Reforma del reglamento de la Cámara baja
El Congreso aprobará la próxima semana la contratación exprés de traductores de catalán, euskera y gallego
El PSOE cumple con ERC y Junts e impulsa que las lenguas cooficiales se usen ya en la investidura de Feijóo
Armengol permitirá el catalán, el euskera y el gallego en el Congreso
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Juan Ruiz Sierra
Periodista
Todo irá muy rápido. El PSOE y Sumar quieren que el catalán, euskera y gallego se pueda utilizar en el debate de investidura al que se someterá el 26 y 27 de septiembre Alberto Núñez Feijóo, abocado al fracaso ante la falta de apoyos. Este miércoles, ambos partidos, junto a EH Bildu, ERC, PNV y BNG, han registrado en el Congreso de los Diputados una propuesta de reforma del reglamento para que las lenguas cooficiales se escuchen en esa cita, pero para alcanzar ese objetivo se necesita también nuevo personal. Fuentes parlamentarias avanzan que la idea con la que trabajan los socialistas y el partido de Yolanda Díaz pasa porque la Mesa de la Cámara baja, donde tienen mayoría, apruebe la semana que viene la contratación de urgencia de un equipo de traductores.
De momento, el PSOE asegura no tener calculado, ni siquiera de forma aproximada, cuántos euros puede conllevar poner en práctica esta iniciativa, a la que se comprometió Pedro Sánchez a cambio de lograr el apoyo de ERC y Junts a la candidatura de Francina Armengol para presidir el Congreso. En cualquier caso, la reforma reglamentaria se debatirá en el pleno de dentro de dos semanas, probablemente el día 19, señalan las mismas fuentes.
Los diputados ya podrán emplear las lenguas cooficiales en esa cita parlamentaria, a pesar de que aún no se haya aprobado la reforma del reglamento, según avanzó Sumar y confirmaron después los socialistas. Esa permisibilidad entronca con el mensaje que lanzó Armengol tras ser elegida presidenta del Congreso. “Quiero manifestar mi compromiso con el catalán, el euskera, el gallego y la riqueza lingüística que supone. Quiero anunciarles que esta presidencia permitirá el uso de estas lenguas en el Congreso desde esta sesión constitutiva. Defender la democracia parlamentaria, y esto es lo que nos corresponde a todos nosotros, es preservar y respetar la diversidad que convive en nuestro país y que las urnas han llevado hasta aquí”, dijo el pasado 17 de agosto.
El cambio de posición
Los socialistas habían rechazado hasta ahora la posibilidad de emplear idiomas distintos al español en el Congreso, algo que es una realidad en el Senado desde hace más de una década. La necesidad de contar con el apoyo de ERC y Junts para controlar la Cámara baja, como primera etapa ante la futura investidura de Sánchez, provocó que el PSOE cambiara de posición. La propuesta de reforma registrada este miércoles es una muestra, señalan en la dirección del partido, de que “cumplen” con lo pactado.
Junts per Catalunya no la firmó, pero este martes los posconvergentes se mostraron dispuestos a firmarla, informa Fidel Masreal. Fuentes del partido de Carles Puigdemont señalaron que votarán a favor si se llevan a cabo tres cambios: un disposición que establezca un plazo de seis meses para implementar el uso del catalán, fijar el uso de las lenguas como un derecho y no como una opción y finalmente que la copia en castellano de cada intervención sea opcional.
El PP, mientras tanto, mostró su absoluta oposición. “Soy gallego y hablo mis dos lenguas, pero no concibo un Congreso con pinganillos. Si todos los políticos nos comunicamos en la lengua común, no procede que los ciudadanos paguen para entendernos en el hemiciclo. Puigdemont y Díaz no necesitaron traductor”, tuiteó Feijóo, en alusión a la reunión que mantuvieron el ‘expresident’ de la Generalitat y la vicepresidenta segunda el martes en el Parlamento Europeo.
El camino a la investidura
La trascendencia de esta iniciativa va más allá de la cuestión puramente lingüística. Supone un paso más hacia la reelección de Sánchez como presidente del Gobierno, un objetivo que el líder socialista no tiene asegurado pero considera que está cada vez más cerca. El acuerdo con los partidos catalanes, vascos y gallegos, dijo Sánchez el lunes, “se puede, se debe y se va a alcanzar”.
En este sentido, la toma de posición llevada a cabo el martes por Puigdemont desde Bruselas no ha empañado el optimismo del PSOE. Al contrario. El ‘expresident’ de la Generalitat reclamó la amnistía como condición para que Junts apoye la investidura de Sánchez, pero evitó exigir un referéndum y poner fecha a esta consulta. Los socialistas interpretan que estuvo menos “confrontativo”, más “posibilista” que en otras ocasiones. Y que su no renuncia a la unilateralidad, según las mismas fuentes, supone sobre todo un mensaje hacia dentro de Junts, donde hay división sobre qué rumbo tomar en la investidura, y también se explica por la constante rivalidad con ERC.
“Puigdemont está dispuesto a negociar. Lógicamente, parte de posiciones de máximos. Todo dentro de la normalidad", señalaron los colaboradores de Sánchez. Los contactos con Junts continúan, al igual que con el resto de partidos a los que el PSOE pide el apoyo, como prueba el acuerdo sobre el catalán, euskera y gallego en el Congreso. Pero se acelerarán tras el fracaso de Feijóo.
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