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El mural para ‘singles’ de Barcelona: cómo ligar en una papelería

Es un tablón que esconde historias con más giros argumentales que el currículum de Toni Cantó. Estos son los últimos rincones donde se puede ligar sin Tinder    

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Nil Muntané, segunda generación detrás de Raima, muestra el mural de contactos de la papelería.

Nil Muntané, segunda generación detrás de Raima, muestra el mural de contactos de la papelería. / JORDI OTIX

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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“Ahora mismo solo soy papel –promete una nota del tablón-, pero puedo convertirme en tu cita más divertida”. Ahí donde lo ves, este mural de notitas de Barcelona esconde historias con más giros argumentales que el currículum de Toni Cantó. De aquí han salido parejas y hasta una cita en Seattle. Sí, aún hay seres humanos que ligan sin ‘apps', sin ni siquiera colgar fotos escalando. Basta con una nota garabateada a mano a lo Jane Austen y un imán. Un Tinder analógico con el que es difícil perder los papeles: está en la papelería más grande de Europa

Un rincón de Raima.

Un rincón de Raima. / JORDI OTIX

Tiene 6 pisos, más de 3.000 papeles de todo el mundo y hordas de ‘influencers’ postureando. Raima (Comtal, 27) se ha convertido en lugar de peregrinaje de tiktokeros e instagramers. Habitual en los ránkings virales de “terrazas ocultas”. La suya está en la cuarta planta, su “punto de encuentro artístico-cultural”, lo definen ellos. Organizan charlas, talleres, 'open mic', un artista pinta en directo cada sábado. Hay bar (Nimura), mesitas recicladas -con papel, obvio-, un piano de acceso libre donde dan microclases exprés y hasta mural para ‘singles’

Valentina garabatea una nota en el mural para ‘singles’ de la papelería Raima.  «2024 de novia», escribe.

Valentina garabatea su nota en el mural. / JORDI OTIX

“¡¡¡Somos pareja!!!”, les vinieron un día a anunciar a lo exclusiva del ‘¡Hola!’. “Nos conocimos aquí”, la pareja risueña les señaló el mural de notitas ante sus bocas abiertas. “Me enseñaron las dos que eran suyas –recuerda Nil- y las quitaron a la vez”. Aún no se cree que funcione su improvisado rincón ‘vintage’ para ligar. Nil Muntané es la segunda generación detrás de Raima. Tiene 35 años, tres menos que la veterana papelería. “Lo bonito –dice- es que se mezcla tanto tipo de gente: músicos, artistas, diseñadores, gente que viene a comprar… Se crea un multiverso interesante”. 

Detalle de una nota del tablón.

Detalle de una nota del tablón. / JORDI OTIX

“Cómo puede ser –se encoge de hombros Sergio- que de un papelito enganchado en el mural de Raima acabamos pasando una noche muy chula en Seattle”. Allí coincidieron él y Mariah tras conocerse vía mural. Ella se volvió a vivir a Seattle; él acabó viajando allí tres semanas después por trabajo. Hubo cita, sí, pero sus notas no se han movido del tablón. Ella acaba de volver a mudarse a Barcelona, se ríe. “Aún soltera”. 

 Hace un año que Sergio se colgó en el mural con un amigo durante una fiesta en la terraza de Raima. “Siempre hacemos cachondeo”, recuerda. “No lo puedo entender –le dice su amigo-. No hay fotos. ¿Por qué a ti te llaman y a mí no?”. Él se ríe. “Yo siempre le digo: ‘Es lo que se transmite”. Le habrán contactado 6 o 7 chicas, calcula. La mayoría, extranjeras. Solo llegó a quedar con Mariah. “No tengo 'apps' de contactos, no sé cómo funcionan –se encoge de hombros-. Esto me parece más interesante”. 

Vista general del tablón.

Vista general del tablón. / JORDI OTIX

“La gente queda intrigada”, cuenta Lucciano Bonelli. Él es testigo a diario: lleva año y medio tras la barra del Nimura, a pocos metros del mural. Es a quien piden papel. A quien preguntan “¿qué puedo poner?”. ¿Qué les recomienda? “Que sean distintos”, responde él. 

Lo mismo se otea un poema de amor que un “se busca albañil”. “Los azulejos de mi baño necesitan un retoque –aclara la nota- y un abrazo, guiño guiño”. Por lo general, la mayoría de papelitos se limitan a un nombre con cuenta de Instagram y número de Whatsapp. Ni un mísero “¿estudias o trabajas?”. 

Uno de los vestidos de papel expuestos en Raima.

Uno de los vestidos de papel expuestos en Raima. / JORDI OTIX

“Qué bonita idea”, suspira Ángela al descubrir el tablón. Ella es ‘single’ y artista. No tarda en ir a por un papel para sumarse. “Es algo que permanece –dice-. La virtualidad es tan rápida…”. “Se me hace un poco más romántico que el tipo de maneras de ligar que hay ahora – se justifica Gus-. Es más creativo”. Él e Isabella comparten nota: “Dos mexicanos en Europa (solteros y bastante guapos) buscamos gente con quien pasar el rato”. Les han llegado algunos seguidores nuevos por Instagram, pero ninguna cita. “Era sobre todo para hacer amigos”, dice él. “Pero si alguna chica me escribe –se ríe-, no me enojo”.  

“¿A qué no sabes que?”. Joey ya ni se acordaba de la nota que colgó en Raima cuando le llegó el Whatsapp de un desconocido. “He encontrado tu número en el muro de una papelería –le escribió-, he tomado unas copas y me he aventurado a escribirte”. Tuvieron la primera cita en Raima. “Y hasta día de hoy nos seguimos viendo –Joey remata su historia con final feliz-. Y parece que va bastante bien. Es más, aquí estamos cocinando juntos”.  

Hay quien encuentra pareja y quien encuentra trabajo. En el mural también se hacen contactos más prosaicos: a lo tablón de anuncios de Altaïr, pero en versión artística. Hay hileras de notitas para “arte”, “música” y ‘film makers’. “El entorno –apunta Toni Esplugas, responsable de comunicación- ha hecho que fluyera de una manera súper espontánea”.  

Quedadas de 'singles'

No es el único rincón de Barcelona en el que se puede ligar en plan ‘vintage’. Aún se mantiene irreductible, a lo aldea gala, una multitudinaria red de 'singles' que ligan cara a cara sin miedo a llevarse zascas a lo Pablo Motos entrevistando a Sofía Vergara. Hay locales donde se tira la caña en pleno tardeo con más empeño que a las cinco de la mañana en Luz de Gas.

Los jueves por la tarde, los ‘singles’ de más de 45 acuden en masa al Nick Havanna (de 19 a 23.30). Algún despistado seguramente acabe en el Snooker. En Google sigue apareciendo como “el paraíso single”, pero no organizan eventos desde antes del covid. Otras quedadas multitudinarias son las de Gruppit: antes de la era Tinder, solían mover a 400-500 solteros los sábados-sabadetes. Ahora pueden reunir de tardeo a 150-160. Montan cenas en Barcelona cada dos semanas y los miércoles, 'afterwork' en el Hotel Ocean Drive 5*. Edad media: 55.

Meetic ya anuncia un ‘quiz game’ para el 25 de enero en el Michael Collins. Singles and Friends hace eventos cada sábado (19 h) en el Hostel Safestay de paseo de Gràcia. Viernes y sábados, hay 'speed dating' de Bedazzling en el Hotel Índigo. En hora y media, puedes conocer a 12 personas en citas rápidas de 7 minutos. Mueven a 80-90 personas por día. A finales de enero, retomarán sus citas domingueras en el café de La Pedrera

Singlesbcn organiza cenas de solteros los fines de semana. En BCN ya son 10.000, informan; en Calafell, 3.000. amigosbarcelona.com acumula 147.000. Aquí son los usuarios los que crean los eventos donde ligar, apunta su CEO, Alexandre Mora. Tienen más de 3.000 grupos de Telegram, Whatsapp y Discord. Llevan desde 2010 y siguen creciendo pese a Tinder. “No me gusta comparar –dice Alexandre-, porque ellos son americanos y miles de trabajadores –se ríe-. Nosotros somos gente de Barcelona sin un duro que hacemos esto por pasión”.  

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