Viaje institucional

Aragonès reclama en Bruselas un marco legal europeo para celebrar el referéndum

El president se reencuentra en el Parlamento Europeo con Toni Comín pero no con Carles Puigdemont

Aragonès pide una reflexión a Junts por poner "en riesgo" la amnistía

Aragonès afianza la relación con la UE con el reto pendiente de la oficialidad del catalán

Aragonès convocará una mesa de partidos para abordar el referéndum tras la investidura

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles en el Parlamento Europeo.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles en el Parlamento Europeo. / Nicolas Maeterlink / Europa Press

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De los muchos debates que suscita si Catalunya puede celebrar un referéndum de independencia, uno de los principales es sí sería legalmente posible. Como esta cuestión genera un empate infinito entre la Generalitat y el Gobierno, que nunca se han puesto de acuerdo, este miércoles el presidente de la Generalitat Pere Aragonès ha pedido a Europa que tome cartas en el asunto. Desde el Parlamento Europeo, ha reclamado que el derecho comunitario facilite unas "reglas compartidas" para que todos aquellos territorios que quieran convertirse en Estado puedan decidirlo democráticamente en un referéndum. Es decir, que haya un marco legal europeo al que se pueda acoger Catalunya.

Lo ha dicho en un acto organizado por representantes de los grupos políticos de la Eurocámara que defienden el derecho a la autodeterminación. Allí, ha argumentado que entre las misiones que tiene encomendadas la Unión Europa también debería estar la de "arbitrar" sus conflictos territoriales. Y lo debería hacer, a su parecer, aportando "claridad" jurídica a todas aquellas regiones que, como Catalunya, quieren pronunciarse sobre su futuro político y se topan con el muro de un Estado que rechaza frontalmente esta posibilidad. Estos planteamientos hasta ahora nunca han tenido acogida en el seno de la UE, un club de países poco propenso a querer ver la creación de nuevos estados y a alimentar los conflictos territoriales del vecino.

Pese a estas reticencias, el president de la Generalitat no se da por vencido. Su argumento es que hace tan solo unas pocas décadas nadie podía imaginarse ni el nacimiento de la Unión Europea ni la llegada de la moneda común, y ahora son dos realidades asentadas. "Nos dicen que es imposible -un referéndum-. También lo era que 350 millones de europeos compartieran un parlamento", ha dicho.

Uno de los compromisos de Aragonès es presentar antes de esta primavera una propuesta -que está preparando el Institut d'Estudis de l'Autogovern que ofrezca una vía jurídica para celebrar el referéndum dentro de la Constitución. Hasta la fecha ya se han dibujado varios caminos, pero nunca ha encontrado el aval ni de gobiernos del PP ni de del PSOE. Este rechazo permanente es el que ha llevado al president a pedir a la UE que tenga un papel. Una especie de mediación, aunque él no haya utilizado este concepto, para salir del embrollo.

Nos dicen que es imposible [un referéndum]. También lo era que 350 millones de europeos compartieran un parlamento

Pere Aragonès

— President de la Generailtat

En el acto también ha participado el lehendakari Iñigo Urkullu, que previamente se ha reunido con Aragonès. Los dos han exhibido sintonía y un propósito compartido: explorar un frente común para presionar al Gobierno para que cumpla con los traspasos a los que se ha comprometido. Tanto Catalunya como Euskadi tienen el compromiso de Pedro Sánchez de que gestionarán los trenes de Cercanías -Rodalies en Catalunya- y quieren verlo cumplido, sobre todo antes de las respectivas elecciones autonómicas.

Contactos por el catalán

Con esta visita a la Eurocámara, Aragonès ha cerrado un viaje institucional de dos días a Bruselas que ha servido para afianzar las relaciones de la Generalitat con la UE. El resumen es que, después de que estas relaciones estuvieran rotas siete años (2015-2022) por la tensión generada por el 'Procés', ahora al president ya vuelve a ser recibido por comisarios europeos. En este viaje se ha visto con cuatro.

Pese a este avance, la sensación global es agridulce porque sigue encallado el gran reto de la Generalitat a nivel europeo: la petición para que el catalán se convierta en lengua oficial de la Unión. Este miércoles Aragonès y la consellera de Acción Exterior, Meritxell Serret, han tenido una reunión de peso para tratar este asunto. Se han visto con el vicepresidente Maroš Šefčovič, el representante de la Comisión Europea que participa en el órgano que tendrá la última palabra sobre la oficialidad el catalán, el Consejo de Asuntos Generales.

El president Aragonès con el vicepresidente europeo Maroš Šefčovič.

El president Aragonès con el vicepresidente europeo Maroš Šefčovič. / Arnau Carbonell / Govern

En este Consejo se reúnen todos los estados miembros que es a quienes corresponderá decidir si aceptan una nueva lengua oficial o no. El president y la consellera se han encontrado con "el respeto" del comisario por la propuesta catalana, pero ninguna certeza de si lo conseguirán o no. El diagnóstico que hace la Generalitat es que hay que plantearlo como una carrera de fondo sin poner límites en el horizonte. Eso, y todo el trabajo diplomático entre bastidores con la ayuda del Gobierno.

El reencuentro

La última jornada del viaje de Aragonès también ha servido para que se viera una imagen destacada: el reencuentro entre el president y el actual diputado de Junts en la Eurocámara, Toni Comín. Comín estuvo durante años en la órbita de ERC -fue conseller de Salut por designación de los republicanos-, pero acabó enfrentado al partido de Oriol Junqueras. Aragonès y Comín han estado hablando de forma amistosa durante unos minutos e incluso se han dado un abrazo. También ha acudido al acto la exconsellera Clara Ponsatí. En cambio, no ha asistido el tercer miembro de Junts en la cámara, Carles Puigdemont.

El eurodiputado Toni Comín (Junts) y el president Pere Aragonès este miércoles en Bruselas.

El eurodiputado Toni Comín (Junts) y el president Pere Aragonès este miércoles en Bruselas. / Natàlia Segura / Acn

Otra de las lecciones que deja este viaje es como se agranda día tras día la distancia entre ERC y Junts. Ni Aragonès ni el expresident han dado el paso para organizar un encuentro, que sí se había producido en ocasiones anteriores. Tampoco ha ayudado que el martes, primer día de la expedición del Govern, hubiera un encontronazo entre los dos partidos en el Congreso por la votación fallida de la amnistía. Si hubiera habido una reunión hubiera sido inevitablemente tensa.