Memorial Democràtic instalará 95 adoquines 'stolpersteine' en 2023

El Memorial Democràtic prevé instalar, entre marzo y diciembre de este año, 95 adoquines 'stolpersteine' en Catalunya, en recuerdo de los deportados a los campos de concentración nazis. El Memorial es institución de la Generalitat, que dependen de la Conselleria de Justícia, que tiene por misión la recuperación, la conmemoración y el fomento de la memoria democrática en Catalunya entre 1931 y 1980 (1931-1980).

Los 'stolpersteine' son unas placas artísticas urbanas creadas por el artista alemán Gunter Demnig (Berlín, 1947), en recuerdo de todas las personas deportadas por el nacionalsocialismo alemán y se colocan frente a la última residencia donde la persona vivió en libertad. Hay más de 82.000 repartidas por todo el mundo. La instalación de esta nueva remesa de adoquines empezará el 18 de marzo, en Lleida, y contará con la participación de la 'consellera' de Justícia, Drets i Memòria, Gemma Ubasart.

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Este año está previsto colocar 95 adoquines en 22 municipios catalanes, que sumarán un total de 518 piezas 'stolpersteine' repartidas en 79 municipios de Catalunya. Las nuevas placas se instalarán en Albanyà, Arbeca, Arenys de Munt, Caldes de Montbui, L'Hospitalet de Llobregat, Granadella, Pobla de Cérvoles, Seu d'Urgell, Lleida, Olesa, Reus, Roda de Berà, Sabadell, Santa Cristina d'Aro, Tarragona, Les Valls de Valira, Solsona, Navès, Sant Llorenç de Morunys, Odèn, Lladurs i Guixers.

Catalunya es pionera en la instalación de las 'stolpersteine': en 2015 el municipio de Navàs se convirtió en el primero de todo el Estado en instalar cinco adoquines, uno de ellos en recuerdo de Ramon Sala Besa, alcalde durante la Guerra Civil por ERC, deportado al campo de Mauthausen y asesinado en el de Gusen en 1942.

Homenaje y reverencia

Cada adoquín es único y se hace artesanalmente, como muestra de respeto y de humanidad, para contrastar con el exterminio industrializado de los nazis. En alemán, 'stolpersteine' significa "piedra que hace tropezar" y, de acuerdo con Demnig, "no tropezamos con los pies, sino con la cabeza y el corazón".

Además, el hecho de situar los adoquines en el suelo tiene un significado especial: siempre que alguien quiere leer la inscripción, debe inclinarse y, por tanto, hace una reverencia al nombre de la persona deportada, una forma más de rendir homenaje a las víctimas y recordarlas. En las 'stolpersteine' se graba el nombre completo de la persona, el año de nacimiento y el año de deportación, el campo de concentración al que fue enviada y su situación final (asesinada o liberada).