Saturados de fármacos
Un programa impulsado por médicos de familia intenta reducir la toxicidad y el riesgo mortal de quien toma hasta 25 píldoras indefinidamente
El 3% de la población barcelonesa, unas 30.000 personas, toman más de 10 medicamentos distintos al día. Un millar consumen más de 15 farmacos diarios. Y cerca de 500 pacientes superan las 20 e incluso las 25 pastillas, cada una con su toxicidad, interacciones y consecuencias indeseables sobre la digestión, el apetito, el sueño, el ánimo, la capacidad de concentración o la sangre. Este arsenal químico llega a diario al estómago de enfermos a los que se ha diagnosticado cuatro o cinco trastornos incurables pero no mortales, crónicos, para los que su médico de familia prescribe mensualmente, de forma indefinida, una extensa medicación que en muchas ocasiones da lugar a una nueva enfermedad.
Es raro que un fármaco recetado a un enfermo crónico se retire de su pauta de tratamiento cuando cesa el malestar que lo motivó, explican médicos y pacientes.
Esta enorme carga tóxica autorizada y cotidiana, que se repite con ligeras variaciones en todas las consultas médicas de la red sanitaria pública española, y sobre la que el médico de familia tiene autoridad absoluta, ha empezado a alarmar a los propios doctores prescriptores, que no ocultan el riesgo sanitario en que incurren los enfermos objeto de estos abundantes tratamientos.
>>Lea la información completa sobre la hipermedicación de los enfermos crónicos en e-Periódico.
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