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Cenas con desconocidos: así se liga ahora en Barcelona

Son los nuevos Tinder: 'apps' con las que tener “experiencias sociales en la vida real”. 400 desconocidos compartieron mesa esta semana solo en la ciudad. 5.000 en todo el mundo

El mural para ‘singles’ de Barcelona: cómo ligar en una papelería

Una de las preguntas para romper el hielo que plantea Timeleft durante la cena.

Una de las preguntas para romper el hielo que plantea Timeleft durante la cena. / JORDI OTIX

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Vas más tenso que el novio de Ayuso en una quedada de inspectores de Hacienda. Te sientas a la mesa del restaurante con el mismo recelo que los del Cluedo. No conoces a nadie. Ni siquiera de vista ‘online’. Te presentas con tu mejor sonrisa de qué-hago-aquí. Cruce de holas, dos besos, miraditas de escáner de arriba abajo. “¿Es tu primera vez?”. Solo falta Carlos Sobera arqueando la ceja. Es la última tendencia social: “Todos los miércoles –anuncian con potestad viral- los desconocidos quedan para cenar”. Hay seis por mesa. 400 se estaban presentando este miércoles solo en Barcelona. 5.000 en todo el mundo. La estampa ya se repite en 50 ciudades de 14 países. De Barcelona a Nueva York.

“Experiencias sociales en la vida real”. Así se describe en Instagram. Timeleft es un invento francés. Una plataforma que organiza cenas entre desconocidos. “No es una aplicación de citas”, aclaran enseguida en la web, pero se ha convertido en un soplo de aire fresco para hordas de ‘singles’ desencantados. A estas alturas, hasta una princesa Disney se iría corriendo a morder una manzana envenenada tras un mes en Tinder o Bumble

Cenas con 40.000 desconocidos

“Sumérgete en oportunidades sociales sin depender de pantallas digitales”. La nueva ‘app’ huye del modus operandi más universal para ligar. Se estrenó en mayo del año pasado. En 300 días, ha puesto en contacto a 40.000 desconocidos, según los últimos datos de la ‘startup’, a 1 de marzo.  

“No solo juntamos gente –explica Marta-, sino que nos focalizamos mucho en juntar grupos que se parezcan”. Marta Unturbe, 27 años, es country mánager de Timeleft. La que ejerce de Cupido en España. Ella tira flechas a base de algoritmo. “Cuanto mayor número de usuarios –adelanta-, más fácil será juntar a gente parecida”. Aquí la 'app' se estrenó a mediados de enero y este miércoles se apuntaron ya mil desconocidos. Organiza cenas en seis ciudades

Funciona por suscripción: individual (12,99 €), mensual (19,99 €), trimestral (49,99 €) o semestral (69,99 €). Creas una cuenta, respondes un test exprés de personalidad y un algoritmo te busca una mesa compatible. Hay cenas todos los miércoles a las 21 horas en una veintena de restaurantes de Barcelona. 

“¿Cuál es la combinación de alimentos más extraña que has probado?”. La ‘app’ va proponiendo decenas de preguntas por si hace falta ayuda para romper el hielo. La conversación va fluyendo de las sopas de murciélago a las esferificaciones de Ferran Adrià para saltar directamente a chascarrillos de citas Tinder. “Son un examen de follabilidad”, zanja Maite. Aplauso general.

"Conoces gente sin expectativas"

Nadie duda. Todos, dicen, prefieren conocer gente en este nuevo formato. “Es algo muy distinto”, señala Stephen. “Una forma diferente de conversar”, añade Daniela. “Te quita mucho estrés”, asiente al lado Alexandra. “Conoces gente sin expectativas -concluye Costas-. Y te saltas chatear”, se ríe. Él ya va por su quinta cena.    

Una de las cenas de Timeleft en el restaurante Bronzo Born, el  miércoles.

Una de las cenas de Timeleft en el restaurante Bronzo Born, el miércoles. / JORDI OTIX

Se puede acabar la noche de copas con más desconocidos todavía. Tras la cena, la ‘app’ da las coordenadas del local de encuentro común de todas las mesas. El miércoles se juntaron unos 30. Al día siguiente, decides a quién quieres volver a ver, si no te has atrevido a pedir teléfonos. Se puede acceder a un chat interno en caso de ‘match’.

Y no, el algoritmo no hace milagros: te puedes encontrar de todo en las cenas: gente con la que conectas y a la que no puedes dejar de mirar sin pestañear como si acabara de salir de una peli de Pajares y Esteso. “Hay de todo –asiente Marta-. Lo bueno y lo malo que tiene Timeleft es que no tiene perfil. Es mucho más aventurero, no sabes con quién te vas a sentar, pero al no tener tanta información sobre ellos, nos impide saber cómo es esa persona”. 

Dónde conocer al amigo de una amiga

No es la única alternativa para hablar con extraños sin que te tomen por Bertín Osborne. Hay otra ‘app’ social de estreno en Barcelona: El Hotspot. “Queremos que conozcas a ese ‘amigo de una amiga’ –incita Agustina-, esa manera natural de relacionarte con alguien, que quizás en persona gana un poco más que en su foto de perfil”. 

Tampoco lleva arco ni flechas, pero ejerce de Cupido desde hace un mes. Agustina Orsi tiene 27 años, aunque en los institutos la comparan con la madre de Otis, el prota de ‘Sex education’. Es educadora sexual. Sexóloga, psicóloga y hasta ‘coach’ sobre ruedas (da clases de ‘cycling indoor' en Love Cycle). Este viernes organiza su cuarto evento. Quedadas ‘single’ en bares de moda con picoteo (la entrada, 20 €, incluye cerveza o vino) . 

Se lo dicen mucho en la consulta y por redes: “Es muy difícil conocer gente”. “¿Por qué no –propone- un lugar donde sepamos que la gente está disponible emocionalmente o, por lo menos, abierta a charlar y conocer a otras personas?”. 

“Es arriesgado pero no tanto –apunta Agustina-. Puedes ir con amigas”. Hay 20, 30 desconocidos por evento. También hay que rellenar un formulario. “Miramos que los perfiles encajen un poco entre sí”, justifica. Te dan una tarjeta con tres posibles ‘matches’, “tres oportunidades de hablar cara a cara”. También proponen actividades para soltarse en grupo, tipo ‘verdad o reto’, y preguntas para romper el hielo. De aquí ya han salido hasta compañeras de piso. ¿El objetivo a corto plazo? “Combinar más actividades que no solo impliquen fiesta y alcohol -adelanta Agustina-: deporte, arte, planes de vida…”.  

Cenas clandestinas

El concepto no es nuevo. Ya era tendencia antes de la pandemia. Lo llamaban ‘mealsurfing’, ‘colunchin’, ‘social dining’. Hace una década que Eatwith ofrece “experiencias culinarias” en casas de desconocidos. De sus encuentros –aseguran- han salido amistades, ofertas de trabajo e incluso matrimonios

También se puede acabar compartiendo mesa con extraños en cenas clandestinas: no sabes con quién comes, ni qué, ni siquiera dónde. De hecho, tienes que encontrar tú mismo la mesa a través de pistas y enigmas, a lo ‘escape room’. Se llaman Gastroshows: menús degustación de alta cocina con “sorpresas”.

Artículo aparte merece la multitudinaria red de 'singles' que aún son capaces de ligar cara a cara. Desde los ‘afterwork' de Gruppit en el Ocean Drive 5* hasta los 'speed dating' de Bedazzling en el Índigo. amigosbarcelona.com tiene más de 3.000 grupos y la red de Meetup es un pozo sin fondo de quedadas. ¿La moraleja ‘single’? Está claro que ahí fuera hay mucha paja. Seguramente en todos los sentidos. 

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