Bajan los intentos de suicidio de niños y adolescentes en Catalunya por primera vez desde la pandemia

Los intentos de suicidio en niños y adolescentes (especialmente mujeres), que se dispararon a raíz del covid-19, han comenzado a disminuir en Catalunya por primera vez desde el estallido de la pandemia. Según los últimos datos del Codi Risc de Suïcidi de la Conselleria de Salut, a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, en el primer semestre de 2023, entre la población infanto-juvenil, se produjeron un 6,29% menos de activaciones de este protocolo destinado a prevenir el suicidio con respecto al primer semestre del año previo.

Entre enero y junio del año pasado, se produjeron 730 activaciones del Codi Risc Suïcidi, un 6,29% menos que en 2022 (779)

En concreto, entre enero y junio del año pasado (Salut aún no dispone de la información del segundo semestre), se produjeron en Catalunya un total de 730 activaciones del Codi Risc Suïcidi en la población menor de edad, frente a las 779 activaciones del primer semestre de 2022 (año en el cual hubo un total de 1.284 activaciones del Codi Risc Suïcidi), las 713 del primer semestre de 2021 (año en el que hubo un total de 1.328) y las 217 del primer semestre de 2020 (año en que hubo un total de 536).

"La impresión es que las alteraciones conductuales en los menores comienzan a disminuir"

Joan Vegué

— Director del Pla de Salut Mental i Addiccions de Catalunya

"La impresión es que las alteraciones conductuales en los menores comienzan a disminuir", señala a este diario el director del Pla de Salut Mental i Addiccions de Catalunya, Joan Vegué. Aun así, siguen estando en niveles más elevados que antes del 2020.

El consumo de psicofármacos en los menores subió un 25% por el aumento de los trastornos mentales y por las altas listas de espera

En paralelo, en los últimos tres años también ha aumentado hasta un 25% el consumo de psicofármacos en la población menor de edad atendida en los centros de salud mental infanto-juvenil (CSMIJ). "Esto nos parece que tiene que ver con cómo han aumentado las urgencias y las hospitalizaciones", explica este psiquiatra. Según él, debido al covid-19, "hay más trastornos adaptativos, más trastornos de conducta, más trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y más ideaciones suicidas".

Más medicados

El número de niños y adolescentes catalanes atendidos en algún centro de salud mental infanto-juvenil (CSMIJ) que consumen psicofármacos aumentó un 25% en 2022 con respecto al año anterior, según el informe 'Àmbit de salut mental i addiccions: dades 2017-2022', de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (Aquas), que depende del Departament de Salut.

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Este aumento, recoge este informe, ha sido progresivo y especialmente acusado desde 2020, el año de la pandemia. Además, también ha subido en un 0,5% el porcentaje de pacientes a los cuales se les han dispensado tres o más fármacos en el mismo mes. Asimismo, también se observa una diferencia importante entre sexos, pues el porcentaje de niñas y adolescentes mujeres duplica al de varones, así como un aumento progresivo en los últimos años.

Los menores deben esperar una media de 80 días para ser visitados por un psicólogo en una primera cita ordinaria

Para entender esta subida en el consumo de fármacos en la población infanto-juvenil hay que tener en cuenta varios factores. Pese al aumento de los trastornos de salud mental entre los menores de edad a raíz del estallido de la pandemia de covid-19, también es un hecho que España se encuentra, desde hace años, entre los países con más ingesta de psicofármacos. Pero, además, los profesionales señalan las listas de espera para acceder a un psicólogo o psiquiatra de la sanidad pública: en Catalunya, los niños y adolescentes deben aguardar una media de 80 días (casi tres meses) para ser visitados por un psicólogo de un CSMIJ en una primera cita ordinaria.

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"El aumento del consumo de psicofármacos en niños y adolescentes está indirectamente relacionado con las listas de espera al especialista", dice el psicólogo Roger Ballescà, coordinador del área de salud mental infanto-juvenil del Col.legi Oficial de Psicologia de Catalunya. "[Los psicofármacos] Son el recurso para abordar situaciones que no se pueden tratar de manera psicoterapéutica", añade.

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Ballescà insiste en que el que los jóvenes catalanes consuman psicofármacos no quiere decir que estén "peor" que los de otros países, sino que el sistema aquí "no tiene otros recursos" y, por tanto, se recurre a la psicofarmacología, esto es, a tratar los síntomas. "Todo esto tiene una cierta relación con las listas de espera. En vez de ser atendidos en los CSMIJ, estos niños y adolescentes son atendidos desde la primaria, que muchas veces la única opción que tiene es la psicofarmacología. "Estar en la lista de espera aumenta la gravedad", advierte este psicólogo, quien insiste en que el psicofármaco, aunque a veces es "imprescindible", se trata de un "recurso de emergencia" del que no se debe abusar.

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Desde la atención primaria, la médica de familia y miembro de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic), Rosario Jiménez, precisa que, desde el 2020, el consumo de psicofármacos ha subido "en todas las edades". "Hay un aumento del malestar emocional en todas las edades, y eso lo vemos en la consulta", señala Jiménez, quien precisa no obstante que "es muy raro" que un médico de cabecera prescriba psicofármacos a niños y adolescentes.

"Cuando la sociedad es más demandante, tolera peor la frustración, está más enferma y se generan más consultas y más prescripción. Pero no solo por las listas de espera, sino porque la gente [que puede pagárselo] busca respuesta en la sanidad privada y normalmente la respuesta que se da desde aquí son los fármacos", asegura esta médica de familia. Según ella, además, "faltan muchos especialistas", tanto psicólogos como psiquiatras.

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