Relevo en la institución

Erra reivindica la herencia de Borràs en su primer discurso como presidenta del Parlament

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La nueva presidenta del Parlament, Anna Erra, tras ser escogida

La nueva presidenta del Parlament, Anna Erra, tras ser escogida / ACN

Sara González

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Una nueva etapa, pero sin cortar el cordón umbilical con la anterior. El primer discurso de Anna Erra como presidenta del Parlament ha pivotado en la defensa del derecho a la autodeterminación y ha recogido el guante de su antecesora, Laura Borràs, dejando claro que su vocación será combatir "la anomalía democrática", los "ataques ilegítimos" e "injerencias inaceptables" que han provocado que ella sea quien asuma el cargo a media legislatura. Su compromiso, ha dicho, será el de revertir normas vigentes que considera injustas, una velada referencia al artículo 25.4 del reglamento que se aplicó para suspender a la ya expresidenta hace 10 meses y medio.

Sin embargo, en sus primeras palabras, Erra también ha dejado claro que, pese a reivindicar su herencia, piensa ejercer "en plenas funciones". Ha recordado a Carles Puigdemont, ha elogiado también a Carme Forcadell e insistido en la existencia de un conflicto político cuya resolución debe basarse en el ejercicio de la autodeterminación con acciones como el 1-O. Y ha puesto el colofón a su discurso con un "'visca Catalunya Lliure'" que ha motivado que desde la bancada de Ciutadans se reclamara abrir un turno de palabra. Su primera decisión ha sido no ceder ante esa petición. De hecho, los grupos ya habían pactado que no se abriría un turno de intervenciones en este pleno con el único punto en el orden del día de la elección de la presidencia.

Con Borràs sentada en la tribuna de invitados, Erra ha hecho hincapié en la excepcionalidad con la que ella se convierte en presidenta de la institución. "Recibo este encargo en circunstancias que no son nada habituales. En una democracia plena, no se habrían sufrido interferencias antidemocráticas. La última, la que ha sufrido la presidenta Borràs. Si se restituyeran sus derechos políticos, sería ella quien ocuparía este cargo", ha asegurado. Su punto de partida es que "no es normal" que haya parlamentarios que tengan que ejercer su labor bajo "la amenaza" de "represión e inhabilitaciones" y otros que no "pueden volver", en referencia al exconseller Lluís Puig.

Del legado de Borràs ha dicho explícitamente que piensa continuar con la "máxima exigencia democrática" y defensa de los derechos de los diputados, la "modernización y transparencia" de la institución y el combate de la actitudes "antidemocráticas y fascistas". A los 135 diputados les ha pedido que la Cámara no sea el sitio donde hagan "partidismo" y ha ofrecido diálogo y mano tendida a los grupos.

También ha hecho una petición explícita sobre el uso del catalán en la institución. "La lengua catalana solo asumirá una situación de normalidad cuando los catalanes la hablemos, la escribamos, la leamos y debatamos, como es en el caso del Parlament. Pido que esta Cámara que sea ejemplo de normalización de nuestra lengua sin perjuicio de las otras oficiales", ha asegurado. Uno de sus primeros compromisos ha sido el de recorrer Catalunya para recoger "los anhelos y necesidades" de sus ciudadanos.

Críticas de la oposición

Tras su intervención, el PSC ha acusado a Erra de no haber hecho un discurso "institucional". La portavoz socialista, Alícia Romero, ha asegurado que espera que lo expresado no marque la senda de la nueva presidencia. Ciutadans, por su parte, ha acusado a la dirigente de Junts de ser "una ultra" y de haber pronunciado unas palabras que son una Falta de respeto a los derechos políticos" de los catalanes.