Entrevista al secretario de Política Lingüística de la Generalitat

Francesc Xavier Vila: "La situación del catalán en la UE es una anomalía"

La oficialidad de la lengua catalana en las instituciones europeas equipararía su posición con respecto a otras lenguas oficiales, y fortalecería su presencia y visibilidad en el territorio europeo

Francesc Xavier Vila. secretario de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya.

Francesc Xavier Vila. secretario de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya. / Secretaria de Política Lingüística

Alba Mármol Arnan

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El secretario de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya y catedrático de sociolingüística catalana de la Universitat de Barcelona reivindica la oficialidad del catalán en las instituciones europeas, una medida que brindará a la lengua visibilidad internacional, valor simbólico e instrumental, y más derechos lingüísticos.

¿Qué supondría para el catalán ser una de las lenguas oficiales de las instituciones europeas?

En términos de igualdad de derechos, los catalanohablantes podríamos relacionarnos con las instituciones europeas en nuestra lengua, lo que reforzaría mucho la posición del catalán en el conjunto del dominio lingüístico y su valor para transmitirla a los hijos en territorios como, por ejemplo, la Catalunya Nord. Lo pondría en igualdad de condiciones en relación con las otras lenguas oficiales de las instituciones europeas y reforzaría su visibilidad en el conjunto de la UE. En otras palabras, sería una lengua reconocible para los ciudadanos europeos. En el fondo, una lengua es un capital cultural que se valora en función de una serie de criterios. Hablar catalán tendría el mismo valor que las otras lenguas de las instituciones europeas. Que los hablantes del catalán se vean obligados a cambiar de lengua para relacionarse con las instituciones europeas es una anomalía democrática.

El catalán, a pesar de tener más hablantes que el danés, el eslovaco o el irlandés, entre otras, no es una lengua oficial de las instituciones de la Unión Europea. ¿Describiría esta situación como anómala, también?

Todas las lenguas de la UE que son oficiales en su territorio también lo son en las instituciones europeas, excepto la nuestra. Esto ya es extraño, pero si, además, le sumas que el catalán tiene muchos más hablantes, es una anomalía al cuadrado. Ningún tratado dice que, para ser oficial en las instituciones europeas, una lengua debe ser la única oficial de un estado, ni tampoco que tenga que estar en régimen de monolingüismo. Basta con ser oficial en un territorio de la UE.

Aparte del valor simbólico, ¿qué implicaciones prácticas conllevaría la oficialidad del catalán en las instituciones europeas?

Cada vez que la UE legisla sobre un tema y menciona a las lenguas, solo se refiere a las oficiales, por lo que no tiene en cuenta el catalán. Esto complica su normalización en muchas cuestiones, como el etiquetado, por ejemplo, que ahora quedaría resuelto. Asimismo, que el catalán sea oficial en las instituciones europeas permitiría a las Escuelas Europeas, donde los funcionarios de la UE y la población local de lugares como Dublín, Bruselas o Múnich llevan a sus hijos, ofrecer docencia de y en catalán. Además, todos los programas y la información que proporciona la UE estarían disponibles en catalán, así como otros servicios, como los cursos de aprendizaje de lenguas en línea (OLS, por sus siglas en inglés), que se ofrecen en el programa Erasmus+, por ejemplo.

¿Y cómo se beneficiaría el ámbito de la investigación y los recursos lingüísticos?

La UE crea y potencia herramientas y tecnologías lingüísticas para gestionar el multilingüismo, como su banco de datos terminológico, que solo trabaja con las lenguas oficiales de las instituciones. Además, actualmente, hemos entrado en un mundo en el que la Inteligencia Artificial tiene cada vez más peso. Necesitamos que la lengua catalana esté presente en el máximo de instituciones que generen textos para que la IA pueda utilizarlos. Toda la documentación que produce la UE es muy importante. 

"Ser oficial en las instituciones de la UE incrementa el valor simbólico e instrumental de una lengua"

¿Cree que la oficialidad del catalán en las instituciones europeas fomentaría su uso social?

Fomentaría varias cosas. La primera es la conciencia de unidad del conjunto de la comunidad lingüística. Hay gente de algunas partes del dominio lingüístico que quizás tiene dudas en relación con la lengua y ver que la UE reconoce al catalán como lengua unificada ayudaría. Por otro lado, ser oficial en las instituciones europeas incrementa el valor simbólico e instrumental de una lengua, y esto hace que más gente quiera aprenderla. No veremos a millones de personas aprender catalán porque haya un cambio en la UE, pero son pequeños pasos para que la lengua tenga más valor y, por lo tanto, merezca más la pena aprenderla y utilizarla. De hecho, la oficialidad del catalán en las instituciones de la UE mejoraría su internacionalización, ya que su rango ascendería.

¿Qué consecuencias podría tener la oficialidad del catalán en lugares en los que está minorizado, como la Catalunya Nord? 

En la Catalunya Nord, el catalán está en una situación muy precaria y la oficialidad en las instituciones de la UE supondría una alentada de valor simbólico y prestigio. Sin embargo, ahora mismo la situación de la lengua dista mucho de acercarse a un reconocimiento de oficialidad en este territorio. Francia ha dicho públicamente que no se opone a la oficialidad del catalán en las instituciones europeas, como había hecho otras veces. En realidad, favorecería también a los ciudadanos franceses, que pudiendo hablar catalán y francés, conocerían dos de las lenguas oficiales de las instituciones europeas, necesarias para trabajar en la Unión Europea. 

¿La oficialidad del catalán podría generar reivindicaciones de hablantes de otras lenguas no oficiales en las instituciones europeas?

Para que una lengua sea oficial en las instituciones europeas primero tiene que serlo en su territorio. Las lenguas europeas que son oficiales en su territorio y no lo son en las instituciones europeas son únicamente las del Estado español. Hay otras lenguas que ahora mismo no tienen reconocido el estatus de oficialidad en sus territorios y, por lo tanto, si tienen que reivindicar algo, primero será a nivel de política interna. Ahora mismo no hay movimientos en la UE que reivindiquen la oficialidad de lenguas autóctonas en las instituciones europeas. 

¿Considera que la sociedad es poco consciente de la realidad multilingüe?

Muchas veces la población no tiene conocimiento de cuales son las dinámicas de las lenguas. El multilingüismo es muy productivo y tiene muchos valores añadidos, pero, por lógica, se tiene que gestionar y regular bien. Hacer pedagogía lingüística es informar de que la regulación actual del multilingüismo beneficia a muchas lenguas, excepto a la nuestra. Y esto no tiene lógica ni es igualitario, por lo que no tiene sentido que mantengamos esta situación.