En año preelectoral

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El president de la Generalitat, Pere Aragonès, con la líder de los Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, con la líder de los Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach / QUIQUE GARCÍA / EFE

Sara González

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O votarán a favor o votarán en contra. Los Comuns descartan una abstención que le permita a Pere Aragonès amarrar unos presupuestos que serán su carta de presentación en las próximas elecciones. Para el grupo que lidera Jéssica Albiach en el Parlament, no valen en estos momentos las medias tintas y están dispuestos a mantener hasta el final el pulso con el Govern para hacer caer de la agenda el proyecto del Hard Rock. Es, han repetido por activa y por pasiva, su condición 'sine qua non', una persistencia en el asunto que les afean los republicanos bajo el argumento que no hay ninguna partida presupuestaria para el macrocomplejo, pero que se enmarca en la apuesta estratégica de En Comú Podem por consolidarse como espacio ecologista de referencia en Catalunya.

Por ahora, ni el Govern tiene previsto desentenderse de un proyecto que asegura que no está a su alcance frenar porque las riendas las llevan inversores privados, ni los Comuns están dispuestos a dar su brazo a torcer ante su exigencia de tumbar el plan urbanístico aunque prioricen también otras reclamaciones, como la recuperación de la sexta hora en la escuela pública. Un tira y afloja que transita en paralelo a las negociaciones del gobierno municipal de Barcelona, en el que los de Ada Colau pretenden entrar pese a que hasta ahora el PSC y ERC han esbozado una alianza a dos y no a tres. Aunque todos los actores de esta triangular niegan que una cosa tenga que ver con la otra, el clima de lo que pase en un lado de la plaza de Sant Jaume tiene un impacto sobre el otro.

Un apoyo que se encarece

La semana que viene están previstas más reuniones entre ambas partes, pero el 'deadline' en el Parlament es el próximo 13 de marzo, cuando las cuentas deberán superar el primer trámite en el debate de las enmiendas a la totalidad. Fuentes de los Comuns argumentan que desde otoño que plantearon a Aragonès que, a diferencia de los anteriores presupuestos y en un contexto de restricciones del consumo de agua, esta vez serían intransigentes con el Hard Rock. En año electoral y tras tres cuentas aprobadas gracias a su apoyo -y la correspondencia de ERC para que Colau también lo lograra en el Ayuntamiento mientras era alcaldesa-, la sala de máquinas de la candidatura de Albiach se prepara para encarecer el apoyo de sus ocho diputados.

Habrá que ver si hay un estadio intermedio que pueda ser una pista de aterrizaje para que Govern y Comuns lleguen a una entente, como por ejemplo garantizar que por lo menos este 2024 el proyecto continuará en 'stand by' y no se aprobará el plan urbanístico. En este escenario, los de Albiach podrían valorar su apoyo en función de otros logros que puedan arrancarle a Aragonès, pero quieren el compromiso del president, ya sea por la vía de la verbalización explícita o por la vía de los hechos antes de la votación.

Enarbolar la bandera verde

La reflexión de En Comú Podem es que, en estos momentos, tiene por delante una autopista para consolidarse como el "espacio ecologista de referencia" en Catalunya. Entre sus filas entiende que existe ya un bagaje y un historial de referencia, como formación heredera de la extinta ICV, pese a que reconocen que durante los años álgidos del 'procés' y del auge de la izquierda rupturista el llamado "eje verde" pasó a un segundo plano. Ahora, en un contexto de emergencia por sequía y de grandes retos por el cambio climático que caen a plomo, entienden que es hora de volver a enarbolar esa bandera para que se vehicule políticamente una carpeta que detectan que está calando en la opinión pública.

La radiografía que hacen los Comuns es que el PSC está lejos de ello por su apuesta por los grandes macroproyectos e infraestructuras con el argumento del crecimiento y la creación de ocupación. De hecho, Albiach acusa a los socialistas de tener la misma agenda que Junts en este ámbito. Por otro lado, de ERC consideran que "no tiene una política climática clara" y se desdibuja desde el momento en que apoya una candidatura de los Juegos Olímpicos de invierno o asume, aunque sea con incomodidad entre sus filas, la B-40 o el Hard Rock. Y a la CUP la ven aún dentro de la lógica del 'procés' y sin capacidad para sobreponerse a las "contradicciones" a la hora de defender el ecologismo y, al mismo tiempo, liderar movimientos que se oponen a la instalación de renovables en algunos municipios por argumentos paisajísticos o de biodiversidad.

El corpus ideológico en el que están trabajando los Comuns y que se reflejará en la convención ideológica que el partido celebrará el 13 de abril es el de relanzar un ecologismo que ponga el acento en la redistribución; es decir, en que más allá de la responsabilidad individual se identifique una lucha colectiva en el que no todo el mundo consume y contamina igual y que, por tanto, hay unos "privilegiados" que hacen negocio a costa de frenar la transición ecológica. Se trata de un discurso que el partido ya ha fogueado en el contexto de sequía, ante el que han exigido al Govern más mano dura contra el consumo de agua en el sector turístico, y que quiere consolidar con el 'tour de force' para tumbar el Hard Rock.

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