Las filas populares

La grieta del PP en la oposición: Feijóo y sus barones tienen estrategias diferentes ante Vox y Sánchez

Temor en el PP por el impacto en su electorado si Bruselas o los jueces no frenan la amnistía

La amnistía echa a andar en el Congreso mientras ERC y Junts apuntan al referéndum

Alberto Núñez Feijóo, este martes, en el Congreso de los Diputados.

Alberto Núñez Feijóo, este martes, en el Congreso de los Diputados. / José Luis Roca

Pilar Santos

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Alberto Núñez Feijóo sigue recordando todavía en casi cada intervención que ganó las elecciones generales de julio. La digestión del resultado (fue el más votado, pero no logró aliarse con otros grupos para convertirse en presidente) ha sido complicada para un líder que llevaba meses viéndose como jefe del Ejecutivo gracias a decenas de encuestas que así lo señalaban. 

La catástrofe demoscópica ha dificultado que tanto Feijóo como el resto de su entorno asuman la realidad, pero estos días ya han empezado a aterrizar en el nuevo escenario: Pedro Sánchez sigue en la Moncloa y Vox es el partido al que tienen que seguir debilitando en las elecciones que les esperan en 2024 (gallegas, vascas y europeas). 

Esta nueva etapa del PP en la oposición, sin embargo, tiene una grieta importante, ya que los intereses de Feijóo son diferentes en muchos casos a los de los barones autonómicos, sobre todo los cuatro que están presidiendo gobiernos de coalición con Vox. Ya se ha empezado a ver estos días en la reacción ante los últimos envites del partido de ultraderecha y también en la iniciativa de Sánchez de condonar parte de la deuda a las autonomías.

Primer asunto, Vox. La semana pasada se supo que Feijóo había pedido a los miembros de la cúpula nacional que no entraran al trapo de las pullas del partido de Santiago Abascal para “no desviar la atención” sobre Sánchez. El líder del PP considera que Abascal y sus compañeros intentan ganar foco con declaraciones altisonantes y amenazas de ruptura de relaciones, porque el PP está capitalizando la batalla contra la amnistía tanto en la calle como en los parlamentos, el español y el europeo. 

Con las declaraciones del líder de Vox el domingo sobre que llegará “un momento dado que el pueblo querrá colgarlo de los pies [a Sánchez]”, Feijóo condenó esas palabras a primera hora del lunes y sus colaboradores (Borja Sémper y Miguel Tellado, entre otros) censuraron también a Abascal por ayudar a Sánchez a hablar de otra cosa que no es la amnistía, que se debatía este martes en el Congreso. El PP quiere crecer en las urnas por la derecha, quitándole electores a Vox y va a intentar hacerlo combinando un discurso duro (con Tellado y Cayetana Álvarez de Toledo en primera línea) a la vez que se aleja de estas palabras violentas de Abascal y le lanza pullas. La operación no es fácil.

Las coaliciones

Ante esta reacción de Génova por la última arremetida de Abascal, llama la atención el silencio de los barones del PP que gobiernan en coalición con los radicales. No quiso entrar en la polémica sobre Sánchez el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, el barón que más rápido pactó la coalición con Vox tras las autonómicas de mayo. De visita en Madrid este martes, Mazón aseguró que su Gobierno funciona y mostró satisfacción con su vicepresidente, Vicente Barrera (Vox). Ya han cerrado los presupuestos autonómicos del próximo año.  

También ha acordado ya las cuentas públicas con la ultraderecha Fernando López Miras en Murcia. Ninguno de estos dos barones del PP ni tampoco María Guardiola (presidenta de la Junta de Extremadura) o Jorge Azcón (Aragón) han querido afear demasiado el exabrupto a Abascal. Los cuatro tienen que tratar cada día con Vox. Tanto estos presidentes como los miembros de la cúpula de Feijóo muestran comprensión con esta dualidad. "Cada uno entiende su papel y más Feijóo, que no le gustaba nada la injerencia de Génova cuando estaba en la Xunta", afirma uno de los barones.

Otra cosa será el papel que jueguen Juanma Moreno (Andalucía) e Isabel Díaz Ayuso (Madrid) en este tema. Los dos han ganado sus mayorías absolutas en las urnas y tienen las manos más libres para desarrollar la estrategia que vean más oportuna ante Vox.

Alivio a las arcas públicas

En cuanto a la condonación de la deuda, Tellado, portavoz en el Congreso, avisó este martes de que la dirección del PP rechaza el ofrecimiento del Gobierno de celebrar reuniones bilaterales con cada una de las autonomías para hablar de esa iniciativa con la que aliviar las arcas públicas. Tellado lo rechaza porque el Ejecutivo lo hace después de haber pactado ya con la Generalitat que a Catalunya le perdonará 15.000 millones

A la Moncloa el ofrecimiento de la condonación le sirve, además de para ganarse el apoyo del independentismo, para generar ruido en el PP (Valencia y Andalucía, ambas presididas por populares, son las más endeudadas) y lo está consiguiendo. Preguntado Tellado sobre si Génova va a prohibir a los barones mandar a sus consejeros a las reuniones bilaterales con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el portavoz respondió: “Las comunidades tienen autonomía para determinar cuáles son sus posiciones para la defensa de sus intereses en sus respectivos territorios (...) Desde Génova no se dirigen gobiernos autonómicos”.

Feijóo se resiste en caer en la trampa de Sánchez, pero los barones, que tienen que rendir cuentas ante sus ciudadanos, lo tienen mucho más difícil. En Galicia o en Extremadura, por ejemplo, la oposición (el BNG y Unidas por Extremadura) ya está presionando a los presidentes, Alfonso Rueda y María Guardiola, para que echen números y acepten la condonación. Y Rueda tiene elecciones en los próximos meses.

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