5º aniversario del final de 'Juego de tronos': ¿realmente fue tan terrible? 

Parece que fue ayer, esencialmente porque para algunos la herida todavía sigue abierta y quizá nunca se cierre. 'Juego de tronos' (HBO Max) acabó tal día como hoy, un 19 de mayo, pero de 2019, y con ella decíamos adiós a un fenómeno monocultural como pocos se han conocido en la historia de la televisión. 

En el principio, la adaptación de 'Canción de hielo y fuego', serie de novelas de fantasía épica de George R. R. Martin, tuvo un público tirando a limitado, sobre todo fans de los libros originales y completistas de HBO. Las críticas fueron positivas, salvando alguna excepción como la escrita por Ginia Bellafante en 'The New York Times', que incluía la pregunta "¿Qué está haciendo 'Juego de tronos' en HBO?", pero la audiencia no empezó a ser masiva hasta la tercera temporada, cuando ya la veían el doble de personas que en la primera, una media de cinco millones solo en Estados Unidos; el episodio final reunió a casi veinte. 

Nadie quiso perderse el intrigante 'El Trono de Hierro', ni siquiera aquellos que habían quedado decepcionados por el devenir reciente de la serie. Entre los pecados más discutidos, la indescifrable oscuridad de un capítulo, el de la batalla de Invernalia, que solo debe verse bien en la edición en Blu-Ray 4K y con la mejor televisión del mercado calibrada a la perfección. O aquella misteriosa decisión de Daenerys (Emilia Clarke) de arrasar Desembarco del Rey sin importar que los soldados se hubieran rendido o que quedaran siervos inocentes en ella: apresurado cambio de heroína a villana. Casi todo había ido muy rápido en una recta final que, en lugar de alargarse durante cuatro temporadas de diez episodios, como habría sido lógico, lo hizo en solo dos y de duración más breve. 

La opinión generalizada, más todavía en 2024 que en 2019, es que el final no arregló las cosas, sino que fue el remate del disparate. Hubo quejas por la escasez de la acción, aunque eso era de esperar: en muchas temporadas de la serie, el final de temporada aborda el paisaje después de la batalla. También por la falta de emoción, aunque eso sea tan subjetivo. O por el destino final del pobre Jon Snow, destinado a pasar sus días en la Guardia de la Noche. Los usuarios de IMDb dan al capítulo un 4,0 sobre 10, lo que contrasta enormemente con los 9,9 recibidos por 'La batalla de los bastardos', 'Vientos de invierno' y 'Las lluvias de Castamere', el episodio de la sangrienta Boda Roja. En Twitter se compara últimamente 'El Trono de Hierro' con 'The heart pt. 6', el mediocre final aportado por Drake a su 'beef' con Kendrick Lamar. En esa baja estima se tiene al capítulo. 

Adorablemente tranquilo

Y sin embargo, a la mañana siguiente tampoco es que la crítica ardiera en cólera. Hubo voces saludablemente enfadadas: en 'The Washington Post', Alyssa Rosenberg opinaba que la serie había fallado a los personajes femeninos; probablemente la coronación de Sansa (Sophie Turner) como Reina del Norte merecía algo más de pompa. Pero también hubo muchos críticos a los que le convenció e incluso encantó lo visto. Según el bueno de Tim Goodman, de 'The Hollywood Reporter', los 'showrunners' David Benioff y D. B. Weiss habían "conducido una serie muy difícil a una conclusión que tiene el suficiente sentido y hará feliz a la suficiente gente"; en lo segundo se equivocaba. Servidor se atrevió a dar su aprobación en su reseña para este diario: "'El Trono de Hierro' es un gran episodio porque, además de tener diálogos definitivos, anda sobrado de grandes imágenes (todas las que rodean a la muerte más significativa) y demuestra que aliento épico puede rimar con intimidad". 

Repasado el episodio una vez más para este artículo, este cronista se reafirma en esa opinión, aunque pueda molestar, desconcertar o incluso escandalizar. Probablemente a muchos fans no les molestó cómo acabó la serie, sino el mero de que acabara, como nos pasa a todos con nuestras historias favoritas. Quizá 'El Trono de Hierro' acabe siendo más querido de lo que es, como ha sucedido, un paso detrás de otro, con la discutida hora final de 'Perdidos', ahora mismo con un 9,0 de puntuación en IMDb. 

Cinco años después, las batallas épicas suceden fuera de la pantalla. HBO sigue estrujando la franquicia con 'La Casa del Dragón', serie que Benioff y Weiss dicen no haberse molestado en ver. Ellos, por su parte, siguen jugando con fuego, aunque en este caso no sea de dragones: su primera creación para Netflix ha sido una adaptación de la inadaptable novela de ciencia ficción china 'El problema de los tres cuerpos'. No ha apasionado lo esperado (aunque tiene todo lo que se puede pedir a una serie) y, por desgracia, quizá no llegue a tener una tercera temporada con la que se solidifique su 'fandom'. 

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