos valiosos 'refugios climáticos' veraniegos depende mucho de la localidad en la que viva un vecino metropolitano, pues hay grandes diferencias entre ciudades de tamaños similares. Este mirada urbana contrasta además con la realidad de los pequeños municipios costeros catalanes, cuyas piscinas siguen otra lógica mucho más vinculada al turismo y las segundas residencias.

Las estadísticas sobre estas piscinas cercanas al mar se entienden solo en temporada alta, cuando la población real en el litoral se dispara muy por encima de la cifra oficial de habitantes empadronados todo el año. Destacan casos paradigmáticos como Begur (4.177 habitantes) o L'Ametlla de Mar (7.209 habitantes), con dos y tres habitantes -empadronados- por piscina respectivamente.

¿Dónde? La desigual ratio de piscinas urbanas

EL PERIÓDICO ha analizado los datos estadísticos de piscinas -la suma de públicas, privadas, cubiertas y no cubiertas- de la Dirección General del Catastro, dependiente del Ministerio de Hacienda y Función Pública. El ránquing de las grandes ciudades catalanas -más de 40.000 habitantes- revela una significativa 'brecha del agua'.

La diferencia más flagrante es la comparativa entre Sant Cugat del Vallès y L'Hospitalet de Llobregat, que abren y cierran la clasificación. Se trata de casos extremos: mientras la primera es, con mucha diferencia, la ciudad catalana que más piscinas registra (4.867), la segunda tan sólo cuenta con 66.

Al calcular la tasa de habitantes que toca por cada piscina, la 'brecha del agua' urbana resulta gráfica en ciudades separadas únicamente por una quincena de kilómetros. Al tiempo que en Sant Cugat tocan a 20 habitantes por piscina, en L'Hospitalet -donde se ubican los dos kilómetros cuadrados más densos de Europa- cuentan con una piscina por cada 4.022 personas.

Otra diferencia notable entre ciudades que comparten comarca (Baix Llobregat): si Castelldefels tiene una piscina por cada 29 habitantes, El Prat del Llobregat cuenta con una cada 1.912 personas y Cornellà de Llobregat atesora una piscina por cada 1.712 vecinos. Explora en la siguiente tabla esta desigualdad en las grandes ciudades catalanas a partir de los datos de cuántos habitantes tocan por piscina en cada una de ellas.

Después de L'Hospitalet, las siguientes ciudades con más habitantes por piscina son El Prat de Llobregat, Cornellà de Llobregat, y Barcelona: las tres superan los mil habitantes por piscina. Aun así no pueden disputarle el liderazgo seco a L'Hospitalet (4.021,98 hab./piscina), que directamente duplica a la segunda, El Prat (1.912,65 hab./piscina).

Y, pese a que tiene menos de 40.000 habitantes, mención especial merece Badia del Vallès (13.163 habitantes), que con 4.388 habitantes por piscina registra el peor dato de proporción de habitantes por piscinas en toda Catalunya.

¿Por qué? El factor clave del urbanismo

Más allá de estrictamente la renta por hogares por municipios, ámbito en el que existe correlación entre ciudades que registran pocos habitantes por piscina y que a su vez gozan de rentas altas (Sant Cugat, Sant Just Desvern o Matadepera son ejemplos paradigmáticos), los expertos apuntan hacia otro factor clave: el tipo de urbanismo.

A juicio de Alberto de Pablo, arquitecto especializado en intervención ambiental, "los municipios que gozan de más piscinas son los que se rigen por un urbanismo disperso y horizontal, como es el evidente caso de Sant Cugat".

Sin embargo, de Pablo detalla que este urbanismo contrasta con el modelo compacto de la mayoría de ciudades metropolitanas: "Es por eso que L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà del Llobregat o Barcelona tienen menos piscinas, porque tienen muy poco espacio pero a su vez tienen muchos habitantes [es decir, mucha densidad de población]", concluye.

La parte baja de la tabla de las grandes ciudades, es decir, la de las localidades con menos habitantes por piscina, queda protagonizada por Sant Cugat del Vallès, Castelldefels, Rubí, Blanes y Vilanova i la Geltrú, municipios catalanes con menos de sesenta habitantes por piscina.

¿Cuántas? El mapa de las piscinas

Al margen la proporción de habitantes por piscina, resulta también gráfico el mapa de ciudades con mayor número de piscinas en números absolutos. En este caso, tal y como muestra el siguiente gráfico, la tabla vuelve a quedar liderada por Sant Cugat (4.867 piscinas), seguida de Castelldefels (2.313), Rubí (1.967), Sabadell (1.689) y Terrassa (1.539).

En cuanto a la parte baja de la tabla, las ciudades que destacan por menor número de piscinas son El Prat de Llobregat (17 piscinas); Cornellà de Llobregat (52); y L'Hospitalet de Llobregat (66).

Aun así, Jorge Dioni, periodista y autor del libro La España de las piscinas (Arpa, 2021), detalla que no es lo mismo tener una piscina en Sant Cugat del Vallès que en Lloret de Mar.

"La piscina no es un elemento inaccesible. Se convierte en menos accesible cuanto más cerca de la ciudad se encuentra", señala Dioni. En este sentido, Dioni cuenta que tener una piscina en un municipio cerca de la gran ciudad le suma "un valor exponencial". "El valor del suelo es variable, por lo que no es lo mismo tener piscina en Tortosa que en Sant Just Desvern", concluye Dioni.

También subraya quién disfruta del gran número de piscinas en la costa. "No siempre son los habitantes de un municipio quienes disfrutan de sus piscinas: los municipios turísticos distorsionan los datos”, asegura. Además del caso de Begur, Dioni también destaca en su libro Lloret de Mar, con 2.790 piscinas: "Se trata de una cifra absoluta muy alta que responde a la construcción de segundas residencias de casas unifamiliares y piscinas comunitarias", zanja.

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