Pactos tras la investidura

Sánchez prevé mantener "varias reuniones" con foto con Puigdemont y Junqueras a lo largo de la legislatura

Aragonès reclamará a Sánchez inversiones, una mejora de la financiación y el referéndum

Gobierno y Generalitat ultiman la firma del convenio de la B-40 para antes de final de año

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez, en el Parlamento Europeo.

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez, en el Parlamento Europeo. / EFE

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Toda la información sobre la ley de amnistía en este especial de EL PERIÓDICO.

Pedro Sánchez tiene previsto reunirse a lo largo de la legislatura no una, ni dos, sino “varias veces” con Carles Puigdemont, según explicó este martes el presidente del Gobierno en una conversación informal durante la tradicional copa de Navidad celebrada en el palacio de la Moncloa. Gran parte de los detalles de todas estas citas (dónde, cuándo y con qué periodicidad) están todavía por definirse, pero para el líder socialista lo más importante es la “normalización política” que supone un encuentro con el expresident de la Generalitat. 

El esfuerzo de tender puentes no solo irá dirigido a Junts per Catalunya, un partido que a lo largo de la pasada legislatura evitó negociar con el Gobierno. También se extenderá a ERC, con idénticas reuniones con Oriol Junqueras, dentro de los equilibrios que Sánchez debe hacer entre las dos principales formaciones del independentismo catalán, que durante este mandato serán indispensables para aprobar casi cualquier iniciativa en el Congreso de los Diputados.  

Pero hay algo que cambia en las circunstancias de uno y otro dirigente. Puigdemont dejó España en 2017 para esquivar la acción de los tribunales tras el referéndum de autodeterminación convocado ese año, así que hasta que no entre en vigor la ley de amnistía (se calcula que será en torno al mes de abril) el encuentro entre Sánchez y el líder ‘de facto’ de Junts se tendría que celebrar en el extranjero. Junqueras, en cambio, se sometió a juicio, fue condenado, pasó varios años en la cárcel y posteriormente fue indultado.  

El lugar elegido

El jefe del Ejecutivo evitó aclarar si esa cita inaugural, que como las posteriores será pública y contará con fotografías pero no con la presencia del verificador internacional elegido por socialistas y posconvergentes para auditar la negociación entre ambos partidos, tendría lugar antes de la aprobación de la controvertida norma. Sin embargo, fuentes de la Moncloa explicaron que el plan, que aún no está del todo definido, es que la reunión se celebre una vez el carpetazo judicial al 'procés' haya tenido lugar, lo que abre la puerta a que sea en Madrid o Barcelona. 

Se trataría, en cualquier caso, del primer cara a cara de este tipo entre Puigdemont y un miembro del nuevo Gobierno. Su máximo responsable, de hecho. Hasta ahora, los contactos del PSOE con el expresident de la Generalitat (al menos los públicos) habían estado capitaneados por el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, que fue el rostro de la negociación con Junts en Bruselas y después, ya con Sánchez investido, celebró una nueva reunión en Ginebra para explorar el escenario que se abre a partir de ahora.

Como forma de restar importancia al hecho de que todas estas reuniones se hayan celebrado en Bélgica y Suiza en lugar de en España, los socialistas insisten en que han sido entre partidos y no entre gobiernos . “Esto es muy importante y nadie le presta atención. Algunos confunden los partidos con las instituciones del Gobierno. Se puede entender alguna crítica cuando son las instituciones, pero en este caso son dos formaciones políticas libres que se sientan en un entorno que puede permitir avanzar en el futuro del país”, dijo a principios de diciembre la vicepresidenta cuarta, María Jesús Montero, en una entrevista en EL PERIÓDICO.   

La voluntad de negociación

El pasado 4 de septiembre, cuando Yolanda Díaz se desplazó a Bruselas para reunirse con Puigdemont, los colaboradores de Sánchez se desmarcaron del encuentro. Incluso exhibieron malestar hacia su compañera de coalición. “No tiene nada que ver con nosotros. Lo hace como dirigente de Sumar”, señalaron fuentes de la Moncloa. Pero después llegó la investidura, en la que los siete diputados de Junts votaron a favor a cambio de la ley de amnistía. El recién reelegido presidente del Gobierno se siente ahora con mayor fortaleza política para reunirse con Puigdemont y al mismo tiempo confía más en la apuesta de los posconvergentes por la negociación, que a corto plazo debería desembocar en su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado. 

“Nos hemos emplazado a encontrar la fecha y el lugar para que se vean”, avanzó el pasado jueves sobre el futuro encuentro entre Sánchez y Puigdemont el secretario general de Junts, Jordi Turull. Pero el jefe del Ejecutivo, que el día anterior había lanzado guiños al expresident de la Generalitat durante su comparecencia en el Parlamento Europeo (“está en nuestras manos” aprovechar esta oportunidad, le dijo), evitó confirmar la cita. “Veo mi agenda y en ella lo que tengo es una reunión con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, el día 21 como consecuencia de la visita que vamos a hacer al supercomputador de Barcelona”, señaló. 

Este jueves, Sánchez y Aragonès se verán a las 12 del mediodía en el Palau de la Generalitat. El dirigente de ERC, según detalló la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, reclamará una mejora de la financiación y de las inversiones en Catalunya (con el traspaso de Rodalies como eje central), la defensa de la lengua catalana y mecanismos para la “resolución del conflicto político”.