Menús degustación de Barcelona para todos los bolsillos

¿Dónde está escrito que no podamos darnos un capricho de vez en cuando? Si hay gente que se gasta 200 euros en unas zapatillas, ¿por qué no vas a poder tú dejarte los dineros en un menú degustación? Además, el argumento de que estos menús son muy caros no se sostiene. Este formato ya se presenta en Barcelona en muchas formas y precios. Para todos los bolsillos y necesidades. En los siguientes restaurantes encontrarás menús degustación de calidad contrastada y a precios variados, entre los 47 y los 162 euros. No hace falta que hagas nada: tan solo siéntate y espera a que empiece el desfile. 

1. Ocasión señalada

Delta no te libras  

El producto del Delta del Ebro como arma de seducción. El nuevo menú degustación del restaurante Xerta (Còrsega, 289) es un relato con principio, nudo y desenlace, ambientado en dicha región. Cocina sofisticada con historia, platos que te hacen viajar a la región con técnicas de alta cocina. Los entrantes, por ejemplo, responden a las fiestas tradicionales de las tierras del Ebro y llegan en una mejillonera. El arroz de ortigas con anguila ahumada sale de una barraca típica de la zona. Especies invasoras como el cangrejo azul se convierten en delicados canelones. El atún marinado con lubina ahumada y caviar o las espardeñas con cocochas al pilpil son algunas de las cumbres de un menú equilibrado, didáctico y gratificante, que merece un maridaje a la altura. El magnífico servicio de sala se encargará de que vuelvas del Delta a Barcelona sin un rasguño. Hay un menú degustación a 105 euros y otro en modo homenaje a 162 euros: para citas importantes.

2. Sabor a Francia

Pagando el pato

En este nuevo restaurante de inspiración francesa y bronceado mediterráneo han decidido transitar la excelencia y el rigor en tiempos de flipaos de la fusión, una apuesta en firme por una cocina seria, con buenos cimientos y destellos coherentes de autoría. El menú experiencia de Âme (Londres, 91) es delicado, placentero, carga con muchas horas de pruebas y fogones encendidos, y se mueve de Francia a Catalunya más rápido que el Talgo. El pato de bellota madurado - la joya de la casa- es un toma y daca de sabor y textura del que sales extasiado. Impresionantes la trucha pirenaica con beurre blanc, el arroz del Delta del Ebro con confit de pato, y el maitake del Montseny con anacardos y foie. Por 75 euros, comes como el mismísimo rey de Francia. 

3. Memorias de Japón

Sentido y sensibilidad

Podría hablar del menú degustación de Suto, pero con la estrella Michelin que le ha caído, no debe de ser nada fácil encontrar sitio. Jugando casi en la misma liga, está Soluna (Casanova, 157), un restaurante de alta cocina nipona con toques mediterráneos en el que resulta más fácil reservar. En este espacio liderado por el chef Teppei Nii solo se sirven menús degustación de distintos rangos: 62 euros el más barato, 98 euros el más caro. Sugiero que te lances en doble tirabuzón a las aguas del menú festival, el muestrario completo de lo que es capaz Teppei, un artesano que no toca, acaricia el producto. La pizza japonesa con cocochas es uno de sus logros más asombrosos. También el temaki de gamba roja ‘do it yourself’, el sashimi o ese wagyu A5 que parece mantequilla celestial… Uno de los mejores restaurantes de Barcelona.

4. Platos redondos

El precio justo

No me canso de recomendar el menú degustación de Imprevisto (Bailen, 104). Pocos rivalizan con él en términos de relación calidad-precio. Es uno de los más honestos y agradecidos que he probado. No tiene platos de relleno, todo cuenta. Cocina reconocible, de temporada, de producto, sí, pero con giros de calidad y creatividad que le dan mucha vida a todo lo que llega a la mesa. Por 47 euros, tienes un menú de siete pasos. Por 65 euros, el menú se va a los diez pasos. Y ambos están siempre sujetos al mejor producto disponible, mutan con facilidad, pero no se olvidan de clásicos como el steak tartar de la casa, de los mejores de BCN. 

5. Tartares a pares

Palacio del crudo

La cocina de Pedro Silva se sostiene en los crudos, el nombre del local no va de farol; es asombrosa la capacidad de este cocinero para innovar y sacarle todo el jugo a los tartares de carne, pescado y marisco. El menú degustación de La Tartarería (Muntaner, 26) es una fiesta en crudo con alguna sorpresa, como la presa ibérica a la brasa. Hay dos formatos: clásico y experiencia, a 60 y 75 euros respectivamente. Me chifló mucho el tartar de vieira con escabeche de zanahorias. Me encantaron el brioche con tartar de gamba, el bikini de tartar de ternera trufado, y el tartar de lubina con palmitos y salsa cítrica. Como cantaba Rosario Flores: “Oh, sabor, sabor”.  

6. Esplendor en el Gòtic

Alta vieja cocina

Cocina de autor en mayúsculas. En L’Antiquari Gastronòmic (plaça del Rei, 1), el chef Yordi Martínez conjuga tradición y autoría en un menú degustación que cambia cada mes, una secuencia de diez pases que cuesta unos ajustadísimos 55 euros.

En este espacio, se utilizan técnicas de alta cocina para honrar la cocina de siempre. Me vuelve loco el Sulfuroso y Madurado, con huevos de codorniz a baja temperatura confitados en grasa de chuletón, espuma de coliflor, tartar de chuletón madurado y unas curiosas láminas crujientes de chuletón seco. Y atención al canelón de maigret de pato que Yordi mantiene siempre fijo en sus menús para honrar la memoria de su abuela. No me cabe duda de que estaría orgullosa de él.   

7. Fusión de calidad

Taberna gourmet

Japón, Francia y Catalunya conviven cual trío feliz en los menús degustación de Kamikaze (Rosselló, 197), un restaurante que te desarma con una fusión inteligente de cocinas en las que destacan tres ejes: producto, salsas y creatividad. Puedes recorrer los mejores momentos de la carta en un menú corto a 70 euros y otro largo a 90 euros. La sepia wakame, la falsa trufa, el nigiri de vaca vieja o el marmitako de la casa se pegarán a tu recuerdo como un chicle.  

8. Menús completos

Arroces galácticos

El precio de su menú ya no es la ganga de hace unos años, pero sigue siendo una de las propuestas más razonables de Barcelona: Cruix (Entença, 57). Que por 58 euros te puedas empujar diez pases, arroz incluido, me parece una locura. Más aún cuando la calidad de las tapas de autor de la casa es tan elevada. Y es que antes de engullir algunos de sus famosos arroces, de los más finos que servidor ha catado, te cae del cielo un churro de pescado con espuma de alioli o un empedrado de cocochas estratosférico. Si vas a por el Grand Cruix (82 euros), mejor que ayunes antes. 

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