Educación infantil

Dos de cada tres guarderías detectan niños con un retraso en el desarrollo por culpa de las pantallas

Niños y uso abusivo del móvil: "El auténtico problema está en casa, no en el colegio"

Más tiempo en casa y menos interacción familiar: así afecta el uso del móvil a la vida doméstica de tu hijo

Una 'escola bressol' de Barcelona.

Una 'escola bressol' de Barcelona. / Joan Cortadellas

Beatriz Pérez

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Dos de cada tres guarderías de Catalunya han detectado casos de niños con un retraso global en su desarrollo causado por la sobreexposición a las pantallas. La Associació Catalana de Llars d'Infants ha presentado este viernes los resultados de una encuesta difundida entre sus más de cien centros de educación infantil de primer ciclo, donde hay niños de 0 a 3 años.

"Cuando se les retira la pantalla, esos niños pasan a relacionarse más y aparece el lenguaje"

Rut Baqués

— Maestra y bióloga

Según este informe, un 75% de guarderías perciben en niños y niñas un incremento de problemas en el lenguaje en forma de retrasos y alteraciones; un 46% detectan menores con dificultades para comer; y un 42%, problemas de aislamiento social. Además, más del 30% de centros aprecian problemas en niños y niñas a la hora de establecer vínculos relacionales con el profesorado y otros niños, dificultades para conciliar el sueño y retraso en el desarrollo psicomotriz.

Los pediatras señalan la responsabilidad de los padres al delegar en los móviles el entretenimiento de sus hijos

"Hace tiempo que hay alarma por el uso de pantallas", explica la maestra y bióloga Rut Baqués, que además es portavoz de la Associació Catalana de Llars d'Infants. "Un 75% de las guarderías han detectado retrasos en el lenguaje y aislamiento social en los niños. Y, cuando tú escarbas, es debido al uso de las pantallas porque, en cuanto retiramos la pantalla, eso cambia", asegura Baqués, que además precisa que las guarderías son "un gran detector de síntomas".

La pantalla es, según ella, una "delegación de responsabilidades del cuidado del niño o niña". "En mi guardería hemos llegado a detectar niños de menos de 3 años que se pasan entre tres y seis horas al día delante de la pantalla", dice. "Pero cuando tú hablas con los padres y retiran la pantalla, eso cambia. Vemos cómo ese niño pasa a relacionarse más con los otros niños o niñas, y aparece el lenguaje".

Además, estos menores que sufren una sobreexposición a las pantallas presentan una más baja tolerancia a la frustración porque están acostumbrados a que sus necesidades se satisfagan con rapidez, algo a lo que han acostumbrado a su cerebro con las pantallas. Así, no elaboran los recursos necesarios para afrontar con normalidad estos episodios incómodos.

Los padres, responsables

Algo parecido dice la presidenta de la Societat Catalana de Pediatria, Anna Gatell, quien subraya la responsabilidad de los progenitores. "Vemos niños con retraso en el desarrollo por las pantallas, pero no solo es por culpa de las pantallas: sus cuidadores probablemente no saben o no han pensado que el tiempo no se gana. Es un tiempo perdido que el niño pierde en la pantalla. Son padres y madres que no juegan con sus hijos, que no les cuentan cuentos", añade Gatell.

Las pantallas producen una baja tolerancia a la frustración, problemas en el lenguaje y dificultades para vincularse con el entorno

Esta pediatra pone el énfasis en esto: que el tiempo invertido ante una pantalla es un tiempo que no se invierte en jugar, reír o pasear. "Se deja a la pantalla como única herramienta de entretenimiento", explica. Gatell defiende que, en niños de menos de 3 años, el uso de pantallas debería ser "cero" porque esto interfiere de manera muy directa a la hora de crear un "buen vínculo" con su entorno.

Sospechas de TEA

Según la encuesta de la Associació Catalana de Llars d'Infants, casi el 30% de las guarderías interrogadas afirman tener alguna familia que sospecha que su hijo tiene un trastorno del espectro autista (TEA), cuando en realidad el retraso es a causa del uso excesivo de las pantallas. Los pediatras, no obstante, no confirman este extremo y precisan que el diagnóstico de TEA es lo "suficientemente serio y riguroso" como para que se haga desde centros especializados en salud mental. "Los niños con TEA tienen dificultades en la comunicación social. Pueden tener alterado el lenguaje, pero los hay que hablan. Sin embargo, su conducta, su manera de comunicarse no es la correcta para un niño de su edad".

Con todo, la Associació Catalana de Llars d'Infants hace un llamamiento a la sociedad para que haga una reflexión sobre la importancia de que en la etapa de los 0 a los 3 años se den las condiciones adecuadas para que el niño tenga un crecimiento madurativo correcto y eso pasa por protegerlo de las pantallas. "Solo así facilitaremos que estos niños y niñas se sientan seguros en un momento en el que comienzan a explorar su entorno", afirman.