Regreso esperado
Reabre en Barcelona la churrería más viral de TikTok
De aquí salen vídeos con más de 22 millones de visualizaciones
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Reabre en Barcelona la churrería más viral de TikTok / JORDI OTIX


Ana Sánchez
Ana SánchezPeriodista
En vez de “¿cómo estás?”, a ella le preguntan “¿que has hecho qué?”. No sabe cocinar, pero sí tirar hachas. Si le haces una pregunta retórica, lo más probable es que la responda. Autora de ‘Barcelona increíble’ (Ediciones B).
Su regreso era más esperado que el de la Pantoja. “Ya era hora, te echábamos de menos”, repite cada cliente que pasa ante su mostrador con sonrisa de reencuentro. Al fin ha reabierto la Churrería J. Alpuente (Padilla, 161), la churrería de referencia en TikTok, tras cinco meses de “calvario eléctrico”.
De aquí salen vídeos con más de 22 millones de visualizaciones. Nombre viral: @xurrebcn. Acumula 25,2 millones de megustas y más de 585.000 seguidores en TikTok. Uno de sus 'hashtag', #xurreriajalpuente, ya va por los 311,6 millones de visualizaciones. Sus ventas, calcula el churrero tiktokero, han aumentado un 20-30% en sus tres años en redes. Aquí lo mismo te encuentras tiktokeros de a pie que ‘gent’ del ‘barri’, turistas de postureo o youtubers famosos. “Tenía ganas de volver a hacer churros”, sonríe de oreja a oreja Juan desenfundando cucuruchos a velocidad de cowboy. “Estoy súper contento con la aceptación de la gente”.

Juan atiende a clientes, este lunes. / Jordi Otix
Es la J. de J. Alpuente. Aún lo llaman “Juanito” en el barrio. “Imagínate: un tío de metro 80 y 105 kilos”, se ríe él. “Todos me conocen de pequeñito”, los justifica con cariño. Es churrero de segunda generación. Tiene palique de vecino de toda la vida y humor de monologuista. “Tener buen humor es esencial para hacer churros”, asegura. Lo dice alguien que se levanta cada día a las cuatro menos diez de la madrugada. Menos los martes, que hace fiesta y se va a tiktokear por ahí con su pandilla de 'influencers'.

Juan posa en su churrería tuneada. / Jordi Otix
“¡Vaya vacaciones!”, le dicen con sarcasmo los clientes de toda la vida. “¿Cómo que vacaciones? –resopla Juan-. Una jodienda que no veas”. Reabrió el viernes a trompicones por un tema familiar. Tras las colas de reencuentro, este lunes estaba intentando recuperar la normalidad churrera.

Juan Alpuente, haciendo sus churros virales. / Jordi Otix
Ahora está en Padilla, 161. Lo mudaron de su sede oficial, junto a los Encants, en octubre del año pasado. En mayo tuvo que bajar la persiana por un “problema eléctrico” que se ha alargado cinco meses. Algunos de sus seguidores tiktokeros le han echado un cable. “Pero un cable literal”, se ríe él. Al fin ha conseguido reabrir con su propio contador.
¿Qué ha estado haciendo estos cinco meses? “Intentando arreglarlo todo lo antes posible”, cuenta con resignación. Y ha seguido entretenido en redes, claro. Habrá subido unos 20.000 seguidores en Instagram (@alpuentejuan, 36,9 mil seguidores en total). También ha aprovechado para pintar la churrería y “para intentar aprender cosas nuevas”, detalla. “Quiero hacer churros rellenos, he estado mirando máquinas… Intentando no perder el tiempo”, resume. Habrá novedades en Navidad, anuncia.
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