Infraestructuras

Las claves del choque entre el Gobierno y la Generalitat que bloquea las obras de la B-40

El Govern pactó con el PSC la creación de la Ronda Nord Terrassa-Sabadell, pero el plazo dado para redactar el convenio se agotó sin acuerdo por las diferencias entre los negociadores

Pedro Sánchez visita las obras del túnel de la B-40

Pedro Sánchez visita las obras del túnel de la B-40 / Jordi Bataller / ACN

Júlia Regué

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El Gobierno de Pedro Sánchez está decidido a crear la Ronda Nord entre Terrassa, Sabadell y Castellar del Vallès, en el marco del recorrido previsto para completar la B-40, un proyecto en eterna discusión durante décadas. El Govern, ante la urgencia de unos nuevos presupuestos en Catalunya, cedió a la demanda del PSC y se comprometió a pactar un convenio antes del 31 de marzo para que empezaran las obras solo en este tramo de unos seis kilómetros. Sin embargo, el tiempo se ha agotado sin acuerdo y la tensión entre los negociadores, que ya no esconden sus reproches, dificulta que vaya a desencallarse a corto plazo, con elecciones a la vuelta de la esquina. Estas son las claves del desacuerdo:

El pacto presupuestario

Las cuentas de la Generalitat quedaron aprobadas de forma definitiva el 10 de marzo. El Govern logró atar la legislatura pese a la minoría de 33 diputados en el Parlament gracias a los votos de los Comuns y el PSC. La negociación fue dura y costosa para los republicanos, ya que finalmente tuvieron que ceder y aceptar la ejecución de las obras de la Ronda del Vallès. En el documento suscrito, dejaban claro que, en el primer trimestre del año, eso es, hasta el 31 de marzo, había que acordar entre el Ministerio de Transportes y el Govern el convenio, en el que quedaba incluida la financiación. Pero teniendo en cuenta la fecha de la aprobación de los presupuestos, el pacto se fiaba a una negociación de 21 días. No iba a ser fácil, menos todavía teniendo en cuenta la "desgana" del Govern, apuntan fuentes del Gobierno, así que decidieron lanzar una primera propuesta la primera semana de marzo (el acuerdo de presupuestos se firmó un mes antes, el 1 de febrero). Se empezaron a intercambiar documentos, pero los recelos eran palpables.

El trazado

Los negociadores se intercambiaron varias propuestas, pero el escollo reside en el recorrido. Fuentes del Executiu sostienen que el ministerio quería ir más allá de lo pactado, es decir, hablar de la B-40 y no solo de la Ronda Nord, un extremo que fuentes del Gobierno niegan. La previsión es usar lo que ya está construido y conectar las ciudades para vaciar el tráfico que ahora pasa por dentro de ellas, pero el Govern no quiere ni que se mencione la posibilidad de llegar hasta La Roca del Vallès, mientras que el Gobierno considera que no puede dejarse por escrito el rechazo a una futura obra que lleva 40 años encallada. "Hacerlo sería hipotecar el futuro de la movilidad del Vallès", remachan desde Transportes. Cómo sería la vía, de alta capacidad con un total de cuatro carriles -dos en cada sentido de marcha- o una vía interurbana, también preocupa a la Generalitat, que deja claro que, de eso, todavía hay tiempo de hablar.

La financiación

La obra está pagada por el Gobierno, pero el canal de financiación es relevante. Si bien el Ejecutivo central entiende que debe financiarse en el marco de la disposición adicional tercera del Estatut, creada para sufragar el déficit de inversiones en Catalunya, el Govern mantiene que es de su competencia decidir a qué infraestructuras se requiere inversión y, por lo tanto, pide que se pague con una nueva vía.

La coordinación

Fuentes del Gobierno aseguran que, en la última propuesta de la Generalitat, no constaba el Ejecutivo central como agente con el que coordinar las obras, algo que sentó especialmente mal al ministerio de Transportes. Pese a que ambas partes coinciden en que no es el momento de abordar los detalles de la construcción, la desconfianza mutua impacta en el hecho de que nadie quiera dar el primer paso para retomar el hilo de las conversaciones. La última comunicación fue por carta y, por ahora, no está previsto un encuentro y ni siquiera está claro si consideran que es el momento de dar espacio a la negociación entre políticos o si debe continuar a cargo de los técnicos.

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