Verano negro de muertes por ahogamiento en Catalunya: 19 fallecidos desde junio

El pico de ahogamientos mortales que registran las playas y piscinas catalanas -29 desde principios de año y 19 desde el inicio del verano, tras el fallecimiento este martes de una niña de 2 años en una piscina privada de L'Ametlla de Mar- ha llevado al Departament de Salut a hacer un llamamiento para extremar la vigilancia y la precaución a la hora del baño. "Se trata de una cifra muy elevada y preocupante, teniendo en cuenta que aún queda mucha temporada por delante", afirman desde la Agència de Salut Pública sobre el inicio de temporada con más ahogamientos en las playas.

Con motivo del Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, este organismo que depende del Departament de Salut recuerda que "todo el mundo está expuesto" a sufrir un accidente "cuando el cuerpo experimenta cambios bruscos de temperatura al entrar en contacto con el agua fría, al sumergirse bruscamente o al realizar una actividad excesiva".

Sin embargo, Salut Pública perfila una suerte de radiografía de afectados. En los siete primeros meses de este año, el 70% de las víctimas mortales han sido hombres -lo que, al igual que en otros ámbitos, revela una gestión problemática del riesgo-; la edad media ronda los 56,8 años, y la funesta horquilla de edad de las personas fallecidas oscila entre los 2 y los 88 años. De hecho, a día de hoy, el 37% de las personas atendidas son menores de 18 años. Precisamente en la intersección entre género y edad, se replica la tendencia general: en los últimos tres años, de entre los 26 menores de 14 años fallecidos, el 84% han sido varones.

Piscinas y niños

Respecto a los más pequeños, incide Salut Pública, se debe extremar "una continua supervisión" en las piscinas, "sobre todo privadas", donde entre 2019 y 2022 fallecieron 15 niños menores de 14 años (de los 26 del total). En el caso de los lactantes y los más pequeños, "deben mantenerse siempre a una distancia que permita cogerlos simplemente alargando el brazo", recuerdan desde este organismo, que hace un llamamiento para que se enseñe a los pequeños a nadar, se les coloque dispositivos flotantes en caso de que no sepan, no se fíe su seguridad a juguetes inflables, se eviten los juegos agresivos o violentos, y no se beba alcohol mientras se vigila.

Desde Salut Pública también se reclama que los baños se hagan en lugares con socorristas, se nade en compañía y no se entre al mar con bandera roja, después de que algunas de las muertes de este mes de julio se atribuyeran al fuerte o oleaje y a una más que posible falta de prudencia. No obstante, un estudio de la Universitat Rovira i Virgili apunta más allá de la responsabilidad individual y, tras chequear la costa, alerta de la falta de un modelo general de asistencia y vigilancia en las playas -los dispositivos dependen de cada ayuntamiento- y de la carencia de servicios de socorrismo, de profesionales y de señalización en las playas no vigiladas.

Recuperados el 84% de los ahogamientos

Hay más datos. En este aciago arranque de temporada -del 1 de junio al 23 de julio-, el Sistema de Emergències Mèdiques (SEM) ha atendido a 119 personas por ahogamientos producidos en playas, piscinas, ríos y pantanos de toda Catalunya. Cabe decir que en el 84% de los casos han podido revertir el ahogamiento a través de la reanimación cardiopulmonar. La playa es el lugar donde se han producido más accidentes (71), seguido de piscinas (39).

Entre 2019 y 2022, se han contabilizado un total de 260 defunciones, las cuales representan una media anual de 65 accidentes mortales. En este intervalo de tiempo, el número de ahogamientos entre hombres (55 años de media) quintuplica al registrado entre mujeres (60 años); un 10% se han producido entre menores de 14 años y en el 28,5% de los casos los fallecidos tenían más de 75 años.

La curva ascendente de los ahogamientos también está relacionada, apuntan los expertos, con la crisis climática, que provoca mayor afluencia a los espacios acuáticos, así como con el envejecimiento activo de la población: a mayor edad -y aunque la persona esté en buena forma- aumenta la probabilidad de que puedan sufrir en el agua algún tipo de percance que pueda acabar siendo mortal.