A las puertas del 25-N

El feminismo se une en el Parlament contra la "ola reaccionaria" de la extrema derecha: "No pasarán"

CLAVES | Las mujeres vuleven a llenar el Parlament con más asistentes y más medidas contra la violencia machista

Las diputadas catalanas se rebelan contra el machismo en la política: "Ni somos intrusas ni callaremos"

'Parlament de les Dones'

'Parlament de les Dones' / Nico Tomás / ACN

Carlota Camps

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"Hoy llenamos los escaños de la extrema derecha de mujeres feministas". Así lo ha reivindicado este viernes la vicepresidenta del Consell Nacional de les Dones de Catalunya, Èlia Soriano, desde el atril del Parlament. A las puertas del 25-N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las mujeres han inundado de nuevo la Cámara catalana en la segunda edición del 'Parlament de les Dones' dedicado esta vez a la lucha contra la violencia machista. En el hemiciclo había las diputadas de todos los partidos salvo Vox -partido al que no se ha dejado participar por no haber firmado la declaración de compromiso de tolerancia cero ante la discriminación y el acoso-, así como también representantes de distintas instituciones y de entidades feministas que luchan día tras día contra las violencias machistas y para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres.

No solo los 135 escaños han sido ocupados por mujeres, también ellas han llenado por completo el espacio reservado para invitados de dentro el hemiciclo. Los servicios del Parlament han tenido que habilitar, además, el auditorio, para dar cabida a la elevada cantidad de participantes que se han sumado a la iniciativa. En total más de 400 mujeres, una imagen "potente", como se ha encargado de recordar la vicepresidenta, Alba Vergés, quien ha asegurado que la fotografía sirve para armar un mensaje contra la extrema derecha. "Ante la ola reaccionaria, que niega las violencias machistas, tenemos que decir: 'no pasarán'", ha espetado.

Durante la sesión se ha hecho un diagnóstico de la situación actual y también se ha pedido más medidas y presupuesto para erradicar la violencia machista. No solo en sus formas más evidentes -como la violencia de género y las agresiones sexuales-, sino también las que están más invisibilizadas como la violencia en la esfera digital, en el ámbito salud con las múltiples formas de violencia obstétrica o en los distintos alcances de violencia institucional. Entre otras medidas, han pedido promover una formación obligatoria en violencias machistas en el ámbito judicial y policial para evitar las revictimizaciones, garantizar un modelo de salud con perspectiva de género y con dotación presupuestaria o crear un organismo que se dedique a prevenir, investigar, sancionar y reparar la violencia institucional.

A pesar de que se trata de una declaración votada a mano alzada de manera simbólica y, por lo tanto, sin ningún efecto jurídico, ahora se vehiculará a través de una declaración de la junta de portavoces de la Cámara para su aprobación formal. Este paso permitirá que el documento se lea durante la celebración del próximo pleno ordinario. Y, más adelante, se prevé que se puedan vehicular todas las propuestas en un pleno monográfico, que sí implicaría votaciones efectivas de los grupos.

"Feminismo es incomodar los compañeros de partido"

Pero más allá de la declaración institucional, uno de los momentos más álgidos del pleno ha sido cuando la diputada de Junts Aurora Madaula ha hablado de "acoso parlamentario" y ha señalado directamente a algunos de sus "compañeros de partido". Así, ha tachado de "violencia silenciosa" que haya políticos que se manifiesten a favor de la causa feminista mientras "imponen el machismo" dentro de sus instituciones, al tiempo que ha denunciado que "el abuso de poder también es violencia machista". "Violencia machista es que te digan que tendrías que reír más, es que modifiquen tu propuesta sin tu opinión", ha denunciado, asegurando que no hay "alternativa" al feminismo y que esta lucha también pasa por "incomodar" a "compañeros de partido".

A pesar de la unión que han mostrado todos los partidos representados, la diputada del PP Lorena Roldán ha querido arremeter contra el "feminismo propagandístico" y ha acusado a Podemos, y especialmente a la ya exministra Irene Montero, de haber propiciado un "retroceso" en materia de "seguridad" de las mujeres con las rebajas de penas derivadas de la aprobación de la ley del 'solo sí es sí'. Roldán también ha asegurado que ha "echado de menos" a los "colegas hombres" en este pleno, a quien considera que también se debe interpelar en esta lucha. Una crítica a la que también se ha sumado la diputada de Ciutadans, Noemí de la Calle. Por su parte, la diputada de la CUP, Basha Changue, ha acusado al resto de partidos de edulcorar el feminismo para no incomodar al poder.

Sin embargo, todas ellas han querido dejar clara hoy su unión, más allá de la ideología. "Si todas las mujeres nos pusiéramos de acuerdo, más allá de los límites ideológicos, se podría aprobar una propuesta porque tendríamos mayoría absoluta", ha avisado la presidenta de la Cámara, Anna Erra, recordando que esta legislatura las diputadas representan más del 50% de los escaños. Algo impensable hace 40 años, cuando solo representaban el 5%. Con todo, Erra ha pedido que la declaración no se queden en papel mojado y que sirva para sacar adelante propuestas concretas y vinculantes. "Que no sea nos vemos dentro de cuatro años", ha pedido en un sentido similar la diputada de los Comuns, Susana Segovia.

El plan de igualdad de género del Parlament prevé que se haga una sesión plenaria de estas características en cada legislatura. La primera celebración del 'Parlament de les Dones' se hizo coincidiendo con el vigésimo quinto cumpleaños de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, que tuvo lugar en Pekín. El texto aprobado entonces recogía el espíritu -actualizado a los nuevos tiempos- de esta conferencia y reclamaba a todas las instituciones compromisos de futuro dotados presupuestariamente para garantizar las políticas de igualdad. El de Pekín, sin embargo, no es el único referente, ya que también se han hecho experiencias similares en otros parlamentos como el de Portugal -en los años noventa-, el de Sudáfrica o el de Montenegro.