Visita a Europa

Von der Leyen advierte a Xi que la UE no vacilará en la protección de sus intereses comerciales frente a China

Xi Jinping comienza este domingo en Francia su gira europea con la economía y el papel global de China como objetivos

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, da la bienvenida a su homólogo chino, Xi Jinping, al Palacio del Elíseo.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, da la bienvenida a su homólogo chino, Xi Jinping, al Palacio del Elíseo. / Christophe Ena / AP

Ricardo Mir de Francia

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La Unión Europea está dispuesta a apretarle las tuercas a China en la disputa comercial que ambos bloques mantienen. Ese ha sido el principal mensaje lanzado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante la reunión a tres que ha mantenido en el Palacio del Elíseo con el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo chino, Xi Jingping. "Europa no dudará en adoptar las decisiones duras que sean necesarias para proteger su economía y su seguridad", ha dicho la máxima dirigente europea en alusión a la posible guerra comercial que lleva meses perfilándose en el horizonte. Las advertencias de Bruselas contrastaron con las palabras de Xi, que llamó a estrechar las relaciones con el continente, mientras Macron pidió a su invitado chino que utilice su influencia sobre el Kremlin para tratar de frenar la guerra en Ucrania.

El viaje de Xi a Europa, el primero en los últimos cinco años, llega en un momento muy delicado de la relación bilateral, tanto por  el apoyo implícito de Pekín a la agresión rusa en Ucrania como por el endurecimiento de las posturas en Bruselas frente a las "injustas" prácticas comerciales chinas. Una frialdad que ha quedado también patente en la agenda del presidente chino. Y es que, si bien ha comenzado en París su gira europea, una visita que servirá para conmemorar el 60 aniversario del establecimiento de relaciones entre ambos países, Xi solo hará dos paradas más en el continente: Serbia y Hungría. O dicho de otra forma, los dos países más cercanos al Kremlin y, en el caso de Budapest, también una pieza clave para la penetración de la influencia china en el continente, así como de sus planes para llevar a Europa su Nueva Ruta de la Seda, el masivo plan de infraestructuras lanzado por Xi en varios continentes

"China y Europa deberían mantener su condición de socios, adherirse al diálogo y la cooperación y seguir haciendo contribuciones a la paz mundial", aseguró Xi durante los parlamentos iniciales ante las cámaras en el Elíseo. Macron incidió en ese mismo espíritu de colaboración, al subrayar que la "cooperación" con Pekín es "decisiva" a la hora de afrontar las "grandes crisis" actuales, como las guerras en Ucrania y Gaza. En esta última la diplomacia china está desempeñando un rol insignificante, a diferencia de lo que sucede en Ucrania. Pekín dice ser un actor neutral en el conflicto, pero lo cierto es que ha estrechado significativamente sus relaciones comerciales con Moscú desde el inicio de la invasión, lo que ha servido al Kremlin para circunvalar con menos problemas de los esperados las sanciones occidentales.

Subsidios y competencia desleal

"Son necesarios más esfuerzos para frenar el envío de productos de doble uso [civil y militar] a Rusia que acaban encontrando la forma de llegar hasta el campo de batalla", le dijo Von der Leyen al presidente chino. La alemana se ha convertido en una principales abanderadas de la línea dura en Bruselas hacia Pekín, un camino muy similar al emprendido antes por Estados Unidos, inmerso en una guerra tecnológica y comercial con su principal rival estratégico. Von der Leyen cargó contra los subsidios del Gobierno chino a industrias estratégicas como los vehículos eléctricos o los paneles solares, así como contra el exceso de producción en China, un volumen que su mercado no puede absorber y acaba llegando a Europa a precios artificialmente bajos, según la lectura de Bruselas.

"Europa no puede aceptar unas prácticas que distorsionan el mercado y que podrían llevarnos a la desindustrialización doméstica", afirmó la presidenta de la Comisión Europea, inmersa en un plan para aumentar la soberanía del continente en los sectores industriales que tienen las llaves del futuro más inmediato. "Estamos dispuestos a utilizar plenamente todos nuestros instrumentos de defensa comercial si fuera necesario", añadió Von der Leyen a modo de advertencia.

Medidas coercitivas

El pasado mes de octubre Bruselas abrió una investigación para examinar las ayudas estatales chinas a los vehículos eléctricos que están rápidamente ganando terreno en el mercado europeo. A la que siguieron medidas similares para escrutar sus turbinas eólicas o el presunto favoritismo del Estado chino en la adjudicación de contratos a sus fabricantes nacionales de equipos médicos. "Para que el comercio sea justo, el acceso a cada uno de nuestros mercados tiene que ser recíproco", subrayó Von der Leyen en París.

De momento, China ha respondido a la presión europea abriendo una investigación antidumping contra el cognac francés, una medida que ha escocido en París, pero que se considera menos dañina que otras opciones al alcance de Pekín, como los fabricantes de vehículos alemanes, con una presencia importante en su territorio. "Ambas partes deberían afrontar las fricciones económicas y comerciales a través del diálogo y la consulta para buscar una solución a sus legítimas preocupaciones", dijo Xi al respecto durante su intervención en la capital francesa.