En abril y mayo

Vuelven las huelgas a los buses del Baix Llobregat y L'Hospitalet tras un año de 'paz social'

Los trabajadores de Monbus/Julià han convocado tres nuevas jornadas de paros para exigir el cumplimiento del convenio y los acuerdos alcanzados

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Conductores de autobús de Monbus/Julià en el Baix Llobregat se concentran frente a las oficinas de Monbus en L’Hospitalet de Llobregat.

Conductores de autobús de Monbus/Julià en el Baix Llobregat se concentran frente a las oficinas de Monbus en L’Hospitalet de Llobregat.

Àlex Rebollo

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La aparente calma que ha reinado durante casi un año en los distintos servicios de autobús del Baix Llobregat y L’Hospitalet tiene las horas contadas. Los trabajadores de Monbus/Julià en el Baix han convocado tres nuevas jornadas de huelga para los meses de abril y mayo. No es la única compañía en la que suenan 'tambores de huelga'. Fuentes del comité de empresa de la histórica Rosanbus, cuyas líneas empieza a gestionar el grupo Moventis este mismo sábado 6 de abril, también dicen que estudian la posibilidad de convocar paros.

En el caso de los trabajadores de Monbus/Julià, los paros se prevén para los días 17 y 24 de abril (de 10 a 18 h) y para el día 8 de mayo (de 8.30 a 20.30 h). David Guzmán, presidente del comité de empresa, explica que los problemas que ya denunciaban hace más de un año han vuelto o no han llegado a desaparecer en este tiempo, a pesar del acuerdo al que empresa y trabajadores llegaron en mayo de 2023. Tras el pacto, que los conductores valoraron como “de mínimos”, apuntaron que, si no se cumplía lo acordado, volverían la protestas que ya protagonizaron durante casi medio año.

Uno de los principales conflictos reside en la manera en que se produjo la subrogación desde la anterior operadora del servicio, la antigua Oliveras, junto a Rosanbus una de las tres patas del histórico grupo Baix Bus, así como las nuevas contrataciones que se han producido desde entonces. 

El grueso de la plantilla corresponde todavía a los subrogados de Oliveras, que en un inicio fueron adscritos a Alcalabus, una de las empresas de la Unión Temporal de Empresas (UTE) que ganó el concurso, y luego pasaron a la misma UTE, que opera en Sant Boi, sus conexiones con Barcelona y L'Hospitalet y en otros municipios del Baix Llobregat. 

Sin embargo, las nuevas contrataciones, con diferentes condiciones laborales, se han ido llevando a cabo en dos de las empresas que conforman la UTE: por un lado, Castromil (con 75 conductores actualmente) y, por otro, de nuevo, Alcalabus, con unos 60 trabajadores adscritos. “A Monbus le interesa que se vaya gente subrogada en la UTE porque es una antigüedad laboral que dejan de pagar y luego contrata vía Castromil con unas nuevas condiciones”, decía en mayo del año pasado David Guzmán.

Reivindicaciones

Entre los acuerdos a los que se llegaron en 2023, el comité celebraba que se había acordado que la plantilla adscrita a la UTE no bajara de los 175 trabajadores, una cifra que, dicen, ya se ha alcanzado. 

Además de esta situación, desde el comité de la UTE denuncian que siguen los problemas de mantenimiento en los vehículos, la falta de acuerdo por las vacaciones, falta de comunicación con los empleados o falta de espacios adecuados en algunos de los centros de trabajo adscritos. Condiciones que los conductores han ido denunciando desde principios de 2023 hasta ahora a Inspecció de Treball, con varias resoluciones favorables, tal y como ha podido comprobar este diario. 

Por su parte, en los últimos meses también se han constituido comités de empresa entre los trabajadores de las dos otras empresas por las que se está contratando. Comités que, aunque de momento no han convocado huelgas, afirman apoyar las reivindicaciones de sus compañeros.

Fanny Martínez, presidenta del comité de Alcalabus en el Baix, explica que su delegación se constituyó hace apenas un mes y que, aunque no vayan a la huelga, buscarán “hacer piña”. Así, critica que la empresa les avanza los calendarios de trabajo con tan poco margen que “no te puedes planificar nada” y que ocurre lo mismo con las vacaciones. También Marc Ferrer, presidente del comité de Castromil, afirma que entre los conductores hay “inquietud” y “quejas”, pero que tras apenas un año de constitución no llegan al punto de organizarse para ir a la huelga. Pese a ello, apoya a los trabajadores de la UTE y denuncia los mismos problemas que sus compañeros.

Contactados por este diario, desde Monbus señalan que, por ahora, no harán valoraciones al respecto.

Más tambores de huelga

Por ahora, la de Monbus es la única huelga oficial. Sin embargo, los conductores de Rosanbus, empresa al cargo del servicio de las líneas de L’Hospitalet, el Prat y sus conexiones con otros municipios hasta este viernes 5 de abril, también apuntan a una posible convocatoria de huelga. En su caso, este sábado se hará efectivo el relevo al frente del servicio, que pasará a manos del grupo Moventis. Según los trabajadores, la información que les llega del nuevo operador es “muy confusa”. Aseveran que la comunicación con el comité es “inexistente”, critican la falta de concreción en los horarios o que la información que les llega apunta a que “no respetarán el sistema de trabajo que veníamos desarrollando en Rosanbus durante más de 30 años”.

Preguntadas por estas cuestiones, fuentes de Moventis defienden que trabajan “intensamente para poder iniciar un buen servicio” y “garantizar una transición fluida para todas las partes involucradas”. A su vez, dicen estar comprometidos a “garantizar” que cada empleado "tenga la oportunidad de adaptarse a esta nueva situación” y que, hasta la fecha, la compañía “ha optado por mantener la continuidad operativa sin realizar cambios significativos en el sistema de trabajo establecido por la operadora anterior”.

Por último, en el tercer gran operador al sur de Barcelona, Avanza, el comité de empresa apunta que recientemente han iniciado negociaciones por el convenio con “posturas muy alejadas” entre empresa y trabajadores, aunque añaden que estas conversaciones todavía están en una fase inicial. Estos tres servicios de bus en el Baix y L'Hospitalet, sumados, se traducen en contratos valorados en cientos de millones de euros y alrededor de 40 millones de viajeros anuales.