Apuntes políticos de la semana

Entre elecciones y diputaciones: las dos posibles sorpresas del julio político

Así están las encuestas de las elecciones generales

¿Quién ganará las elecciones? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

apuntes politicos

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Jose Rico

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Entre Trancas y Barrancas ha transcurrido la última semana de precampaña electoral. Se podría decir que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo han aprobado el himenóptero examen de Pablo Motos. Por lo menos no han salido trasquilados y en ambos cuarteles generales de PSOE y PP están convencidos de que el paso por las hormigas televisivas les ha ido bien para sus intereses. Pero con el estreno del nuevo mes empieza lo bueno. El julio políticamente más explosivo de los últimos años resolverá dos enigmas que pueden hacer saltar por los aires todas las piezas del tablero en los próximos meses: las elecciones generales y la Diputación de Barcelona. Está claro que ambos envites no tienen la misma carga eléctrica ni el mismo potencial dañino, pero hay algo que les une: todo está más abierto de lo que parece. Encuestas y predicciones alertan de que no todo está escrito en el guion del 23-J, como imprevisible está el pulso por el botín provincial en Barcelona.

Mayoría en el filo

Tras haber acertado siete de las nueve alcaldías que pronosticamos en mayo, EL PERIÓDICO ha reactivado esta semana Predilect, el mercado de predicciones electorales que actualizaremos cada día en nuestra edición digital. Las primeras fotografías reflejan una cómoda ventaja de Feijóo sobre Sánchez: seis puntos y una treintena de escaños. Una distancia que aumenta a 36 diputados si se suman los dos principales binomios: PSOE-Sumar y PP-Vox. Pero como la suma determinante de estas elecciones será la de los bloques que podrían investir a cada candidato, ahora mismo el presidente del Gobierno tendría aún una estrecha rendija por la que colarse para frenar la ola conservadora. PP y Vox están a tres diputados de la mayoría absoluta, lo que permitiría a Sánchez intentar la hercúlea tarea de convencer a todos los socios que le apoyaron en su primera investidura y, más difícil todavía, a Junts per Catalunya. Complicado pero quizá no imposible con el anzuelo de frenar a la ultraderecha que el PP ha metido ya en tres gobiernos autonómicos.

El promedio de las encuestas no son tan optimistas para el PSOE porque sí colocan a Feijóo y Santiago Abascal por encima de los 176 escaños. Los socialistas se benefician de que Sumar no absorbe todo el voto de Podemos, pero en la última semana se han estancado. Tampoco en la derecha hay grandes variaciones, pero sí se detecta que los pocos cambios que hay van a favor de Vox y en detrimento del PP. Es decir, el protagonismo que los populares le están confiriendo a los ultras en las negociaciones autonómicas pueden provocar que Abascal tenga más fuerza tras el 23-J y encarezca el precio de su apoyo a Feijóo. El último criterio fijado por el PP es permitir la entrada de Vox allá donde su voto afirmativo es imprescindible para la investidura, y gobernar en solitario donde haya ganado y tenga más escaños que toda la izquierda junta. De momento, encuestas y predicciones apuntan más hacia el primer escenario.

Sin líneas rojas

Seguramente escuchemos hablar mucho de líneas rojas antes y después de las elecciones. Pero donde han desaparecido todos los vetos cruzados es en las negociaciones por la Diputación de Barcelona. De ahí que se haya convertido en otro terreno abonado para la sorpresa. Tras el portazo independentista al PSC, los socialistas tienen encarrilado el acuerdo con los Comuns mientras Junts y ERC también avanzan en sus contactos. Pero a ambas parejas de baile les falta un tercer socio que apuntale la mayoría, y ahí la partida se ha convertido en un todos a por todos sin hacerle ascos a nadie. Los tres objetos de deseo son los cuatro diputados del PP, la diputada de Tot per Terrassa y dos diputados independientes de Junts, Marc Castells y Sergi Vallès. Estos últimos someterán la próxima semana a criterio de las bases de sus respectivos partidos su apuesta por mantenerse en el gobierno provincial con el PSC. El partido de Jordi Ballart, que gobierna en Terrassa con Esquerra y JxCat, se inclina por imitar esta alianza.

¿Y el PP? Xavier García Albiol, que lidera las negociaciones en la diputación, no descarta por ahora ninguna vía. Después de la operación que desembocó en la alcaldía de Jaume Collboni en Barcelona, parece claro que el mal menor para los populares sería otra vez el PSC, pero esta vez necesita algo más a cambio de ayudar a los socialistas en plena campaña de las generales. Y para que estos no den por hecho nada, Albiol también se ha reunido en los últimos días con altos dirigentes de Junts y no deja de repetir que la diputación "no va de ideología, sino de gestión". Inversiones y vicepresidencias forman parte del tanteo. Casi cuatro millones de euros en sueldos y un centenar de cargos de confianza explican tanto interés por controlar la diputación. Para Junts, perder este gobierno le costaría dos millones en sueldos, nueve meses después de quedarse sin los 23 millones que representaban los casi 300 cargos que tenía en la Generalitat.

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