Gobierno y Generalitat pactan la B-40 entre Sabadell y Terrassa sin aclarar cuántos carriles tendrá

El Gobierno y la Generalitat han llegado a un acuerdo para firmar el convenio para construir la Ronda Nord de la B-40, el tramo entre Sabadell y Terrassa. Lo ha anunciado este viernes el ministro de Transportes, Óscar Puente, y fuentes de la Generalitat también lo confirman. Sin embargo, las dos administraciones aún no han solucionado la principal controversia que les separa que es cuántos carriles tendrá la carretera.

La Generalitat es partidaria de que la vía tenga el mínimo impacto ambiental posible y que sea una ronda urbana de un carril por cada lado. El Gobierno, en cambio, considera que hay que dar continuidad al tramo actual de la B-40 que ya se está funcionando y que tiene dos carriles por banda. ¿Cómo se resolverá el problema? Este viernes no ha quedado claro.

El proyecto de la obra es el que tiene que definir esta cuestión y lo redactará la Generalitat. Sin embargo, como el Gobierno pondrá el dinero de la infraestructura -unos 200 millones de euros-, supervisará el proyecto y no saldrá adelante sin tener su "visto bueno". En definitiva, que el escollo persiste.

El ministro Puente ha visitado este viernes Catalunya para inaugurar, precisamente, el tramo de la B-40 entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls. Ha admitido que el problema con el número de los carriles no está solucionado, pero se ha mostrado conciliador con la Generalitat. Así, ha recetado "diálogo" para encontrar una "solución satisfactoria" para la dos partes y no ha querido fijar una fecha para el inicio de las obras: "Hablar de plazos es casi siempre pillarse los dedos", ha espetado.

Después de 17 años: abre al tráfico el tramo de 6,2 kilómetros de la B-40 entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls

Lo que sí ha quedado claro este viernes es que la B-40 no llegará hasta Granollers o la Roca del Vallès, al menos por ahora, aunque era la previsión inicial cuando, hace décadas, se empezó a hablar de esta carretera. Puente ha explicado que, por el momento, solo se harán los tramos que generan "consenso" como el que hay entre Sabadell y Terrassa.

Clave para los nuevos presupuestos

Este consenso es relativo. La B-40 es una infraestructura polémica que lleva años y años enfrentando a ERC y el PSC. Hace justo 12 meses, los socialistas impusieron a los republicanos la construcción del tramo de la B-40 entre Sabadell y Terrassa a cambio del voto del PSC a los presupuestos catalanes de Pere Aragonès. El jefe del Govern aceptó y consiguió aprobar las cuentas, pero, como hasta hoy no se había anunciado el convenio para empezar las obras, los socialistas se mostraban molestos.

De hecho, el partido de Salvador Illa lleva tiempo avisando de que, si Aragonès quiere aprobar los presupuestos de este 2024, tiene que cumplir con los compromisos que se recogían en 2023 que aún no ha hecho efectivos. Uno de ellos era la B-40. Así que, con el convenio anunciado por Puente, el Govern podrá exhibir que cumple con los acuerdos y exigir al PSC que selle ya los nuevos presupuestos.

Tramo inaugurado

Puente ha inaugurado el tramo entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls, de 6,2 kilómetros, cuyas obras comenzaron en 2009 y que ha sufrido varios retrasos. Los trabajos se pararon entre 2010 y 2015, y el coste final ha sido de 293 millones de euros, incluidas las expropiaciones y otros gastos.

Inauguración del tramo de la B40 entre Olesa y Viladecavalls

El ministro ha explicado que se calcula que 43.000 vehículos usarán este nuevo tramo cada día, de los que el 20% serán pesados, algo que permitirá "aliviar" el tráfico de la AP-7. Además, ha destacado que servirá para conectar las comarcas del Baix Llobregat y el Vallès Occidental, que son "el motor industrial de Catalunya".

250 millones más

El Gobierno y la Generalitat también han llegado a un acuerdo para tramitar el convenio que haga posible una mejora de la conectividad entre las autopistas AP-2 y AP-7 que significarán 250 millones de inversión. Como en el caso de la B-40, las obras serán un trabajo conjunto entre las dos administraciones. El Ministerio de Transportes pondrá el dinero y la Conselleria de Territori licitará, contratará y efectuará el seguimiento de las obras. La inversión saldrá de los presupuestos del Estado aprobados del año pasado, donde ya estaba contemplada esta partida.