NUEVO GOBIERNO

Moncloa minimiza la amenaza de ruptura con Podemos: "Han suscrito el programa de Gobierno"

"Somos un Gobierno progresista que hará políticas progresistas", argumentan para poner en duda que Podemos pueda bloquear su hoja de ruta

Irene Montero entrega su cartera ministerial a Ana Redondo.

Irene Montero entrega su cartera ministerial a Ana Redondo. / EFE

Iván Gil

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“Hoy Pedro Sánchez nos echa de este Gobierno”. El mensaje que coincidieron en lanzar durante el traspaso de carteras las exministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, incrementa la amenaza de una escisión en el socio minoritario del Ejecutivo de coalición. Hace unos días, la formación morada ya aprobó una hoja de ruta para anticipar que sus cinco diputados actuarán con autonomía y libertad de voto en el Congreso. Un elemento más de inestabilidad para el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, que se verá obligado a encajar otra pieza en el heterogéneo bloque de investidura para garantizar la gobernabilidad de la legislatura. En Moncloa restan importancia a esta amenaza y argumentan que, como miembros del grupo parlamentario de Sumar, los cinco diputados morados “han suscrito el programa de Gobierno”.

Fuentes de Moncloa niegan preocupación sobre la situación en su flanco izquierdo. “Somos un Gobierno progresista que hará políticas progresistas”, argumentan para poner en duda que Podemos pueda bloquear su hoja de ruta. Otras voces de los socios de coalición son más precavidas, pero ponen en duda que si formaciones como ERC o EH Bildu abrazan una senda más pragmática, o incluso Junts abandona su apuesta rupturista, Podemos pueda optar por el camino contrario en un contexto como el actual para acabar votando junto a la derecha o la ultraderecha.

En Sumar, en cambio, la preocupación se dejó sentir en su última oferta a los morados para entrar en el Consejo de Ministros con una cartera ocupada por Nacho Álvarez. La oferta, que se rechazó para insistir en mantener el departamento de Igualdad, estaba condicionada, entre otras exigencias a cambio, a que los cinco diputados de Podemos se comprometiesen a acatar la disciplina de voto del grupo parlamentario del que todavía forman parte durante el resto de la legislatura. Se da por hecho, por tanto, que sus cinco votos dependerán de lo que negocien directamente con el Gobierno y no de lo que decida Sumar en base a su acuerdo de coalición con el PSOE.

Negociación de Presupuestos

Los Presupuestos Generales del Estado para 2024 serán el primer campo de batalla donde se visibilice hasta que punto Podemos jugará un papel autónomo que pueda dificultar a Sánchez el encaje de las mayorías en el Congreso. Fuentes de la dirección de Podemos explicaban ya tras la investidura respecto a los PGE que “quien debe estar preocupado es el PSOE”. No son pocas las leyes de los ministerios morados que se quedaron en un cajón la pasada legislatura y podrían convertirse en moneda de cambio, además de compromisos para profundizar en una fiscalidad progresiva.

En el Gobierno el mensaje que se quiere trasladar es el de “estabilidad”, basándose en la mayoría de investidura de 179 escaños y en la formación de un “Gobierno político fuerte”. Podemos, sin embargo, realizó una consulta interna a sus bases para decidir su voto y el apoyo se vinculó únicamente a la investidura, no al resto de la legislatura. Asimismo, los morados han criticado que en la formación del nuevo Ejecutivo se aventuran “pocas transformaciones progresistas” al “ganar el ala más conservadora del Gobierno”, en referencia a perfiles como los de Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles, al continuar en Interior y Defensa, respectivamente.

Pese al mensaje de tranquilidad, el nuevo Ejecutivo deberá hacer equilibrios tanto a derecha como a izquierda. El bloque de investidura es heterogéneo y se prefigura a diferentes velocidades. Por un lado, los soberanistas de izquierdas, con ERC, EH Bildu y BNG, a los que se sumaría con sus propias lógicas de supervivencia y de búsqueda de visibilidad Podemos. Por el otro, PNV y Junts, de tinte conservador y que han reconstruido puentes desde su ruptura de relaciones tras la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).

Coalición engrasada

Como muestra de este ánimo de explorar una cierta coordinación parlamentaria, jeltzales y posconvergentes ya registraron la pasada semana una iniciativa conjunta para la creación de dos comisiones de investigación en el Congreso en torno a la denominada 'operación Cataluña' y a los atentados del 17 de agosto de 2017. ERC y EH Bildu, por su parte, ya firmaron la pasada legislatura un acuerdo de coordinación parlamentaria y formaron grupo conjunto en el Senado. Con el BNG concurren también juntos a las elecciones europeas.

Frente a este escenario, en Moncloa ponen en valor que la coalición gana en estabilidad y “cohesión”. La relación entre PSOE y Sumar, entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz está más engrasada que con Unidas Podemos y comparte el objetivo estratégico de reducir el “ruido” o minimizar los choques en público. Una relación más estable por convicción, estrategia y la confianza cultivada durante los últimos años, según insisten. Menos confrontación dentro de la coalición, pero a base de orillar a Podemos y tener que negociar con un actor político más que no garantiza de antemano su apoyo.

La despedida tanto de Montero como de Belarra sonó a reto. "Hoy Sánchez y el PSOE consiguen lo que no consiguieron en 2019, que es echar a Podemos del Gobierno, y esto no es que sea políticamente injusto, es un enorme error político porque lo que tenemos enfrente es una ola reaccionaria salvaje", criticó la exministra de Igualdad. La líder de Podemos, por su parte, aseguró que “nos echan precisamente porque se ha podido. Porque lo hemos hecho bien. Nos echan, pero no nos vamos, seguimos con la voluntad firme. Con la mirada puesta en volver. Porque se ha podido, se puede y os aseguro que se va a poder”. Un mensaje que prefieren no comentar en Moncloa, aunque aseguran que “cada uno se define con sus palabras” y que “ahora toca mirar hacia adelante”.