En el hemiciclo

Un senador del PP interrumpe la sesión de control al Gobierno por hablar por teléfono

El ministro de Transformación digital abandona la Cámara Alta tras protestar que Gerardo Camps hablaba por el móvil a un metro de él

El exconseller del PPCV, Gerardo Camps, habla por teléfono mientras el ministro José Luis Escrivà interviene en el Senado.

El exconseller del PPCV, Gerardo Camps, habla por teléfono mientras el ministro José Luis Escrivà interviene en el Senado. / Redacción

J.Vives

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Uno de los anuncios habituales en los cines antes de empezar la película eran aquellos que recordaban la necesidad de apagar el móvil porque su sonido podía desvirtuar la narración. "Apaguen sus teléfonos y no fumen", decía por su parte Emilio Delgado, famoso portero de Aquí no hay quien viva, antes de las juntas de vecinos. Qué decir de activar el modo avión en los vuelos. Todas esas recomendaciones, sin embargo, no aparecen en el hemiciclo del Senado donde una llamada ha alterado la sesión de control al Gobierno.

Le tocaba intervenir al ministro de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivàquien, sin embargo, no pudo avanzar en su exposición porque, según protestó, tenía a un senador del PP hablando por el teléfono móvil a apenas un metro. Era el exconseller y representante del PPCV, Gerardo Camps, que ante el silencio y la mirada del ministro se quedó extrañado y con gesto incrédulo. "Mientras estoy hablando este señor está hablando por teléfono a menos de un metro y no me deja hablar", protestó Escrivà.

El debate, cómo no, se alteró. A la protesta del ministro le siguieron las quejas por la queja de la oposición que vieron en su lamento una excusa para no contestar. "Estás haciendo el numerito", le señaló una senadora de la oposición. "Le puedo asegurar que yo no lo he escuchado, en numerosas ocasiones ruego al PP que guarden silencio", espetó por su parte el presidente de la Cámara Alta, Pedro Rollán.

Rollán pidió a sus señorías que guardaran silencio, que no tuvieran conversaciones entre sí y devolvió el turno de palabra a Escrivà "si lo quiere utilizar". La expresión no debió sentarle muy bien al responsable de Transformación digital porque rechazó continuar con su intervención mientras movía con el dedo en señal de negación. Tras esto, Escrivà abandonó la sala del Senado.