Testimonios

Afectadas por las listas de espera: "Entre dolores, aquí estamos, aguantando el tipo"

Tres mujeres explican en EL PERIÓDICO su experiencia en torno a un problema endémico de la sanidad catalana

Listas de espera

Listas de espera

Beatriz Pérez

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La demora en las pruebas diagnósticas en Catalunya ha aumentado un 38,7% con respecto a 2019, aunque ha bajado en la visita a especialistas y en operaciones de cáncer. Tres afectadas por las listas de espera explican en EL PERIÓDICO su experiencia en torno a un problema endémico de la sanidad catalana.


Maica Hervás: "Cuando es algo urgente, el sistema es excelente. Si no, no"

Maica Hervás, afectada por las listas de espera.

Maica Hervás, afectada por las listas de espera. / Anna Mas

Maica Hervás, jubilada y vecina de Mollet del Vallès (Barcelona), asegura que lleva "casi un año sufriendo". Todo empezó las pasadas Navidades, cuando comenzó a dolerle la parte lumbar de su cuerpo. "Me hicieron una radiografía, no había nada roto. Fui al fisioterapeuta», relata al otro lado del teléfono.

A partir de ahí se sucedieron una serie de pruebas (resonancias magnéticas) y visitas al especialista (traumatólogo) que, en ningún caso, le han puesto solución a su dolencia, cuyo diagnóstico es una calcificación que le pinza el nervio ciático. Mientras tanto, "el dolor es cada vez más fuerte" y Maica apenas puede estar de pie mucho tiempo o subir las escaleras. 

Desde julio, por derivación de su traumatólogo, está esperando que le hagan una electromiografía (EMG) que revelará el nivel de daño de sus músculos y células nerviosas. Pero no tiene vez hasta el 16 de noviembre: es decir, cuatro meses de espera. "Un año sufriendo", insiste esta mujer.

"Cuando algo es urgente, la atención sanitaria es excelente. Pero, cuando son patologías como esta mía, de sufrimiento, el sistema es penoso", se queja Maica, quien relata su imposibilidad para hacer vida normal. "No puedo caminar. No puedo ir a la montaña. Me duele a rabiar. Estoy tomando muchos antiinflamatorios", explica.

Maica achaca la mala situación de las listas de espera a los "recortes" en la sanidad pública y los "malísimos contratos" de los sanitarios. "Es una perversión que destinen dinero a la privada». 


Carmen Tovar: "Espero a que me den cita para la endoscopia desde agosto"

Carmen Tovar, afectada por las listas de espera.

Carmen Tovar, afectada por las listas de espera. / Martí Fradera

A Carmen Tovar tardaron 10 meses en darle un diagnóstico. En decirle que tenía una tendinitis en el tendón de Aquiles, con fascitis plantar y espondilosis plantar, una inflamación de la parte interior del pie. Recuerda cómo comenzó con dolores en el verano del año pasado. "Entre prueba y prueba -radiografías, ecografías- fueron pasando los meses", explica esta mujer de 55 años que vive en La Llagosta (Barcelona). En primavera le dieron el diagnóstico.

Pero la historia no acaba aquí. Tras someterse a más pruebas y comenzar rehabilitación en junio, a Carmen le dieron este septiembre visita ("por teléfono", se queja) con el traumatólogo para el mes de diciembre. Ella, que trabajaba en el servicio de ayuda a domicilio, tiene una incapacidad laboral desde 2019.

Cuenta, al igual que Maica, cómo es vivir día a día con el dolor. "Unos días tengo que usar una muleta para no cargar la pierna. Y tengo que medicarme todo el tiempo”, explica. “Entre dolores, aquí estamos, aguantando el tipo", añade.

Carmen ha tenido más malas experiencias. "Tuve un dolor tremendo en el pecho hace dos años. Todo el mundo me decía que era ansiedad. Me hicieron todas las pruebas, pero todo súper lento. Al final descubrieron que era del aparato digestivo", relata. En abril le dieron vez para visitar al especialista en agosto. "El digestólogo me ha dado cita para diciembre para la prueba del aliento. Para la endoscopia que me tienen que hacer, aún ni me han dado hora", concluye.  


Alejandra Beatriz Pérez: "Llevo más de un año esperando una artroscopia"

Alejandra Beatriz Pérez, afectada por las listas de espera.

Alejandra Beatriz Pérez, afectada por las listas de espera. / Anna Mas

En junio de 2020, Alejandra Beatriz Pérez, de 49 años, tuvo un accidente subiendo al tren. Ocurrió cuando salía de una guardia de la residencia de ancianos en la que trabajaba. Se quedó atrapada entre las puertas de un convoy de Renfe. "Tuve que hacer mucha fuerza para poderme liberar", explica esta vecina de Granollers (Barcelona). 

Pero, a consecuencia de ello, el hombro y la cadera se le quedaron lesionados. "Tengo los tendones inflamados, estoy perdiendo movilidad", cuenta. Desde entonces está en lista de espera para que le hagan una cirugía artroscópica.

Explica que le ofrecieron operarse en Sant Celoni, pero ella insiste en ser intervenida en Granollers para estar cerca de su familia. "Además, tengo terror de subirme a un tren e ir a Sant Celoni", dice. 

Alejandra puso una reclamación tanto a Renfe como a su mutua. "Todos se lavan las manos. Renfe tendría que compensarme civilmente, pero no quiere. La mutua también se lava las manos», relata esta mujer que no sabe si va a recuperar o no la misma movilidad que tenía antes. "Los únicos que se interesaron por mí fue el equipo de fisios del Hospital de Granollers".

A lo largo de este año en que ha estado trabajando, se ha lesionado más, ya que ha estado moviendo a un señor mayor con párkinson. "El dolor me impide hacer fuerza, agacharme, hacer una vida normal". Además, la cirugía tampoco le garantiza volver a su estado previo al accidente. Pero Alejandra sí sabe una cosa: "Cuanto más tiempo pase, la lesión irá a peor".