La legislatura catalana

Aragonès encara su recta final con unos presupuestos clave y su candidatura en el aire

Aragonès exige a Sánchez pactar este 2024 una "financiación singular" para Catalunya

El Govern prorroga los presupuestos mientras busca apoyos para los de 2024

El 'president' se reivindica para un segundo mandato al frente del Govern

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen reciente.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen reciente. / Quique García / EFE

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Cuando el Govern se rompió por la mitad en octubre de 2022 con el divorcio entre ERC y Junts pocos le auguraban una larga vida. Sin embargo, lo cierto es que ha aguantado lo suficiente como para tener la posibilidad real de agotar el mandato hasta febrero de 2025, cuando deberían ser las próximas elecciones. Haya avance electoral o no, este 2024 se convierte en la recta final del ejecutivo catalán. Los siguientes son los temas clave que determinarán si Aragonès aguanta hasta el final y en qué condiciones llega a los comicios.

Presupuestos decisivos

Las cuentas de la Generalitat lo condicionarán todo. Si el president logra los apoyos suficientes para aprobarlas en el Parlament, tendrá el billete para agotar el mandato. Si no, retumbarán los tambores de elecciones. Para aprobar las cuentas, el Govern tiene oficialmente cuatro socios potenciales: el PSC, Junts, los Comuns y la CUP. Oficiosamente, el margen es mucho más estrecho porque cuesta ver qué incentivos tienen Junts y la CUP para sustentar a Aragonès.

Así, en la plaza de Sant Jaume negociarán con las cuatro partes hasta el final, pero saben que la balanza se decantará inevitablemente hacia el PSC y los Comuns. El motivo es sencillo y es que en este caso sí que hay incentivos cruzados: Aragonès necesita los votos de socialistas y morados para aprobar sus números, y el PSOE y Sumar necesitan los de ERC para aprobar los suyos.

Pere Aragonès y Salvador Illa el dia del acuerdo de presupuestos.

Pere Aragonès y Salvador Illa el día del acuerdo de los presupuestos del 2023. / Andreu Dalmau / Efe

Aunque nadie quiera hablar de intercambio, Aragonès ya deslizó la semana pasada, tras reunirse con Sánchez, que lo interesante sería que hubiera "presupuestos en todas partes para poner los recursos en manos de la ciudadanía". En privado, el mensaje es más diáfano: o todos con presupuestos o ninguno. De tener cuentas, podrá agotar el mandato y lo hará con una paradoja a su favor: el Govern más débil en el Parlament desde la restauración de la democracia -solo tiene el apoyo de los 33 diputados de ERC- sería el primero en 15 años en conseguir agotar la legislatura.

Educación y sequía

En la fase final de su primer mandato como president, Aragonès tiene sobre todo dos temas con los que sufre más desgaste. El primero, la gestión de la sequía, que le ha obligado a dictar las primeras medidas impopulares de restricción de agua abonando el terreno para que la oposición endurezca el discurso contra él. El segundo era menos previsible: la debacle de los resultados del informe PISA. El Govern ya ha tomado las primeras decisiones, como la de crear una comisión de expertos para buscar soluciones, pero se juega buena parte de su crédito en poder presentar medidas que generen la confianza suficiente de que se podrá revertir la situación.

El ejecutivo también tiene 14 leyes en trámite en el Parlament que tratará de aprobar, como la norma para regular las viviendas turísticas, el impuesto a los grandes barcos, la de memoria democrática o la de comunicación audiovisual.

Traspasos y financiación "singular"

En sus casi tres años al frente del Govern, Aragonès ha cultivado un terreno que llevaba casi una década descuidado: el de los traspasos de competencias de manos estatales a manos autonómicas. El pacto no escrito que se ha ido forjando es que el president mantiene el 'procés' lejos de la unilateralidad, y Sánchez se aviene a conceder mayores cotas de autogobierno.

Sánchez y Aragonès en su reunión de diciembre en la Generalitat.

Sánchez y Aragonès en su reunión de diciembre en la Generalitat. / David Zorrakino / Europa Press

Así, en la recta final del mandato, Aragonès buscará culminar el traspaso integral de Rodalies y el del Ingreso Mínimo Vital. Tiene el compromiso del Gobierno de que así será, pero necesita materializarlo para que salga en su hoja de servicios como president. También buscará un tercer triunfo, este mucho más complicado. Lograr, o al menos proyectar sobre el papel, una nueva financiación "singular" para Catalunya. Así lo exigió en su discurso navideño.

'Procés': un diálogo incierto

De aquí hasta las elecciones catalanas, esta carpeta tendrá un protagonista indiscutible: la aprobación y aplicación de la amnistía para culminar la desjudicialización de las causas vinculadas al 'procés'. Está por ver que alcance tendrá dada la más que posible oposición de un parte de los partidos políticos y otra de la judicatura. Pero, al margen de esta cuestión, Aragonès también quiere darle un nuevo impulso a la mesa de diálogo para llevar al Gobierno su propuesta de referéndum pactado. En breve recibirá un informe jurídico del Institut d'Estudis de l'Autogovern sobre qué vías legales tendría esta votación. El president ha prometido en varias ocasiones que realizará esta propuesta formal al Estado y ya solo tiene 2024 para concretarla.

¿Quién será el candidato de ERC?

Este también será el año en el que se despejará una incógnita sobrevenida que nadie esperaba: si Aragonès se presenta o no a la reelección. Hace meses, no había duda, pero el panorama cambió con la amnistía porque de repente se abrió la puerta a que el president de ERC, Oriol Junqueras, pueda ser también candidato al ver caer su inhabilitación. El dilema está servido: presentar al líder carismático -Junqueras- que sacó el partido de la depresión en 2011 para llevarlo a lo más alto pero que, a la vez, ya acumula el desgaste de más de una década en el candelero, u optar por hacer repetir al actual president, con menos ascendencia, pero con el bagaje de una legislatura al frente de la Generalitat.

El president de la Generalitat Pere Aragonès y el president de ERC, Oriol Junqueras.

El president de la Generalitat Pere Aragonès y el president de ERC, Oriol Junqueras. / Quique García / EFE

El debate se alimenta porque Junqueras no se descarta del todo y porque Aragonès, pese a dar pistas de que quiere repetir, no acaba de confirmarse. Este es un tema que los órganos del partido aún no han tratado. Oficiosamente, sin embargo, aparece en las conversaciones internas. "Aquel que diga que no se habla del tema miente, pero no se hace públicamente", explica una voz republicana autorizada. Otra voz razona que "no hay ningún incentivo para tomar una decisión ahora" porque aún no hay la certeza completa de que se aplique la amnistía y de que se haga con la antelación suficiente para que Junqueras llegue a las próximas elecciones catalanas. La incógnita, pues, se mantiene.

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