Negociación entre partidos

El Govern pide a PSC y Comuns cerrar ya los presupuestos tras el pacto en Barcelona

Illa admite "conversaciones intensas" pero aún no garantiza el acuerdo

El conflicto con la amnistía torpedea los presupuestos en Catalunya

PSC y Comuns ponen al Govern entre la espada y la pared por el Hard Rock

Illa admite que la negociación avanza pero destaca que hay asuntos pendientes de 2023

La portavoz de ERC, Raquel Sans, este lunes.

La portavoz de ERC, Raquel Sans, este lunes. / MARC PUIG I PÉREZ / ERC

Quim Bertomeu
Carlota Camps
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El esquema inicial de la legislatura era que primero se tenía que aprobar la ley de amnistía en el Congreso y, luego, los presupuestos catalanes en el Parlament. Este plan se había trazado para que, con los votos cruzados de los socialistas y ERC, el presidente Pedro Sánchez se garantizaba poner en marcha su mandato de cuatro años, mientras que Pere Aragonès se garantizaba acabar el suyo hasta febrero de 2025. Todo se ha ido al traste con el bloqueo de la amnistía por parte de Junts, y el Govern ha empezado a impacientarse. Es por esto que este lunes ha presionado al PSC y los Comuns para cerrar ya un pacto sobre las cuentas catalanas sin esperar a la amnistía. Más aún después de que ERC haya dado aire al PSC pactando los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona.

La consellera de Economia, Natàlia Mas, ha sido la primera en mover ficha asegurando, en una entrevista en Catalunya Ràdio, que las negociaciones está "muy avanzadas con algunos grupos" y que, si todo el mundo es responsable, "en cuestión de días" se podría cerrar un acuerdo. El argumento del Govern es que las cuentas son expansivas -2.400 millones más que en 2023- y no que no hay que perder más tiempo en poner este dinero en circulación. En la misma línea, la portavoz de ERC, Raquel Sans, ha defendido hay que "dejar de jugar con los recursos que corresponden a la ciudadanía del país".

Pero donde se ha visto que ERC empieza a exasperarse es cuando la propia Sans ha defendido que la amnistía y las cuentas deben ser "dos negociaciones independientes". Es decir, que si Junts pone trabas a aprobar la amnistía, esto no puede afectar negativamente a que la Generalitat pueda disponer de presupuestos. Los republicanos saben que la aprobación de la ley del olvido penal ahora mismo sigue acumulando retraso, y no quieren que esta incertidumbre arrastre las cuentas catalanas.

Aparte, Esquerra cree contar con otro argumento de peso para presionar a los Comuns y al PSC para que voten ya las cuentas de Aragonès: que ERC este lunes ha dado el 'sí' a los presupuestos de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona. Fuentes de la dirección de ERC desvinculan unas cuentas de las otras, pero defienden que, como mínimo los socialistas, deberían tomar nota de "la actitud" que han tenido ERC en la ciudad para que el partido de Illa la reproduzca en el Parlament. Un quid pro quo.

Hard Rock

Más allá de la amnistía, los presupuestos catalanes tienen otro gran obstáculo y es el futuro del casino Hard Rock. Los dos principales socios del Govern para las cuentas, el PSC y los Comuns, le exigen contrapartidas opuestas. Los socialistas piden al president Aragonès que se comprometa a desarrollar el proyecto, mientras que los morados le exigen que lo frene, sobre todo en un contexto de sequía. Pese a que aparentemente es un callejón sin salida difícil de gestionar, Esquerra cree que el acuerdo es posible encontrando una vía intermedia entre el PSC y los Comuns. En el último pacto de presupuestos, donde ya existía este problema, el Govern consiguió el equilibrio: se comprometió ante el PSC a no dejar caer el proyecto y, ante los Comuns, a no dedicarle ni un euro de las cuentas.

En lo relativo a este macrocomplejo de ocio, la posición del Govern y de Aragonès ha sido tradicionalmente más próxima a la de los Comuns que a la del PSC. Sin embargo, el president no pueden dar sin más carpetazo al asunto. Primero, para no enervar al PSC y poner en riesgo a los presupuestos. Después, porque aún hay muchos trámites que resolver: no está cerrado ni el plan urbanístico ni el informe que tiene que aclarar si el proyecto es ambientalmente viable o no. Además, la Generalitat no quiere dar ningún paso en falso que le lleve a tener problemas judiciales.

Líneas rojas

Mientras tanto, el líder de los socialistas, Salvador Illa, ha admitido este lunes que tiene "conversaciones intensas" con el Govern, pero no le ha puesto un horizonte al acuerdo. El argumento que dan repetidamente los socialistas es que Aragonès sigue sin cumplir algunos de los aspectos del pacto presupuestario del año pasado. Entre ellos, el que decía que en 2023 se tenía que "completar los proceso relacionados con el inicio del proyecto" de Hard Rock. "Que se cumplan los acuerdos es muy relevante", ha avisado.

Que se cumplan los acuerdos es muy relevante

Salvador Illa

— Primer secretario del PSC

La clave para desenredar el conflicto deberá ser, forzosamente, que Aragonès encuentre de nuevo un punto medio entre socialistas y morados. Y más aún cuando este lunes el portavoz de los Comuns, Joan Mena, ha insistido que el rechazo a Hard Rock es una "línea roja" para su partido. Para empezar a vislumbrar si hay posibilidad de deshacer este empate infinito, el Parlament celebrará este martes un pleno sobre la sequía donde todas las partes deberán dejar claro si ven factible o no continuar con este proyecto urbanístico en plena escasez de agua.