Aragonès avisa de que la amnistía es solo el "punto de partida" para que Catalunya vote en un referéndum

Tenía solo diez minutos para hablar y ha decidido ir al grano. El 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, ha acudido este jueves al Senado para defender la amnistía y ha aprovechado la intervención para avisar de que el conflicto entre Catalunya y el resto del Estado no solo se solucionará con la exoneración de todas las causas vinculadas con el 'procés'. A su juicio, la amnistía es solo "un punto de partida" para que luego "la ciudadanía vote sobre la independencia". En resumen, que el conflicto seguirá bien vivo hasta que los catalanes puedan pronunciarse sobre su futuro político votando. Para darle toda la solemnidad posible, se ha guardado esta frase para el final: "Catalunya votará en un referéndum, estoy convencido de ello".

Como tenía poco tiempo para explicarse, la estructura inicial de su discurso ha sido la misma que lleva desarrollando desde la noche electoral de las generales. Explicar hasta la saciedad las tres condiciones que pone ERC para desencallar la investidura de Pedro Sánchez: la amnistía, avances hacia la autodeterminación y mejoras sociales en dos grandes ámbitos, el de la financiación y el traspaso integral de Rodalies. Era una cuestión cien veces repetida -como mínimo-, pero con la diferencia de que, este jueves, el debate en el Senado le permitía acaparar más focos que nunca.

Este es el gran motivo por el que Aragonès ha decidido acudir a la Cámara Alta pese a que el debate se concebía como una encerrona del PP. Poder darle una proyección a su mensaje que, hasta ahora, había tenido dificultades para dar con notoriedad. Como la Generalitat ya había adelantado, el 'president' no se ha quedado a escuchar al resto de presidentes autonómicos. Ha hablado el primero y se ha ido. Entre que ha dejado el atril y ha entrado en el coche, no ha pasado ni un minuto. Para Aragonès, misión cumplida.

Pero aunque el mensaje no fuera del todo nuevo, el objetivo del 'president' ha sido dejar bien claro que la amnistía es "imprescindible" para avanzar en la solución del problema, pero que nadie puede dar por enterrada la carpeta del 'procés'. Su determinación es que tarde o temprano haya un referéndum por "voluntad, perseverancia y democracia". A diferencia de otras fases unilateralistas del 'procés', en esta ocasión ha prometido que su objetivo es hacerlo con "la mano tendida". A la escocesa, donde en 2014 se celebró un referéndum pactado.

Contra el PP

Como el Gobierno, el PSOE y lendakari Iñigo Urkullu han decidido ausentarse del debate por considerarlo una maniobra "partidista" del PP, para Aragonès también era una oportunidad de oro para batirse en duelo con los populares. El 'president' ha acusado al partido de Alberto Núñez Feijóo de "azuzar el anticatalanismo" con el único objetivo de "desgastar al adversario". "Al PP no le importa qué piensa Catalunya ni los catalanes", ha lamentado.

A partir de aquí ha confeccionado una larga lista de reproches que siempre empezaban con el mismo latiguillo: "Si al PP le importara Catalunya...". Así, para el 'president', si los populares tuvieran un mínimo interés se preocuparían por "el déficit fiscal", por el "mal servicio" de Rodalies o por promover el catalán. Se ha remontado hasta el 2006, cuando recogieron firmas contra el Estatut, y les ha reprochado que no protestaran contra la amnistía de Felipe González o José María Aznar que afectaron a condenados por corrupción y por terrorismo de Estado.

Nieto de andaluces

No solo ha habido tiempo para lanzar advertencias sobre el referéndum o formular críticas contra el PP. El 'president' también ha aprovechado su intervención para tratar de demostrar que la defensa de Catalunya como nación no es una manía de solo unos pocos catalanes. Él mismo se ha presentado como un "nieto de andaluces" cuyo abuelos le hablaban en catalán convencido de que era la mejor manera de formar parte de la sociedad a la que, tiempo atrás, habían llegado. También se ha mostrado convencido de que hay "lazos fraternales" con el resto del Estado porque hay "muchos ciudadanos" que "quieren y aprecian" Catalunya y sus reivindicaciones.

Antes de entrar en la sala del debate, el 'president' se ha reunido con los senadores de ERC y de EH Bildu y también con el nuevo delegado del Govern en Madrid, Joan Capdevila. Una vez dentro, se ha sentado al lado del presidente de la Junta de Galícia, Alfonso Rueda. Han intercambiado algunas palabras antes de empezar, pero no ha tenido tiempo para mucho más. Aragonès ha sido el primer en hablar y, cuando ha acabado, se ha marchado.